Rol-La Llamada (phorera) de Cthulhu-Convocatoria y metahilo

[Ruttiger]

Pero si he puesto a sarcasmo y medio al Chino en otro hilo!

[M. Corleone]

A Malkarma Saltatroncos dan bastantes ganas de hacerle el amor con el pene.

[Lobogris]

El Clásicos de Mazmorreo está muy bien, lo tengo en físico junto con varios módulos. El sistema de magia mercurial está muy divertido, cuando termines la aventura de embudo y sobrevives con algún mago ya verás. Lo que no entiendo es por que das tanto fondo a esos niveles 0, esto no es las últimas ediciones de AD&D, es más estilo OSR... sus trasfondos se crean en tiempo real mientras juegas.

[Dolordebarriga]

Es que ya he jugado la primera sesión de nivel 0 y ha sido esa primera sesión la que me ha dado pie a crear este primer trasfondo. Este es el trasfondo de la primera sesión, pero es que yo soy muy rollero.

[Dolordebarriga]

A Malkarma Saltatroncos dan bastantes ganas de hacerle el amor con el pene.

Quizás deberías comenzar a pensar en cederle el "cetro" ya a tu hijo mayor. Que sea él el que le haga el amor con el pene a las jovencitas y tú dedicarte más a las señoras hermosas de tu edad.

[M. Corleone]

A Malkarma Saltatroncos dan bastantes ganas de hacerle el amor con el pene.

Quizás deberías comenzar a pensar en cederle el "cetro" ya a tu hijo mayor. Que sea él el que le haga el amor con el pene a las jovencitas y tú dedicarte más a las señoras hermosas de tu edad.

También se puede fantasear, hombre. Es evidente que yo ya estoy para cuarentonas o cincuentonas, o ni eso. Pero, ya digo, no quita que en mi radar el arco de miradas abarque de 18 a 56, aproximadamente.

De todas formas, el sexo ha pasado a un lugar totalmente secundario en mi vida. Pero no la belleza femenina.

[Dolordebarriga]

SESIÓN 2 ACTO PRIMERO

Malkarma Saltatroncos


No nos da tiempo a nada, ni un segundo de relajo. Escuchamos sonidos de gritos y pisadas que provienen de la puerta al fondo de la sala, toca ponerse en marcha de inmediato. Amadeo esta sobre Amapola y aunque ahora pide la presencia de un matasanos, yo creo que lo que quería era saquear su cuerpo, Amadeo nunca será trigo limpio y no hace nada sin un interés propio. Le digo a Amadeo que se aparte, que no hay tiempo ahora para nada y ayudo a Amapola a levantarse, ella está atolondrada y aunque sangra bastante por la herida abierta en el pecho, toma escudo y lanza y se pone tras de mí apoyándose sobre mi hombro. Parte del grupo ha acudido a intentar trabar la puerta desde la que se oyen pasos, el resto han abierto otra pequeña puerta lateral al lado de la escalera y avanzan por ella. Seguimos a ese segundo grupo, Amapola no está en condiciones ahora mismo de volver a enfrentarse con nadie.
Mientras avanzamos escuchamos gritos y ruidos desde la puerta del fondo, parece que el nuevo enfrentamiento ha comenzado. La segunda puerta nos conduce a una sala grande, como un salón de reuniones con sus mesas, bancos y candelabros, sólo entrar en ella nos damos cuenta de que al fondo hay tres tipos intentando abrir la puerta que, por el otro lado están defendiendo nuestros compañeros, hay un cuarto tipo tumbado en el suelo.
Los tres enemigos nos escuchan entrar, dejan de forcejear con la puerta y vienen en tropel hacia nosotros. Son humanos, pero son extraños, son grandes y fuertes y sus caras macilentas, de una tonalidad grisácea, no hace que parezcan demasiado saludables.
Pero son realmente agiles, en un suspiro los vamos a tener encima. Miro detrás de mí hacia Amapola y veo como separa los pies, y establece una postura defensiva, es valiente pero ahora mismo no está para mucho más que para defenderse.
Al entrar en la sala, durante la visita de la tarde, habíamos visto un cartel que decía “Estrictamente prohibido introducir sal a partir de este punto”, así que, todos nos pertrechamos con un saquito de sal que llevamos colgando de nuestros cintos. Pensamos que si prohibían algo, además algo tan absurdo, era de cajón transgredir esa prohibición en nuestra excursión nocturna. Esa prácticamente había sido nuestra única estrategia, no damos para más, la verdad.
Pues bien, al ver a los cara acelgas tengo la brillante idea de agarrar un puñado de sal y tirárselo encima mientras se acercan. No sé porque pensaba que la sal les iba a hacer algo, los tres reciben el baño de sal, me miran durante un segundo y continúan avanzando como si nada.
¡Seré idiota!
Pero el primero de ellos resbala con la sal que ha caído al suelo y se pega un sonoro golpetazo contra el piso.
¡Soy un genio!
Inmediatamente un enjambre de mis compañeros le caen encima.
Yo me concentro en los otros dos, uno viene hacia mí y hacia Amapola, desenvaino mi espada, veo que Amapola se adelanta y gritando llama su atención, algo que consigue y aprovecho que su atención está puesta en Amapola y lanzo por segunda vez una estocada al estómago, parece que esto se está convirtiendo en mi sello.
Mi espada corta vuelve a encontrar camino franco y vuelve a hundirse hasta la empuñadura en el estómago del cara acelga. Mira raro, como incrédulo, esta vez logro retirar la espada y, al hacerlo, sus intestinos comienzan a salirse por el tajo, como con prisa para llegar hasta el suelo. Vuelve a mirar raro, no creyéndose lo que está sucediendo y ya cierra los ojos y se desploma.
Sonrío y miro a Amapola, pero veo que ella viste primero cara de sorpresa, después de terror y finalmente de ira.
Giro la vista al tiempo de observar como Cerbatus ha sido dividido en dos mitades piernas por un lado, resto del cuerpo por otro, de un certero tajo propinado por el tercer cara acelga.
Todos nos lanzamos a por él.
Tras la tempestad, ahora sí, sucede una pequeña calma. Se intenta apañar a los heridos, se despide a los compañeros caídos en combate y se aprovecha para investigar la estancia.
Yo permanezco junto a Amapola mientras es curada. Cuando pierde el conocimiento me uno al grupo que está buscando puertas secretas.
Claramente en la primera sala hay un cuadro que representa una escena que se sitúa en la segunda sala. Hay una calavera en el cuadro y bajo ella la leyenda “Sólo los que me miran verán el camino”. La clave debe estar allí. Volvemos hacia la segunda sala y antes de manipular la calavera que hay allí escuchamos ruido al otro lado del muro que parece contener la entrada secreta. Con brio y diligencia levantamos una barricada juntando mesa y banquetas de la sala.

[Dolordebarriga]

Amapola Buscacola

“¡Estoy viva! ¡Estoy viva! ¡Estoy viva!” grita Amapola mientras sujeta a Amadeo por su muñeca. Escucha como éste pide la presencia de un médico y piensa “¿Tenemos un médico con nosotros?” Malkarma aparta a Amadeo y ayuda a Amapola a levantarse mientras le dice “Tenemos que movernos ahora”.
Amapola toma lanza y escudo y camina siguiendo a Malkarma, está herida, sangra profusamente, pero continúa caminando.
Aparecen en otra sala y atisba como algunos malandros, ni siquiera sabe cuantos son, vienen a la carrera.
Ella separa las piernas adoptando una postura defensiva. Ve como Malkarma se sitúa por delante de ella.
Intenta concentrarse, ve como un enemigo cae de bruces y como otro carga en dirección hacia ella y Malkarma. Es una soldado, no va a dejar a Malkarma sola frente al rival.
Grita el nombre de su dios, ahora sí, y avanza lanza y escudo en ristre hacia el cultista, éste se fija en ella, la ve sangrando profusamente y carga decidido hacia ella descuidando a Malkarma.
Piensa que Malkarma es mucho mejor soldado que ella, pero Malkarma no es soldado, es una comerciante, ¿Dónde habrá aprendido a manejar tan bien esa espada?
De repente el cuerpo de Cerbatus se separa en dos mitades, le embarga la sorpresa, el terror y después la ira, todo en menor de dos segundos.
Al tercero ya está cargando con la lanza hacia el asesino. Ve como cae al suelo y aprovecha para asetearle con fuerza entre las costillas. Éste ya no se moverá más.
Acabada esta segunda trifulca se tumba agotada sobre una de las mesas de la sala, cierra los ojos, alguien le levanta el jubón de lana gruesa que lleva a modo de armadura y comienza a aplicarle ungüentos y a coser la herida. Pierde el conocimiento.
Al rato vuelve en sí, se encuentra algo mejor, escucha ruidos otra vez, gira la cabeza y ve como sus amigos han armado un parapeto móvil cargando con una de las mesas de la sala y avanzan por una puerta en un lugar en el que antes no parecía haber nada.
Se atusa la ropa todo lo rápido que puede, vuelve a hacerse con escudo y lanza y se une a la formación.
Ni siquiera sabe que es lo que está ocurriendo ahora, pero son sus amigos y no va a dejarlos solos.

[Dolordebarriga]

Bartolo Caminasolo

He hecho el ridículo, soy un patán, “Buena mierda” ha cortado el aire y poco me ha faltado para acabar con mis posaderas sobre el duro suelo. Más que un bromista yo soy la puta broma.
Pienso en Ingrid y en los niños, si yo muero ¿Qué será de ellos?, pero no voy a dejar solos a mis amigos, “Todos a una”.
Se escuchan muchos pasos otra vez, van hacia la puerta del fondo de la sala, Ion ya ha llegado hasta ella y está intentando trabar el picaporte utilizando una cadena. Veo que Amadeo va hacia allí y se sitúa en uno de los lados de la puerta con su horca preparada, yo ocupo el otro margen con la espada alzada. Los del otro lado de la puerta llegan hasta ella, uno de ellos, el que se escucha más cerca está gritando el nombre del que debe ser uno de los cazadores caídos.
Ion contesta poniendo voz de falsete, es la peor imitación de alguien que he visto en mi vida y eso que nunca llegamos a escuchar la voz del tal Alberto.
De repente la puerta cede un poco y el que iba gritando “Alberto, Alberto, contéstame Alberto por Dios, que me estás comenzando a preocupar y tu mujer está a punto de salir de cuentas” introduce la cabeza por el quicio abierto lo que aprovecha Ion para meterle la espada por la garganta ahogando un último “Alberto” que se funde entre estertores.
El amigo de Alberto cae de camino a reunirse por fin con su estimado Alberto y los empellones cesan al instante. Nos miramos los tres que estamos en este lado de la puerta y comprendemos que nuestros amigos han entrado en la estancia por el otro lado.
Comenzamos a intentar desenlazar el amarre que ion había hecho con la cadena para intentar mantener la puerta cerrada. Nos lleva lo que parece una eternidad, todo transcurre como a cámara lenta.
Cuando por fin lo conseguimos entramos en la sala para encontrarnos como uno de los hobbits, Paulus Minardi, está colgado de la espalda de un matón intentando estrangularlo con una soga, hay alguien, parece de los nuestros, partido en dos mitades, y otros dos matones caídos en la sala.
Corro hacia el matón, pero sabiendo de mi poca habilidad con “Buena mierda” y notando como Minardi cuelga de un lado a otro de la espalda del matón, prefiero lanzar la espada al suelo y lanzarme para golpear la corva de la rodilla del matón y hacerle perder el equilibrio.
Parece que soy bastante mejor combatiendo sin armas, el golpe es perfecto, el matón cae al suelo haciendo que Minardi caiga también con él. Amadeo, sin importarle dañar a nuestro amigo hunde certeramente la horca en la espalda del matón. Ya no se moverá más.
Acabamos de perder a nuestro segundo compañero. Algunos juntan sus dos mitades, como intentando encajarlas, ponen sus manos sobre el pecho y rezan una oración.
Amadeo está registrando los cadáveres de los matones caídos.
Observo el panorama, no me vienen ganas de hacer bromas, vuelvo a pensar en Ingrid y los niños, pero todavía me puede el ayudar a mis colegas.
Un grupo de amigos se está fijando en una de las paredes, parece ser que piensan que puede ser una puerta secreta, discuten sobre una calavera que hay sobre lo que parece un atril y dicen que es la calavera del cuadro de la sala anterior.

Salen todos hacia la primera sala a contemplar el cuadro y, al rato vuelven muy convencidos de haber hecho una gran averiguación.
De repente escuchan ruido al otro lado de ese muro extraño y poniéndose rápidamente de acuerdo deciden levantar una barricada tumbando una mesa frente al muro y parapetándose tras de ella.
Acudo raudo y pregunto que pasa.
“Se trata de una puerta secreta” y tras ella hay más enemigos.
“Su puta madre” arrambo con un banco para atravesarlo también frente al muro y cuando tenemos la barricada más o menos bien montada, se escucha un click, el muro se abre y escuchamos el inconfundible ruido del sisear de unas flechas atravesando el aire.

*"Si movemos la calavera así os apuesto tres monedas de cobre a que ese muro se abre"*

[Dolordebarriga]

Amadeo Bienteveo

Malkarma me aparta de un empellón de encima de Amapola. No me resisto, pero pienso que algún día tal vez sea el cuerpo de la mediana el que hurgue en busca de sus tesoros. Algún día.
Pato me mira y dice “cuac”. Ha entendido mis pensamientos y no le ha gustado lo que he pensado.
- Tú y yo Pato, en este mundo estamos tú y yo, el resto son figurinas.
Malkarma me mira sin entender nada. Es igual, los malosos vuelven a la carga. Voy hacia la puerta del fondo, me planto pertrechado en un costado, sin arriesgar demasiado.
Ion es un hombre práctico, una estocada un muerto, me gusta, creo que es de todos al que tolero mejor.
Intentamos deshacer el cierre de la cadena que ahora traba la puerta por la que ahora si que queremos entrar. Cuando lo conseguimos ya casi todo el pescado está vendido.
Cuando veo al último bandido caer, tras el golpe propinado por Bartolo, ni me lo pienso, se que Minardi se interpone entre ambos pero si es necesario atravesaré al mediano para llegar al bandido.
No ha hecho falta. He vuelto a ensartar a una persona. Me está gustando esto de ensartar a personas.
Cuando acaba la acción rápidamente me dedico a robar a los muertos. Esta vez me decanto por los enemigos, no sea que los nuestros vuelvan a resucitar y me quede sin nada. Si resucita uno de los enemigos le vuelvo a dar matarile, sin problemas.
Son extraños estos hombres, tienen la cara grisácea, como abotargada, como si no lo estuvieran pasando muy bien. Bueno ahora seguro que no, o sí, quien sabe donde va uno cuando muere.
Encuentro algunas monedas de cobre y un queso apestoso que le regalo a Malkarma para intentar hacer las paces con ella, de momento me conviene tenerla de mi lado. Ella lo acepta con gusto.
Cuando termino de registrar todos los cadáveres que me dejan, por desgracia no soy el único que hace eso y tengo que repartirme el botín, el grupo principal está discutiendo sobre como abrir lo que parece una puerta secreta.
Detrás de las puertas secretas, deben haber tesoros secretos, me incorporo con presteza al grupo esperando que Pato y yo sobrevivamos para poder continuar acumulando buen botín.
Ya llevo ganando más en todo un día que casi en una semana de trabajo. Y además matando indeseables, que es algo muy divertido.
Pato hace “Cuac” y yo le digo.

Soy así, lo sabes desde siempre, no voy a cambiar ahora.