Padre, para cuando leas esto....
Publicado: 07 Mar 2003 11:45
Padre, para cuando leas esto, yo ya estare colgando del puente del tren, con un sello eterno alrededor de la garganta. Espero que puedas perdonar este pecado mortal y que reces por mi alma perdida.
La otra noche abrimos las puertas de nuestra iglesia a los vagabundos y a los neceitados. Era la noche mas dria que habiamos tenido en diez años. Un acto de caridad.
Di alguna cabezada durante la noche. Cuando me desperte no estaba seguro de si aun soñaba. Una musica extraña y maravillosa salia con fuerza de los organos. Voces inhumanas gritaban en lenguas que nunca habia escuchado. Me incorpore, completamente despierto. ¿Donde estaba la hermana Anne? ¡Entonces vi el Horror!
La hermana Anne yacia desnuda en el pasillo, con su habito desgarrado bajo la espalda, como las alas nedras de un angel caido.
Sus intestinos estaban fuera del blanco abdomen, formando un pequeño monton azulado. Criaturas harapientas se agachaban alrededor de su cuerpo aun caliente, arrancandole pedazos de carne y comiendoselos con avidez. ¡El banquete de la Bestia! Perdi el control, y sali corriendo.
En vez de salir a la calle, sali a un inmenso pantano, en el que habia un absurdo y extrañp mercado que apestaba a heces y a carne putrefacta. Unos lagartos metalicos surcaban el cielo. A lo lejos se veia un fuego tan grande que hubiese podido arrasar ciudades enteras. Una montaña, quizas un edificio gigantesco se alzaba sobre el siniestro paisaje. Senti como del edificio emanaba un poder pagano. ¡El palacio de Satan! Vi a hombres y mujeres de aspecto enfermizo que vivian en pequeñas cabañas junto al palacio. Estaban sentados alrededor de una montaña de carne podrida. Se estaba realizando un macabro y blasfemo ritual. Mire horrorizado, mientras que una joven era sacrificada a alguna oscura divinidad. Me quemaron con simbolos impios en la espalda, y me obligaron a mancillar mi fa. Comi carne podrida que hizo que mi estomago se revolviera. ¡Profane el cadaver putrefacto de un niño que no dejaba de reir! no recuerdo lo que paso despues...
He traicionado mi fe. He roto mi voto de celibato. He leido los aterradores titulares. ¡Mi vida debe acabar! Reza por mi, padre. Reza por toda la humanidad. Creo que los mas altos poderes se han estado riendo de nosotros, pobres e insignificantes criaturas, desde el principio de los tiempos.
"El Predicador"
(fragmento copypasteado del libro de Metropolis)
La otra noche abrimos las puertas de nuestra iglesia a los vagabundos y a los neceitados. Era la noche mas dria que habiamos tenido en diez años. Un acto de caridad.
Di alguna cabezada durante la noche. Cuando me desperte no estaba seguro de si aun soñaba. Una musica extraña y maravillosa salia con fuerza de los organos. Voces inhumanas gritaban en lenguas que nunca habia escuchado. Me incorpore, completamente despierto. ¿Donde estaba la hermana Anne? ¡Entonces vi el Horror!
La hermana Anne yacia desnuda en el pasillo, con su habito desgarrado bajo la espalda, como las alas nedras de un angel caido.
Sus intestinos estaban fuera del blanco abdomen, formando un pequeño monton azulado. Criaturas harapientas se agachaban alrededor de su cuerpo aun caliente, arrancandole pedazos de carne y comiendoselos con avidez. ¡El banquete de la Bestia! Perdi el control, y sali corriendo.
En vez de salir a la calle, sali a un inmenso pantano, en el que habia un absurdo y extrañp mercado que apestaba a heces y a carne putrefacta. Unos lagartos metalicos surcaban el cielo. A lo lejos se veia un fuego tan grande que hubiese podido arrasar ciudades enteras. Una montaña, quizas un edificio gigantesco se alzaba sobre el siniestro paisaje. Senti como del edificio emanaba un poder pagano. ¡El palacio de Satan! Vi a hombres y mujeres de aspecto enfermizo que vivian en pequeñas cabañas junto al palacio. Estaban sentados alrededor de una montaña de carne podrida. Se estaba realizando un macabro y blasfemo ritual. Mire horrorizado, mientras que una joven era sacrificada a alguna oscura divinidad. Me quemaron con simbolos impios en la espalda, y me obligaron a mancillar mi fa. Comi carne podrida que hizo que mi estomago se revolviera. ¡Profane el cadaver putrefacto de un niño que no dejaba de reir! no recuerdo lo que paso despues...
He traicionado mi fe. He roto mi voto de celibato. He leido los aterradores titulares. ¡Mi vida debe acabar! Reza por mi, padre. Reza por toda la humanidad. Creo que los mas altos poderes se han estado riendo de nosotros, pobres e insignificantes criaturas, desde el principio de los tiempos.
"El Predicador"
(fragmento copypasteado del libro de Metropolis)