Os quedáis con lo que os da la gana.
He empezado este post diciendo que el cuarto de libra me parece el alfa y el omega de la civilzación occidental, y que no pienso renunciar a ellos ni que me viera como

. Mi desayú viene siendo desde hace unos años un Red Bull y un par de Doo-Wops La Bella Easo. Chúpate esa mandarina.
Soy un carnívoro recalcitrante y lo seguiré siendo mientras tenga dientes para masticarlo.
Yo sólo quería saber si alguno del los presentes le daba al lino y al polen. Vale, lo del lino suena exótico, pero el polen no tanto, cojones. E insisto: se supone que da subidoncete. Ya os contaré si me da a mí.
Respecto a los restaurantes vegetarianos/biológicos. Mi colega de ultramar come varios días a la semana en uno que se llama "Viva la Vida", sito en la calle Huertas. Sí, es todo vegetariano y biológico, pero en verdad os digo que casi todo está de que te cagas en la goma de la braga (¿alguien ha probado la yuca frita? Es un híbrido entre las patatas fritas y los boletus, y envicia que no veas).
¿Y qué decir de una ensalada de espinacas, pasas, nueces y queso de cabra? Puede ser algo flatulenta, pero está fresquísima.
Fresquísima.
¡Ah! Y los salmorejos. Ya he descubierto la manera de que te queden pro: usar una licuadora capaz de licuar el diamante. Dejaos de pelar tomates, tamizarlos y emulsionarlo con bendita paciencia. Si lo pasas por la turbina de un airbus te queda como si te lo hubieran traído directamente desde Écija.