Terapia alternativa
- 6dedosgordosdelpie
- Mojahedín
- Mensajes: 513
- Registrado: 09 Jun 2006 20:01
- Ubicación: Ruta Maruta
- Contactar:
Terapia alternativa
Hola de nuevo, gente.
Aunque parezca mentira, éste será el primer mensaje que me habréis leído nunca, si es que lo termináis. Hace algunos meses me despedí de vosotros sin fechas ni plazos concretos de reinserción asocial. Este silencio que hoy rompo en su día lo justifiqué, por privado, a algunos de vosotros con un viaje de placer. Al moro creo que le dije que me iba a África, a Mayhem que a Buenos Aires, a Pepegut que a la mierda... En fin. Que en realidad mi ausencia vino motivada por graves problemas de salud.
Durante estos meses me han pasado tres cosas extraordinarias. La primera es que he tirado a la basura mi repugnante hígado para cambiarlo, enterito, por otro nuevo que funciona mejor. Era de un muerto, claro; y no sabéis lo mucho que llegas a replanterte tus hábitos y tu life style cuando un cadáver cambia sus lujosos órganos por los tuyos.
La segunda cosa extraordinaria es que ahora, al hablar, ya no parece que se me arruguen las palabras. El tabaco había deteriorado tanto mis resortes fónicos que Joaquín Sabina, a mi lado, hubiera parecido un ruiseñor. Y eso que yo siempre había gozado de lo que se dice "una voz radiofónica". Después de esta segunda operación, menos urgente (pues la alternativa que se me planteaba era la mudez, y en el caso de la primera, la muerte), vuelvo a hablar como un ser humano, al menos en lo que viene siendo el envoltorio (lo otro, lo que cocina el contenido... eso sí que no tiene remedio).
La tercera cosa extraordinaria es que he aprendido a jugar al póker. Me explico. Como os podréis imaginar, ya no bebo ni fumo. Os aseguro que no me está resultando nada fácil, puesto que llevo desde los once años con un pitillo bailando en los labios y el alcohol no era sólo un lubricante juguetón para mí, sino que con los años se había convertido en una necesidad, hasta el punto de que en mi ingreso hospitalario, al verme privado de él, ataqué a unas enfermeras. (Vuelvo a insistir: éste es un mensaje serio y veraz. Que caiga en la tentación de contar mi delirium tremens subrayando el patetismo de una agresión en bata, supongo que por su coquetería cómica o literaria, o porque sencillamente resulta muy gráfico, no quita para que de verdad me cueste bastante confesaros esto.) Quiero decir que era (soy) alcohólico. Y ahora, para tratar mis impulsos y desequilibrios emocionales varios, tengo que asistir a una terapia de grupo, independiente de la atención médica individual que necesito. En esa terapia no sólo nos dedicamos al cliché de decir: Hola, me llamo 6dedos y soy un borracho; de hecho, apenas charlamos del tema en ese plan: lo que más hacemos es tomar pastillas y echar partidas a las cartas. Y ahí es donde me enseñaron a jugar al póker, el sueño de mi infancia desde que veía pelis de vaqueros.
La poca familia que me queda estructurada no es la familia con la que nací, sino la que he formado yo, perezosamente, con el paso de los años, las afinidades y los muchos cadáveres en la cuneta que, debido a mis excesos, he ido dejando. Entre ellos, el negro. A él doy gracias públicamente de su apoyo (en privado ya lo hago siempre que puedo). Ninguno de mis amigos se creía que, por mi carácter, fuera a aceptar el yugo de los médicos y los terapeutas y la bobaliconería confesa de los zombies ex borrachuzos de mis sesiones. Sin embargo, he experimentado un cambio espiritual, por ponerme cursi y maricona, no sólo un trance hospitalario estadísticamente muy peligroso. Me siento, de alguna manera, mejor persona.
En esa familia, o ese núcleo de afinidades mías, mal que me pese, mal que os pese, estáis algunos de vosotros. Sí, sí, ya: así de triste es mi vida, que mientras muchos ya me habíais olvidado yo os tengo por amigos, con o sin hache. Pero qué le vamos a hacer. Como parte de una terapia alternativa a la de los doctores, os confieso públicamente mi vergüenza; tanto a vosotros como a los que les soy indiferente... o a los que directamente me tienen asco.
No sé si esta justificación cutre de por qué os cuento lo más íntimo y oscuro de mi Yo real os habrá convencido; a mí más o menos, porque ni yo mismo sé explicarme muy bien de dónde viene esa necesidad.
Llamadlo vanidad, ganas de llamar la atención o, no sé, simple patetismo. En cualquier caso, nada que no hubiese motivado cualquiera de mis anteriores posts. Con la diferencia de que éste, por primera vez, va en serio.
6D
Aunque parezca mentira, éste será el primer mensaje que me habréis leído nunca, si es que lo termináis. Hace algunos meses me despedí de vosotros sin fechas ni plazos concretos de reinserción asocial. Este silencio que hoy rompo en su día lo justifiqué, por privado, a algunos de vosotros con un viaje de placer. Al moro creo que le dije que me iba a África, a Mayhem que a Buenos Aires, a Pepegut que a la mierda... En fin. Que en realidad mi ausencia vino motivada por graves problemas de salud.
Durante estos meses me han pasado tres cosas extraordinarias. La primera es que he tirado a la basura mi repugnante hígado para cambiarlo, enterito, por otro nuevo que funciona mejor. Era de un muerto, claro; y no sabéis lo mucho que llegas a replanterte tus hábitos y tu life style cuando un cadáver cambia sus lujosos órganos por los tuyos.
La segunda cosa extraordinaria es que ahora, al hablar, ya no parece que se me arruguen las palabras. El tabaco había deteriorado tanto mis resortes fónicos que Joaquín Sabina, a mi lado, hubiera parecido un ruiseñor. Y eso que yo siempre había gozado de lo que se dice "una voz radiofónica". Después de esta segunda operación, menos urgente (pues la alternativa que se me planteaba era la mudez, y en el caso de la primera, la muerte), vuelvo a hablar como un ser humano, al menos en lo que viene siendo el envoltorio (lo otro, lo que cocina el contenido... eso sí que no tiene remedio).
La tercera cosa extraordinaria es que he aprendido a jugar al póker. Me explico. Como os podréis imaginar, ya no bebo ni fumo. Os aseguro que no me está resultando nada fácil, puesto que llevo desde los once años con un pitillo bailando en los labios y el alcohol no era sólo un lubricante juguetón para mí, sino que con los años se había convertido en una necesidad, hasta el punto de que en mi ingreso hospitalario, al verme privado de él, ataqué a unas enfermeras. (Vuelvo a insistir: éste es un mensaje serio y veraz. Que caiga en la tentación de contar mi delirium tremens subrayando el patetismo de una agresión en bata, supongo que por su coquetería cómica o literaria, o porque sencillamente resulta muy gráfico, no quita para que de verdad me cueste bastante confesaros esto.) Quiero decir que era (soy) alcohólico. Y ahora, para tratar mis impulsos y desequilibrios emocionales varios, tengo que asistir a una terapia de grupo, independiente de la atención médica individual que necesito. En esa terapia no sólo nos dedicamos al cliché de decir: Hola, me llamo 6dedos y soy un borracho; de hecho, apenas charlamos del tema en ese plan: lo que más hacemos es tomar pastillas y echar partidas a las cartas. Y ahí es donde me enseñaron a jugar al póker, el sueño de mi infancia desde que veía pelis de vaqueros.
La poca familia que me queda estructurada no es la familia con la que nací, sino la que he formado yo, perezosamente, con el paso de los años, las afinidades y los muchos cadáveres en la cuneta que, debido a mis excesos, he ido dejando. Entre ellos, el negro. A él doy gracias públicamente de su apoyo (en privado ya lo hago siempre que puedo). Ninguno de mis amigos se creía que, por mi carácter, fuera a aceptar el yugo de los médicos y los terapeutas y la bobaliconería confesa de los zombies ex borrachuzos de mis sesiones. Sin embargo, he experimentado un cambio espiritual, por ponerme cursi y maricona, no sólo un trance hospitalario estadísticamente muy peligroso. Me siento, de alguna manera, mejor persona.
En esa familia, o ese núcleo de afinidades mías, mal que me pese, mal que os pese, estáis algunos de vosotros. Sí, sí, ya: así de triste es mi vida, que mientras muchos ya me habíais olvidado yo os tengo por amigos, con o sin hache. Pero qué le vamos a hacer. Como parte de una terapia alternativa a la de los doctores, os confieso públicamente mi vergüenza; tanto a vosotros como a los que les soy indiferente... o a los que directamente me tienen asco.
No sé si esta justificación cutre de por qué os cuento lo más íntimo y oscuro de mi Yo real os habrá convencido; a mí más o menos, porque ni yo mismo sé explicarme muy bien de dónde viene esa necesidad.
Llamadlo vanidad, ganas de llamar la atención o, no sé, simple patetismo. En cualquier caso, nada que no hubiese motivado cualquiera de mis anteriores posts. Con la diferencia de que éste, por primera vez, va en serio.
6D
Re: Terapia alternativa
Qué bueno volver a leerte, 6D. Joder, y yo creyendo que estabas de pendoneo por Andalucía. Al final ha resultado ser algo incluso peor.
Es la hostia que hayas podido salir de ese bujero, imagino que debe haber sido jodido con avaricia. El alcoholismo es una cosa muy puta y muy infravalorada y tal vez por esas dos razones sea difícil mirarla a los ojos y hacerle frente.
Espero que esto no sea más que el principio de un nuevo arrebato posteador. Te hemos echado de menos. O, vaya, por lo menos yo lo he hecho.
Cuídatenos, cabrón.
Venga.
Es la hostia que hayas podido salir de ese bujero, imagino que debe haber sido jodido con avaricia. El alcoholismo es una cosa muy puta y muy infravalorada y tal vez por esas dos razones sea difícil mirarla a los ojos y hacerle frente.
Espero que esto no sea más que el principio de un nuevo arrebato posteador. Te hemos echado de menos. O, vaya, por lo menos yo lo he hecho.
Cuídatenos, cabrón.
Venga.
Última edición por mayhem el 12 Jul 2009 13:36, editado 1 vez en total.
Re: Terapia alternativa
Como antiguo camarero puedo garantizar lo jodido que es el alcoholismo. Básicamente porque a la gente le cuesta ver a un alcohólico como un enfermo, y el rechazo agrava la situación. De todas maneras, parece que le has echado un par de huevos tanto a la parte puramente médica como a la parte que le toca currarse a tu fuerza de voluntad, cosa que no consigue todo el mundo, así que ánimo, joder.
Ah, y si te has viciado al poker, creo que ramon, mayhem, QEET, Diente, partyboy, yo mismo y alguno más tenemos que contarte algo y retomar ciertas timbas...
Ah, y si te has viciado al poker, creo que ramon, mayhem, QEET, Diente, partyboy, yo mismo y alguno más tenemos que contarte algo y retomar ciertas timbas...
- LunaOskura
- Best Mongo Ever
- Mensajes: 4096
- Registrado: 06 Nov 2002 18:51
- Ubicación: Desde Dresden con desdén
- jubilao
- Milinkitiano
- Mensajes: 16496
- Registrado: 10 May 2003 16:39
- Ubicación: Al otro lado del silencio
- Contactar:
Re: Terapia alternativa
[youtube]T99m4DIS6hU[/youtube]
[youtube]LhcKadxSED4[/youtube]
[youtube]xX1vLw2GFLo[/youtube]
[youtube]LhcKadxSED4[/youtube]
[youtube]xX1vLw2GFLo[/youtube]
Re: Terapia alternativa
Hayas estado en Uganda, en NY o desintoxicándote, agrediendo a enfermeras, trabajando o follándote prostitutas enanas, me alegro de tu vuelta.
- Dolordebarriga
- Companys con diarrea
- Mensajes: 18009
- Registrado: 06 Nov 2002 20:38
- Ubicación: Ambigua
Re: Terapia alternativa
Así que lo de "Mala hierba nunca muere" es irrefutable y definitivamente cierto. A ver si también es verdad que con el hígado prestado se te ha mejorado la bilis.
Bienvenido y eso.
Bienvenido y eso.
Re: Terapia alternativa
Eeeeeeeh Six....
¿Qué bueno que viniste, weyh?
Ya casi estamos todos.
¿Qué bueno que viniste, weyh?
Ya casi estamos todos.
- 6dedosgordosdelpie
- Mojahedín
- Mensajes: 513
- Registrado: 09 Jun 2006 20:01
- Ubicación: Ruta Maruta
- Contactar:
Re: Terapia alternativa
lluisot escribió:Como antiguo camarero puedo garantizar lo jodido que es el alcoholismo. Básicamente porque a la gente le cuesta ver a un alcohólico como un enfermo, y el rechazo agrava la situación.
Una mierda. Yo estoy de acuerdo con la gente que nos teme, nos escupe, asquea o defenestra de cualquier modo. Por primera vez desde que me contrataron en un periódico y empecé a publicar crónicas me siento parte de un colcectivo; entonces era el de los periodistas, y ahora es el de los borrachos. Pues bien, lo que más me repatea de "mi colectivo" es el victimismo de esos borrachos que se acogen al concepto de enfermedad como un clavo ardiendo.
Vamos a ver: sí, somos enfermos. Pero no al mismo nivel que un tío con esclerosis, por ejemplo. Del esclerósico te compadeces porque, pobre, tan feliz él con su vida y empezaron a pudrírsele los músculos, del mismo modo que te compadeces del que coge un catarro porque estornuda y da pena. Pero yo, al menos, me he buscado lo mío. Mi estupidez es responsable directa de mi alcoholismo, y a no ser que uno sea una monjita acostumbrada a compadecerse de la estupidez -yo mismo, sin ir más lejos, no soy nada amigo de compadecerme de la estupidez- no tiene por qué ver en mí algo más tierno que un chuzas.
¿Habéis tenido alguna vez esa sensación de tener coca cola en casa, un verano, una botella grande de coca cola, de dos litros, grande, y beber y beber por refrescar, o sólo por aburrimiento? Salvando las distancias, a mí es que me pasaba lo mismo con, por ejemplo, el vino. No comía (es decir: no) si no había vino. Y hablo de una botella de vino. Estaba ya tan hecho que la comida no me entraba (es decir: no). Y se llega a eso por la tontería de no masajear ese poquito de fuerza de voluntad que todos tenemos cada vez que se siente el impulso de: va, un poquito más.
***
Hola Mayhem, Puagh, Dunker, Luna, Dolor.
Mi vuelta será intermitente y paupérrima en cuanto al nivel de las intervenciones. Sí: todavía peor. Antes dije que me sentía en cierta medida mejor persona. Pues bien, creo que mejorar humanamente es directamente proporcional a palidecer de los ingenios.
Hola Jubi.
No he visto los vídeos, pero he visto no sé qué del hígado. Yo me enfadé mucho cuando se negaron a enseñarme el mío podrido. Ni una foto, oye. Según el señor Google vendría a ser algo así de adorable:

Me habéis hablado todos del hígado pero nadie ha mencionado lo de mi voz de barítono. Hijos de puta.
Re: Terapia alternativa
Hola, 6d, aunque nisiquiera sepas quién cojones soy, también te he extrañado por aquí y me he alegrado un montón al leer todo lo que estás superando.
Chinchín.
Chinchín.