Para regocijo del hijo de venezolana, utilizo su hilo para contar otras meirdas conexas a las suyas pero no por qué directamente relacionadas. Mis mierdas huelen distinto. Para facilitarte aún así la lectura, Urdu, tú sólo lee los párrafos que utilicen un negro con gafas a modo de corchetes.
Recuerdo una época de mi vida en la que mis viajes eran del palo autodidacta yo-me-lo-guiso-yo-me-lo-como , las agencias son el mal e internet es mi guía. Dentro de esa lógica de perderme en un país fuera de los tours habituales y señores feos con paraguas marcando al rebaño, el este de Europa fue mi objetivo. Mis amigos hinbentados creen que mi rojura de mierda me llevaba a esos tours del comunismo, y es posible, pero lo que no entendían es que poder comer más que decentemente por 3 euros yendo de turista era algo que ni París ni Londres me ofrecían ni por el momento me interesaban.
El caso es que el Este de Europa lo fui esquilmando país a país, tugurio a tugurio sin prejuicios.
Pero como en el sexo, no todo vale. Por el culo no.

Albania no.

. Claro que igual por razones cósmicas que se me escapan lo uno va de la mano de lo otro y entonces no hay nada que hacerle al tema.
He dicho.
Por no dejar a Urdu indiferente,

le diré que casi toda Polonia sigue mereciendo mucho la pena, que Budapest (que no Hungría) merece la visita y ofrece bastante más que el típico pack 2x1 con Praga

.
Lo bueno de casi todo el este es que está en un momento -o mejor dicho estaba- estratégicamente cojonudo para ir ahora, con el incipiente desarrollo gracias a fondos UE (supongo que parecido a España en los primeros 90's) pero con el rollo bohemio -es decir, entrañable pero algo cutre- de todo lo que se aparte de los cuatro barrios capitalinos de la foto de postal, y sobrertodo, a precios más que competitivos en los servicios a poco que sepas buscar.
Tengo una enfermedad cercana a lo obsesivo compulsivo o al autismo del contador de palillos que me lleva a fotografiar todo lo que como cuando estoy de viaje. Un día rebusco y os casco si no peta antes el servidor todo lo que comí en Budapest por 12 euros. Las familias de alemanes borrachos se asustaban y tapaban los ojos a los niños para evitarles el mal mientras gemían
ein asca Haupttreffer morbiden.