Que no todo va a ser lo que nos dicen por la tele.
Por ejemplo, para empezar:
- Policía:
Aquel que sea un poco observador se da cuenta no sólo del aumento del número de munipas apostados en determinados sitios (bocas y estaciones de metro), también es palpable el tráfico de policía por las calles de la capital, de municipales, nacionales y también, para los más observadores, de secretas a toda hostia por la castellana, donde me he pasado tirado la mitad de las vacaciones.
Lo de la policia secreta me da un mal rollo especial.
- Metro:
Aparte de algún que otro policia que ronda el metro de Madrid bajo tierra, en Nuevos ministerios por ejemplo, también hay muchos coches parados en las bocas que no inspiran ni la más mínima ilusión de seguridad, más bien al contrario (Paco Paco, dame fuego, anda). En el Intercambiador de Moncloa yo solo veo secretas, podrá ser paranoia tras algún que otro añito eludiéndolos por tener algún hábito un poco ilegal, ya sabeis todos a qué me refiero.
Yo digo que si te fijas, se nota quién lo es o quién podría serlo perfectamente.
Mención especial para el molestísimo aviso:
- Atención señores viajeros, Metro de Madrid informa:
Por favor, tengan cerca su equipaje de mano y demás pertenencias personales, en pro de la seguridad, blablablá"
Las caras que ponen segun qué personas tras oir esto son de puta foto.
Susurran tacos, maldicen a los putos moros, se cagan en Dios y la triste mayoría aspira fuerte, mira al suelo y exala el aire, al tiempo que aprietan los labios superior e inferior en una clara mueca de resignación, y/o menean un poco la cabeza de lado a lado mientras juguetean con las manos, absortos en sus propios pensamientos.
- La gente:
Pues crispada de la hostia, como van a estar. En la calle, pintadas en contra de los moros, España para los españoles y demás detalles. En los asientos traseros de los autobuses de línea donde abundan las pintadas tipo "Jenny corazón Pedro, 20-3-04", "Hala Madrid" y "Javi de Parla estuvo aquí" he observado alguna que otra curiosa, por ejemplo, "Mexico con España", "Juntos por la Paz", "Por un mundo más libre"... la verdad que te hacen sonreir, vaya que sí. El 16 o el 61 son buenos ejemplos.
En las charlas de café la expresión "putos moros" va afianzando su posición. En el metro siempre hay quien escudriña el vagón de arriba a abajo en busca de algún magrebí, y cuando lo encuentra, se le queda mirando. Miradas especialmente penetrantes para aquellos que llevan una mochila. Lo mismo pasa cuando coges el autobús.
Hace algunos días en el mismo Metro fui testigo de una de esas pequeñas historias. Iba en mi asientro mirando las caras de la gente mientras escuchaba una canción de esas que has eschuchado mil y una veces antes, prestandole poca atención a la música y sí, en cambio, a esa multitud de rostros anónimos de aquellos que viajan conmigo, uno de esos pequeños hobbies que todos tenemos.
Bien, en una parada entró un magrebí con cara de pocos amigos. Objetivamente quiero decir, la cara de mala hostia no es patrimonio exclusivo de ninguna raza en especial.
El personaje en cuestión pasó de sentarse aún habiendo asientos libres. caminó hasta las puertas que estaban enfrentadas a aquellas por donde entras, dejó su mochila en el suelo a no más de un metro suyo, y se apoyó con la espalda a la puerta para no caerse debido al "leve" traqueteo de los vagones de la línea 7.
Mentiría si no dijera que en ese momento la idea de que ese hombre era un terrorista rondó por unos segundos por mi cabeza, pero un instante después volví a la realidad y ese pensamiento de diluyó en mi cabeza junto con otros asuntos más triviales.
-"Paranoia", pensé.
No debí ser el único cuando un momento después un señor le dijo al marroquí que por favor recogiera su mochila del suelo, que si no entendía lo que estaba pasando. Educadamente eso sí, y la verdad que me sorprendió. Accedió, no se si de muy buena gana. El incidente no fue a más porque el señor de la mochila paraba en la siguiente estación. Quizá no era su parada. En todo caso, decidió bajase.
Mis desconocidos compañeros de viaje no dijeron una sola palabra. Pero juro que más de uno aplaudió en absoluto silencio, con los ojos, la acción de aquel que le increpó.
En el fondo yo también.
Si en lugar de haberle increpado un señor normal y corriente lo hubiera hecho unos de esos nazis que pululan por Moncloa las cosas hubieran pasado de una manera bien distinta.
PD: Si alguien sabe algo sobre la veracidad de los cinco avisos de bomba del metro el día 12 de Marzo, que lo cuente.
He leído que los terroristas de Leganés tenían pensado atentar contra una sinagoga al norte de Madrid o algo así. Personalmente no me lo creo, es más, estoy casi convencido que pensaban atentar en el dichoso Metro de los cojones y que lo de la sinagoga es para no asustar más a la banda.
Tonneti, me interesa especialmente lo que piensa la gente de Leganés.