Encontrado por ahí
Publicado: 04 Feb 2004 13:36
"Existe una socialización de la inmadurez"
Según Rojas, asistimos a la pérdida de uno de los grandes valores sociales, el de la cultura.
La sociedad actual es inmadura y neurótica, debido en gran parte a la pérdida de uno de los principales valores sociales, la cultura, que ha caído en picado por culpa de la televisión, dice el psiquiatra Enrique Rojas.
En los últimos años se ha producido en occidente una socialización de la inmadurez: "En veinte años ha habido más cambios que en todo un siglo a un ritmo vertiginoso, dando lugar a que mucha gente se encuentre pérdida sobre los grandes argumentos de la vida", ha subrayado Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas.
Rojas, que ha sido invitado por la Fundación La Caixa para pronunciar una conferencia sobre Los indicadores de madurez de la personalidad, apuntó una tesis basada en la idea de que "para estar bien con alguien hace falta primero estar bien con uno mismo y para ello es necesario tener una personalidad bien configurada con una buena estructura, es decir, tener una personalidad madura es el puente elevadizo que lleva al castillo de la felicidad".
Las consecuencias
En opinión de Rojas, que considera la inmadurez como el desfase entre la edad cronológica y la edad mental, las consecuencias de una persona inmadura se manifiestan en los tres grandes temas de la vida: el amor, el trabajo y la cultura. "Es muy difícil que una persona inmadura tenga un amor estable. Es una característica muy común en nuestra sociedad, muy inmadura y permisiva, que da lugar a un comportamiento errático y nómada, que ya no nos extraña, pero que para el observador atento y cartesiano da lugar a un efecto muy negativo".
De igual forma, es muy difícil que una persona inmadura tenga aspiraciones profesionales coherentes, sólidas, compactas, firmes, consistentes, etc. "Y tampoco es una persona culta. La cultura es libertad. El hombre culto es difícil de manipular, mientras que el inmaduro es una persona traída, llevada y tiranizada por los medios de comunicación. Igual que el cine ha cambiado la forma de amar, la televisión ha cambiado el comportamiento social más que muchos pensadores".
Violencia y frustración
Rojas destacó que casi siempre debajo de un comportamiento violento existe un cierto grado de frustración, sobre todo en los jóvenes. "Esta es una sociedad neurótica que fomenta lo que luego condena. Es una sociedad de mensajes contrapuestos y cuando esto ocurre aparecen tres síntomas propios de una situación decadente: la hipocresía, el cinismo, y la ética del naufragio, es decir, sálvese quien pueda".
Al igual que en el plano económico, la sociedad actual está inmersa en una globalización de la conducta, y "por mucho que nos pese el gran padre de la cultura actual es Estados Unidos". Según el psiquiatra, asistimos a un proceso de reciclaje de valores positivos como el ecologismo y la solidaridad, "pero también a la pérdida de uno de gran valor: la cultura que ha caído en picado por la televisión".
Rojas defiende la necesidad de recuperar el protagonismo histórico que ha tenido la figura de la familia como primer elemento educador. "Educar es seducir por encantamiento y ejemplaridad. La primera seducción es ver un modelo coherente, positivo atractivo y sugerente, cuando eso no ocurre hay una gran falta de modelo, es una especie de ley selvática. Por ejemplo, en las familias de padres separados, por lo general, la educación de los hijos es más difícil porque el doble modelo de identidad está perdido".
Ante esa falta de modelos de comportamiento, este psiquiatra se pregunta ¿en qué espejos nos miramos o a quién nos gustaría parecernos? Según Rojas, "la vida es un boomerang, si recibes amor das amor, si recibes violencia y agresión, darás eso mismo. La infancia ya no es la edad dulce de la vida por la cantidad de hijos de separados que hay
Según Rojas, asistimos a la pérdida de uno de los grandes valores sociales, el de la cultura.
La sociedad actual es inmadura y neurótica, debido en gran parte a la pérdida de uno de los principales valores sociales, la cultura, que ha caído en picado por culpa de la televisión, dice el psiquiatra Enrique Rojas.
En los últimos años se ha producido en occidente una socialización de la inmadurez: "En veinte años ha habido más cambios que en todo un siglo a un ritmo vertiginoso, dando lugar a que mucha gente se encuentre pérdida sobre los grandes argumentos de la vida", ha subrayado Enrique Rojas, catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas.
Rojas, que ha sido invitado por la Fundación La Caixa para pronunciar una conferencia sobre Los indicadores de madurez de la personalidad, apuntó una tesis basada en la idea de que "para estar bien con alguien hace falta primero estar bien con uno mismo y para ello es necesario tener una personalidad bien configurada con una buena estructura, es decir, tener una personalidad madura es el puente elevadizo que lleva al castillo de la felicidad".
Las consecuencias
En opinión de Rojas, que considera la inmadurez como el desfase entre la edad cronológica y la edad mental, las consecuencias de una persona inmadura se manifiestan en los tres grandes temas de la vida: el amor, el trabajo y la cultura. "Es muy difícil que una persona inmadura tenga un amor estable. Es una característica muy común en nuestra sociedad, muy inmadura y permisiva, que da lugar a un comportamiento errático y nómada, que ya no nos extraña, pero que para el observador atento y cartesiano da lugar a un efecto muy negativo".
De igual forma, es muy difícil que una persona inmadura tenga aspiraciones profesionales coherentes, sólidas, compactas, firmes, consistentes, etc. "Y tampoco es una persona culta. La cultura es libertad. El hombre culto es difícil de manipular, mientras que el inmaduro es una persona traída, llevada y tiranizada por los medios de comunicación. Igual que el cine ha cambiado la forma de amar, la televisión ha cambiado el comportamiento social más que muchos pensadores".
Violencia y frustración
Rojas destacó que casi siempre debajo de un comportamiento violento existe un cierto grado de frustración, sobre todo en los jóvenes. "Esta es una sociedad neurótica que fomenta lo que luego condena. Es una sociedad de mensajes contrapuestos y cuando esto ocurre aparecen tres síntomas propios de una situación decadente: la hipocresía, el cinismo, y la ética del naufragio, es decir, sálvese quien pueda".
Al igual que en el plano económico, la sociedad actual está inmersa en una globalización de la conducta, y "por mucho que nos pese el gran padre de la cultura actual es Estados Unidos". Según el psiquiatra, asistimos a un proceso de reciclaje de valores positivos como el ecologismo y la solidaridad, "pero también a la pérdida de uno de gran valor: la cultura que ha caído en picado por la televisión".
Rojas defiende la necesidad de recuperar el protagonismo histórico que ha tenido la figura de la familia como primer elemento educador. "Educar es seducir por encantamiento y ejemplaridad. La primera seducción es ver un modelo coherente, positivo atractivo y sugerente, cuando eso no ocurre hay una gran falta de modelo, es una especie de ley selvática. Por ejemplo, en las familias de padres separados, por lo general, la educación de los hijos es más difícil porque el doble modelo de identidad está perdido".
Ante esa falta de modelos de comportamiento, este psiquiatra se pregunta ¿en qué espejos nos miramos o a quién nos gustaría parecernos? Según Rojas, "la vida es un boomerang, si recibes amor das amor, si recibes violencia y agresión, darás eso mismo. La infancia ya no es la edad dulce de la vida por la cantidad de hijos de separados que hay