
Libro de 1975 (mi año), famoso en ambientes post hippies, ecologistas y de la contracultura, que cuenta como unos chalados se rebelan contra el progreso y cementazo.Algo que les indigna. Ver el magnífico desierto del Oeste norteamericano desfigurado por las grandes compañías industriales. Por eso, estos cuatro rebeldes deciden plantarle cara a la «gran máquina»: un ex boina verde veterano de Vietnam, adicto a la cerveza y otro peligros; un cirujano madurito pero incendiario; su bravucona amante y asistenta exiliada del Bronx, y un guía mormón, polígamo y nostálgico que se siente fuera de su comunidad. Con el simple poder de sus tenazas -bueno, y algo más-, comienzan a luchar contra todo aquello que tanto afea su desierto (maquinaria, obras, puentes, tendidos eléctricos...) con un objetivo claro, la maldita presa de Glen Canyon. Edward Abbey cuenta en esta hilarante joya cómica la conjura de cuatro divertidos "quijotes", nada correctos, que se lanzarán a la persecución de todo aquello que pretendidamente llaman "civilización" y que no hace otra cosa que subvertir “el orden natural" de las cosas. Sin duda, una denuncia de los excesos del mundo de las corporaciones industriales y del consumismo, un canto a la naturaleza y un himno a la desobediencia civil. Sin duda, una historia tan subversiva como su propio brío tragicómico. Sin duda, toda una larga travesía por el desierto.
La edición es muy chula, porque tiene ilustraciones de Robert Crumb (además de portada y contraportada, tiene una o dos por capítulo).
Es muy diferente a como me imaginaba (llevaba años en mi Kindle). Por un lado, está mucho mejor escrito de lo que creía, en el sentido de que pensaba que sería un libro gamberro y con mucho mensaje ideológico, algo muy loco, pero mal escrito. Y no. El tipo escribe bien. Por otro lado, la gamberrada y el dibujo de personajes perdidos tiene su lugar, claro, pero el amor a la naturaleza está por todas partes, bien presente y bien dibujado. Además, a pesar de que podríamos decir que es un libro desenfadado, tiene su fondo, su discurso y los personajes tienen más desarrollo de lo que yo creía. Las expectativas, las expectativas.
Todo esto en el lado positivo. En el lado negativo, el último tercio del libro se me ha hecho pesado, porque se centra demasiado en el detalle y el realismo de una huida por un territorio (que se nota que el autor conoce muy bien) despoblado y agreste, difícil de habitar. Subimos por este cañón, hacemos rápel por aquí, aquí hay agua… demasiado descriptivo en sus detalles más nimios. Hubiera preferido más acción en menos páginas, parece casi un manual de supervivencia en la Utah desértica.
En conjunto me ha gustado, pero ya digo que el último tercio se me hizo pesado.
Hay una continuación (“¡Hayduke vive!”, título que es un spoiler en sí mismo), y tengo el libro en casa (me lo regalaron), pero no creo que lo lea, porque me parece demasiado. Pero he mirado otros libros del autor, porque me ha sorprendido positivamente lo bien que escribe.
Los cuatro personajes centrales dibujados por Crumb:
