La llamada (phorera) de Cthulhu - La Isla del Norte

[Johann Krauss]

- Jajajja, si eso es lo más raro que hi ha visto vamos apañaos. ¿La vio por aquí, señor Eben?- Al cabo de unos instantes rectifica azorado -Perdonime señor Eben, no mi tendría que haber reído, no señor, está muy feo reírse de lo que dicen los demás, discúlpeme usté si puede, señor Eben, a veces soy un a poco simplón, si señor, soy un a poco simplón sin querer.

-Eeeh... -Ebenezer duda ante tu discurso- No hace falta que se disculpe, caballero. Pero sí, he visto cosas extrañas.

Os voy a dar un par de posts más por si queréis charlar entre vosotros y con Ebenezer y luego llegaréis a la isla.

[dunker]

-Pues sí. Entre la isla y tierra sólo está mi bote. Pero no se preocupen. Yo tengo una casita también en la isla, donde me quedaré. Estaré ahí para lo que necesiten.

Me quedo con las indicaciones de cómo llegar a su casita. No se me da mal la orientación, así que tenemos un lugar al que ¿huir?.

Estamos llegando ya. Reúno al resto del equipo, en un aparte (Máster: ¿es posible dentro del barco? A ser posible, quiero que no se entere el marinero) e intento romper el hielo de una vez.

- Veo que usted (Arneson) ha preguntado por Matheson. En vista de que tenemos que trabajar juntos y todos los intentos de acercamiento entre nosotros no han sido fructíferos más allá de superficialidades, les contaré mi historia con este señor.
Soy originaria de Katr’Nul, la ciudad de amatista, construida en mitad de la selva y en armonía con ella, en las Tierras del Sueño, ciudad en la que se adora a la diosa Bast. Vine a la Tierra a través de un portal y poco después fui reclutada por Matheson en La Sociedad Filantrópica Axelrod. No sé muy bien cómo llegó hasta mí, tal vez mis habilidades físicas y para el combate cuerpo a cuerpo llegaron hasta sus oídos; solo sé que gracias a él, estoy aquí con ustedes, contando los minutos para llegar a tierra firme. Les animo a compartir su experiencia personal.

[Johann Krauss]

El bote no me lo imagino muy grande, más bien una barca, con el tamaño justo para que quepan 6 personas y un navegante. Pero vamos a poner que Ebenezer está a su rollo y no se entera de la conversación.

¿Katr'Nul? ¿Tierras del sueño? ¿Bast? ¿Portales? Todo esto es un bombardeo de información extraña para vosotros, aunque seáis individuos excepcionales. Va a requerir una tirada de "Mitos de Cthulhu" por parte de cada uno para determinar si entendéis de qué habla. Dadme unos minutos y lo organizo.

[Johann Krauss]

He tomado una decisión: como esto es una tirada de conocimiento sólo voy a decirle por privado a cada uno el resultado de los dados, si lo supera o no y en caso afirmativo qué es lo que sabe. La puntuación de "Mitos de Cthulhu" suele empezar siendo muy baja así que no esperéis gran cosa.

Lo siento por los espectadores porque no se van a enterar del resultado de la tirada salvo que los actos y diálogos delaten más tarde a cada personaje.

En breve os llegará un mensaje privado a los jugadores.

[Ruttiger]

Yo mientras los dioses deciden nuestro nivel de empanamiento en el lore universal yo respondo a Tillian con un cierto laconismo. Me debato entre una tendencia natural a valorar el poder del conocimiento por lo que me incomoda regalarlo alegremente y la sensatez en el discurso de la amazona al indicar que sería conveniente entablar lazos de confianza para el buen devenir de nuestra misión.

Conocí al doctor en mhhh... En Yakarta. En un yacimiento, sí, en Yakarta. Soy experto en... ciertas razas... em... diríamos ancestrales. En cuanto supe de los motivos de su organización me sentí inmediatamente interesado y... er... insistí en colaborar con él. Desde luego el interés fue recíproco por mis... conocimientos y su oferta fue casi inmediata.

¿Qué nos cuenta usted, Dandan? Lleva guardando silencio toda la travesía. ¿Cómo conoció al súper Matheson?

[Johann Krauss]

Soy originaria de Katr’Nul, la ciudad de amatista, construida en mitad de la selva y en armonía con ella, en las Tierras del Sueño, ciudad en la que se adora a la diosa Bast.

Se hace el silencio. La mujer vestida con ropas de hombre está diciendo cosas muy extrañas para vosotros. No entendéis lo que dice pero por ahora lo aceptáis tácitamente teniendo en cuenta que os han dicho previamente que todos en este grupo tenéis algo que os hace únicos. "Quizá no soy el único/la única que ha visto mierdas raras en su vida", pensáis.

Me quedo con las indicaciones de cómo llegar a su casita. No se me da mal la orientación, así que tenemos un lugar al que ¿huir?.

Ebenezer explica que no es difícil llegar a su cabaña desde el centro psiquiátrico. Está cerca, se ve perfectamente desde allí. Hay tres pequeñas cabañas y una letrina. En una de esas cabañas vive él.

[Johann Krauss]

(Todos menos Dunker deberíais haber recibido un privado con el resultado de la tirada. Si no lo habéis hecho decídmelo. Tengo la sensación de que estoy haciendo algo mal con los mensajes).

[Johann Krauss]

En cuanto a Matheson, podéis inventar vosotros mismos cómo os llegó a conocer, basándoos en el breve trasfondo que os he enviado con la ficha (como ha hecho Ruttiger). Si no se os ocurre nada y necesitáis una historia, puedo intentar estrujarme las meninges a ver si a mí se me ocurre algo.

[Polina]

Soy un bulto menudo arrebujado entre ropas que se ciñen mediante cintas. Levanto la cara a medida que el bote se acerca a la isla.
He estado conteniendo las náuseas que me provoca el zarandeo de la barca, debe de ser la tercera vez en mi vida que navego y en las otras dos ocasiones el trayecto no fue tan largo ni mi memoria los retiene con claridad, era sólo una niña.
Las náuseas del trajín son sustituídas por otro tipo de malestar a medida que nos aproximamos a tierra, no sé si lograré vomitar fuera del bote o secundaré al otro tripulante indispuesto, aunque trataré de no hacerlo encima de los pies de alguien. Sería un mal comienzo.
Mis ojos ya de por sí rasgados, están apenas abiertos y evitan sostener la mirada de los otros acompañantes aunque puedo entender la curiosidad que les provoco por no haber participado en ninguna conversación hasta el momento.
Pero lo cierto es que no manejo demasiado bien su idioma y en gran medida se me escapan sus comentarios.
Prefiero concentrarme en llegar a tierra sin llamar la atención.

[Johann Krauss]

La barca arriba por fin a un pequeño muelle de tablones en la isla. Ebenezer ata el cabo del bote al amarradero y os ayuda a bajar y a sacar vuestros equipajes para 5 días.

-Si quieren déjenlo todo aquí y vayan directamente al centro. Yo me encargaré de llevar sus cosas. En cuanto a eso que lleva, caballero... -señala a Octavious y el fusil a su espalda- No sé si le dejarán entrar con él por la puerta principal. Algunos residentes podrían ponerse nerviosos. Quizá sea mejor que lo lleve yo. Entraré por la puerta de la lavandería y les dejaré sus equipajes arriba, junto a sus habitaciones.

Más allá del embarcadero, una playa de guijarros oscuros que parece continuar rodeando la isla, y después una larga escalera de piedra que sube y sube una pendiente empinada hasta el edificio del psiquiátrico. Sus luces cálidas se os antojan acogedoras después del frío y los vaivenes. (Por cierto, son las 5 de la tarde. Aún hay luz pero pronto empezará a atardecer).

Mientras subís los escalones y llegáis al centro tendríais un par de minutos para charlar algo más, lejos de los oídos de Ebenezer, si queréis.