Chortiz
Publicado: 11 Abr 2004 22:10
Hay veces que te giras un poco y vuelves a replantearte todas aquellas preguntas para las que parece que no existe respuesta aunque, desde la pura lógica, no acabes de entender el porque de esa falta de respuesta.
Chortiz está a tres mil trescientos metros sobre el nivel del mar, en el altiplano de la cordillera de los Cuchumatanes. Demasiado alto y demasiado lejos incluso para estar en Guatemala. El lugar es precioso, uno de las montañas más bonitas por las que he paseado, pero claro, es precioso para pasear, no para vivir.
Chortiz está habitado por unas 35 familias de la etnia Qiche. Hay más quichés que ixiles en Guatemala, pero ser quiché en territorio Ixil es una putada, las minorías siempre se llevan la peor parte del pastel. Para llegar a Chortiz debes caminar desde la última carretera existente, ya sea Entrada Xepium o Xexuxcap, un mínimo de seis horas ascendiendo desde los 2000 a los 3300 metros durante todo el recorrido por estrechos senderos que serpentean entre las montañas.
En Chortiz se dedican a las papas (patatas) y a las ovejas; nada más sobrevive tan arriba. Durante los 70 llegaron a tener rebaños de más de 100 ovejas cada familia pero el ejército, aunque parezca mentira también llegaron hasta allá arriba, les quemó las casas, mató a sus rebaños y se llevó por delante a la mitad de la población de Chortiz durante la década de los ochenta. Ahora ninguna familia tiene más de 20 ovejas.
En Chortiz hace frío, y eso que ahora estamos en verano aquí en Guatemala. En invierno la lluvia se transforma en nieve. Hay sólo dos casas de block (hormigón), la escuela y el puesto de salud ambos cofinanciados por el gobierno y alguna organización internacional. El resto de casas están hechas de tablas de madera y techos de lámina de zinc. Huelga decir que el viento helado y la lluvia se cuelan entre las tablas sin mayor dificultad.
En Chortiz no hay maestro viviendo. Nadie cabal puede elegir vivir allí. De vez en cuando alguno lo intenta pero no aguanta mucho. Subir y bajar cada día desde la última carretera supone 12 horas de esfuerzo, demasiado incluso a cambio de un salario. En el puesto de salud tampoco hay médico, pero una vez cada dos meses llega un médico cubano que permanece allí durante un par de días. Cuba es una dictadura de mierda, pero son los únicos que se ocupan gratuitamente de la salud en las áreas rurales de toda Centroamérica. Si te pasa algo cuando no está el médico, te toca subirte a la grupa de una mula y aguantar las seis horas hasta la carretera más otras dos, si hay suerte y pasa un vehículo, hasta el hospital de Nebaj. (y para que os hagáis una idea, en el hospital de Nebaj que atiende a una población de 100 mil personas, en un área donde cada mujer tiene una media de seis hijos tan sólo hay dos incubadoras. Las dos, además, están inutilizadas desde hace más de un año, ya que quien las donó no pensó en facilitar la plata necesaria para su mantenimiento). Si te pasa algo mínimamente grave te mueres, así de fácil.
En Chortiz muchos de los niños tienen una tos crónica que acojona. La tos es debida tanto al frío como al humo de las estufas (cocinas de leña) que inunda las casas pues no se porque diablos no se construyen chimeneas para que lleve el humo fuera de la casa. Algunos llevan anoracks occidentales repletos de rotos y zurcidos, otros se tapan con toallas de esas que cuando ya no te sirven donas a Caritas. Las toallas aquí son el mejor remedio conocido contra el frío. El porque no llevan abrigos de lana, siendo ésta su principal producción es algo que no comprendo. Tal vez con tan pocas ovejas necesitan vender absolutamente toda la producción para sobrevivir o quizás no tengan los utensilios necesarios para tejer, no lo se.
En Chortiz, por supuesto, no hay ni electricidad ni agua potable. Solidaridad Internacional ha donado tanques de plástico y canalones que instalados junto a las casas recogen el agua de lluvia que baja por las láminas de zinc. Al menos así pueden disponer de agua.
En Chortiz, los hombres beben. Pero beben de verdad. Una petaca de cutxa (guarro) cuesta un quetzal (1/10 euros), y les dura menos de cinco minutos. Cuando vas caminando por el páramo no es raro encontrarte tirado a un lado del sendero a un tipo completamente dormido y borracho junto a un caballo ensillado que pasta tranquilamente unos metros más allá. Luego, en la aldea hay muchos más. Yo preguntaba por el alcalde auxiliar para conseguir las llaves del salón comunal que sirve de posada y una mujer me señaló a un hombre que estaba tirado en el suelo en medio del camino. Por suerte tenían copias en otro lugar. Subí a una de las casas que es también tiendecita para comprar algo de beber y en el porche estaba tirado, tapado con una manta, y en pleno delirio alcohólico un chaval de menos de quince años. Daniel, el tendero, se justificó, “es mi hijo”. Los bolos (borrachos) de Chortiz no son agresivos, aunque si te pillan en el impass en los que todavía están algo lúcidos se ponen un poco pesados hasta que consigues sacártelos de encima. Supongo que se bebe por pura desesperación; vamos!! si yo viviera allí me habría quedado ya sin hígado hace mucho tiempo.
En Chortiz tan sólo existe una salida, un sueño; conseguir llegar a los Estados. Dieciséis chavales de Chortiz ya se han marchado para allá. No tengo constancia de cuantos han llegado. Entrar de ilegal en los USA debe de ser dificilísimo, pero no me cabe ninguna duda de que, al menos, esos dieciséis se han dejado la vida por conseguirlo. Las casas de los triunfadores tienen las tablas más nuevas y las láminas de zinc relucientes. En los porches de las casas, a la vista de todos, protegidas tras un marco feo se muestran las reliquias que atestiguan el triunfo. Fotos de sus patojos (críos) ataviados al más puro “american way of life” con gafas de sol super fashion posando delante de casas y coches que seguro que no les pertenecen.
Al final, no puedes evitar ponerte a pensar si todo esto es necesario. Claro, durante muchos años poco o nada se podía hacer contra esto, pero ahora me parece que ya poseemos los instrumentos tecnológicos, los conocimientos científicos y los recursos económicos necesarios para evitar que existan Chortizes en el mundo. Porque, para qué nos sirve tanta mierda de nuevo milenio y de siglo XXI si todavía se nos mueren los niños de hambre o de un simple resfriado??. Algo no funciona, no??, algo anda muy mal en la ética colectiva cuando escogemos diariamente seguir permitiendo que ocurra todo esto. Claro, claro que esto es algo que nos sobrepasa, que queda más allá de nuestro alcance como seres individuales. Estoy de acuerdo en que no son decisiones que pertenezcan a un solo individuo. Pero como individuos nos hemos organizado, hemos creado instituciones que pretenden solventar los problemas colectivos. Y entonces, por qué continúan existiendo estos problemas??. Será que, en realidad esos problemas no nos importan lo suficiente??, que hemos creado estas instituciones con el simple fin de maquillar la conciencia colectiva de la humanidad??. Yo ya no se si los políticos son los culpables de todo o más bien son un invento genial para que los individuos podamos creernos libres de toda culpa. Antes las cosas pasaban porque Dios así lo quería, ahora pasan porque los políticos son unos inútiles. Al fin y al cabo es lo mismo; yo sigo sin tener la culpa de nada, pero mientras tanto los niños se continúan muriendo de hambre.
Vuestro, desubicado e inepto;
Dolordebarriga
PD: No creáis que os señalo con el dedo desde una tarima. Os señalo con el dedo, si, pero desde el mismo suelo que pisáis vosotros. Os juzgo y me juzgo exactamente con la misma severidad. Quizás haya llegado la hora de que comencemos a asumir nuestra porción de culpa como individuos. Quizás sabiéndonos culpables podamos comenzar a empujar todos en la dirección correcta. Yo os juro que no se cual es. Por eso os escribo.
Chortiz está a tres mil trescientos metros sobre el nivel del mar, en el altiplano de la cordillera de los Cuchumatanes. Demasiado alto y demasiado lejos incluso para estar en Guatemala. El lugar es precioso, uno de las montañas más bonitas por las que he paseado, pero claro, es precioso para pasear, no para vivir.
Chortiz está habitado por unas 35 familias de la etnia Qiche. Hay más quichés que ixiles en Guatemala, pero ser quiché en territorio Ixil es una putada, las minorías siempre se llevan la peor parte del pastel. Para llegar a Chortiz debes caminar desde la última carretera existente, ya sea Entrada Xepium o Xexuxcap, un mínimo de seis horas ascendiendo desde los 2000 a los 3300 metros durante todo el recorrido por estrechos senderos que serpentean entre las montañas.
En Chortiz se dedican a las papas (patatas) y a las ovejas; nada más sobrevive tan arriba. Durante los 70 llegaron a tener rebaños de más de 100 ovejas cada familia pero el ejército, aunque parezca mentira también llegaron hasta allá arriba, les quemó las casas, mató a sus rebaños y se llevó por delante a la mitad de la población de Chortiz durante la década de los ochenta. Ahora ninguna familia tiene más de 20 ovejas.
En Chortiz hace frío, y eso que ahora estamos en verano aquí en Guatemala. En invierno la lluvia se transforma en nieve. Hay sólo dos casas de block (hormigón), la escuela y el puesto de salud ambos cofinanciados por el gobierno y alguna organización internacional. El resto de casas están hechas de tablas de madera y techos de lámina de zinc. Huelga decir que el viento helado y la lluvia se cuelan entre las tablas sin mayor dificultad.
En Chortiz no hay maestro viviendo. Nadie cabal puede elegir vivir allí. De vez en cuando alguno lo intenta pero no aguanta mucho. Subir y bajar cada día desde la última carretera supone 12 horas de esfuerzo, demasiado incluso a cambio de un salario. En el puesto de salud tampoco hay médico, pero una vez cada dos meses llega un médico cubano que permanece allí durante un par de días. Cuba es una dictadura de mierda, pero son los únicos que se ocupan gratuitamente de la salud en las áreas rurales de toda Centroamérica. Si te pasa algo cuando no está el médico, te toca subirte a la grupa de una mula y aguantar las seis horas hasta la carretera más otras dos, si hay suerte y pasa un vehículo, hasta el hospital de Nebaj. (y para que os hagáis una idea, en el hospital de Nebaj que atiende a una población de 100 mil personas, en un área donde cada mujer tiene una media de seis hijos tan sólo hay dos incubadoras. Las dos, además, están inutilizadas desde hace más de un año, ya que quien las donó no pensó en facilitar la plata necesaria para su mantenimiento). Si te pasa algo mínimamente grave te mueres, así de fácil.
En Chortiz muchos de los niños tienen una tos crónica que acojona. La tos es debida tanto al frío como al humo de las estufas (cocinas de leña) que inunda las casas pues no se porque diablos no se construyen chimeneas para que lleve el humo fuera de la casa. Algunos llevan anoracks occidentales repletos de rotos y zurcidos, otros se tapan con toallas de esas que cuando ya no te sirven donas a Caritas. Las toallas aquí son el mejor remedio conocido contra el frío. El porque no llevan abrigos de lana, siendo ésta su principal producción es algo que no comprendo. Tal vez con tan pocas ovejas necesitan vender absolutamente toda la producción para sobrevivir o quizás no tengan los utensilios necesarios para tejer, no lo se.
En Chortiz, por supuesto, no hay ni electricidad ni agua potable. Solidaridad Internacional ha donado tanques de plástico y canalones que instalados junto a las casas recogen el agua de lluvia que baja por las láminas de zinc. Al menos así pueden disponer de agua.
En Chortiz, los hombres beben. Pero beben de verdad. Una petaca de cutxa (guarro) cuesta un quetzal (1/10 euros), y les dura menos de cinco minutos. Cuando vas caminando por el páramo no es raro encontrarte tirado a un lado del sendero a un tipo completamente dormido y borracho junto a un caballo ensillado que pasta tranquilamente unos metros más allá. Luego, en la aldea hay muchos más. Yo preguntaba por el alcalde auxiliar para conseguir las llaves del salón comunal que sirve de posada y una mujer me señaló a un hombre que estaba tirado en el suelo en medio del camino. Por suerte tenían copias en otro lugar. Subí a una de las casas que es también tiendecita para comprar algo de beber y en el porche estaba tirado, tapado con una manta, y en pleno delirio alcohólico un chaval de menos de quince años. Daniel, el tendero, se justificó, “es mi hijo”. Los bolos (borrachos) de Chortiz no son agresivos, aunque si te pillan en el impass en los que todavía están algo lúcidos se ponen un poco pesados hasta que consigues sacártelos de encima. Supongo que se bebe por pura desesperación; vamos!! si yo viviera allí me habría quedado ya sin hígado hace mucho tiempo.
En Chortiz tan sólo existe una salida, un sueño; conseguir llegar a los Estados. Dieciséis chavales de Chortiz ya se han marchado para allá. No tengo constancia de cuantos han llegado. Entrar de ilegal en los USA debe de ser dificilísimo, pero no me cabe ninguna duda de que, al menos, esos dieciséis se han dejado la vida por conseguirlo. Las casas de los triunfadores tienen las tablas más nuevas y las láminas de zinc relucientes. En los porches de las casas, a la vista de todos, protegidas tras un marco feo se muestran las reliquias que atestiguan el triunfo. Fotos de sus patojos (críos) ataviados al más puro “american way of life” con gafas de sol super fashion posando delante de casas y coches que seguro que no les pertenecen.
Al final, no puedes evitar ponerte a pensar si todo esto es necesario. Claro, durante muchos años poco o nada se podía hacer contra esto, pero ahora me parece que ya poseemos los instrumentos tecnológicos, los conocimientos científicos y los recursos económicos necesarios para evitar que existan Chortizes en el mundo. Porque, para qué nos sirve tanta mierda de nuevo milenio y de siglo XXI si todavía se nos mueren los niños de hambre o de un simple resfriado??. Algo no funciona, no??, algo anda muy mal en la ética colectiva cuando escogemos diariamente seguir permitiendo que ocurra todo esto. Claro, claro que esto es algo que nos sobrepasa, que queda más allá de nuestro alcance como seres individuales. Estoy de acuerdo en que no son decisiones que pertenezcan a un solo individuo. Pero como individuos nos hemos organizado, hemos creado instituciones que pretenden solventar los problemas colectivos. Y entonces, por qué continúan existiendo estos problemas??. Será que, en realidad esos problemas no nos importan lo suficiente??, que hemos creado estas instituciones con el simple fin de maquillar la conciencia colectiva de la humanidad??. Yo ya no se si los políticos son los culpables de todo o más bien son un invento genial para que los individuos podamos creernos libres de toda culpa. Antes las cosas pasaban porque Dios así lo quería, ahora pasan porque los políticos son unos inútiles. Al fin y al cabo es lo mismo; yo sigo sin tener la culpa de nada, pero mientras tanto los niños se continúan muriendo de hambre.
Vuestro, desubicado e inepto;
Dolordebarriga
PD: No creáis que os señalo con el dedo desde una tarima. Os señalo con el dedo, si, pero desde el mismo suelo que pisáis vosotros. Os juzgo y me juzgo exactamente con la misma severidad. Quizás haya llegado la hora de que comencemos a asumir nuestra porción de culpa como individuos. Quizás sabiéndonos culpables podamos comenzar a empujar todos en la dirección correcta. Yo os juro que no se cual es. Por eso os escribo.