La vida real

[PrimeroDerecha]

(Reescribiendo, a ver si le doy más credibilidad al detective)

[Narciso]

Esta bien. Al principio parecía estar leyendo a Paul Auster, pero no. Escuchando algo de spinvis y The Dereck Trucks band se me ha hecho muy agradable la lectura. Me gusta esa referencia a Robert Doisneau.

[PrimeroDerecha]

Muchas gracias por tu comentario. Son del tipo que me hacen meditar sobre la imprescindible necesidad de no poner por escrito ni la lista de la compra.

Sinceramente, Narciso, creo que eres un parásito. Mientras que los demás miembros del foro, cuando han hecho un comentario, se han limitado a aplaudirlo o a denostarlo, tu pretendes hacerlo tuyo, mejorarlo, darle un enfoque, justificarlo, adornarlo, cuando nadie te lo ha pedido. Tus comentarios huelen a tapón, a "hasta aquí hemos llegado", a nota del profesor, a fin de trayecto.

Hasta que apareciste, se podían leer algunos comentarios distintos. Incluso hubo un conato de participación. Con tu presencia, vagando por todas las salas y expandiendo tu pretendido magisterio, sólo ha quedado el silencio.

Eres un pamplinas. Y no te molestes en contestarme, porque en este preciso instante te coloco en la lista de ignorados. Mejor, apúntalo en tu diario y trúfalo con lo injusta que es la vida y algunas citas de La conjura de los necios, que eso relaja mucho. O hazte una paja, que relaja mucho más y molesta menos a los demás.

[Narciso]

Parece que viniera a cagarme en tú "trabajo", pero no era mi intención. Bueno, que disculpa de todos modos, aunque no iba con la intención de joderla, como ya te he dicho( en dos línes dos veces). Esta bueno el relato, ya veo que te vas extendiendo en ellos.(con eso hubiera sobrado).

[PrimeroDerecha]

Querido Narciso,

Eres cansino. Hazme el favor de comprobar si estás vacunado contra el tétanos cortándote con una sierra eléctrica oxidada ambas piernas a la altura de las ingles. Y no dejes de poner un mensajito indicando tu estado.

[Narciso]

Querido Narciso,

Eres cansino. Hazme el favor de comprobar si estás vacunado contra el tétanos cortándote con una sierra eléctrica oxidada ambas piernas a la altura de las ingles. Y no dejes de poner un mensajito indicando tu estado.

Mientras sean las extremidades inferiores aun tendré las superiores, que al fin y al cabo son la que más utilizo para jodertela un rato si así es como lo quieres. Recuerda, no puedo ser yo más cansino que tú si respondes a mis post, así que vienbenida al mundo de los equivalentes. Yo te quiero aun más. Sabía que aún no me tenía en tu grupo de greek(puñeteros ijor de putas cansinos, s.a), en el fondo me quieres colegüi, no te engañes, y esa fantasía de "viernes 13" no es más que profundizar en tu odio para dejar de quererme, pero no podrás porque sigo por aquí, por todos los lugares de este foro, al lado tuya, DAME UN BESIIIIIIIIIIIIITOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO,PLEASEEEEEEEEEEEEEEEEE.

[Dolordebarriga]

Aparezco para decirte que, aunque me propongo machacarte en el posting, pienso que cuando escribes ficción eres realmente bueno.

Tú, meloso estoy;

Dolordebarriga

[PrimeroDerecha]

Gracias. Es un elogio inmerecido, pero muy reconfortante.


Aprovecho la ocasión para indicarte que, aunque sólo sea para joderle el pronóstico a Pepegut (al que hamo con frenesí), haré lo imposible por ponértelo complicado.

[mayhem]

Bien, Primero, bien. Escribes muy bien, la verdad. El relato en sí me ha dejado un poco frío, y la conclusión más, pero aún y así merece la pena leerte por aquí.

Dos cosas:

1) Es evidente que sabes poco o nada acerca de cómo trabaja un detective privado.
2) Esto:

Así pues, de la noche a la mañana, me convertí en una de esas personas que pueblan terrazas, deambulan por las calles y controlan las mil y una obras públicas que siembran una ciudad, sin más necesidad que refugiarme en la conversación apasionante de limpiabotas, tertulianos ocasionales y demás actividades que se ocultan a quienes llenan las hojas de su agenda de actos productivos.

Sin caer en la rutina – principal premisa que me marque en este renacer – aprovechaba las terrazas, puestos de observación privilegiados en las venas de la ciudad, para mirar, sin más fin que deleitarme en el ir y venir de la gente. Tomaba notas en las servilletas, como apuntes del natural para mi propio disfrute, y con las mismas, arrojaba las servilletas a una papelera, en el deseo de no atarme, ni siquiera a los recuerdos.

me ha recordado a los soplagaitas que se aposentan en el Starbucks.

Siento la imperiosa necesidad de hablar de esa puta chusma. Hace mucho tiempo que noto esa necesidad, como cuando de vez en cuando se me ocurría una gran historia (ya pasó esa época) y necesitaba escribirla y, tal vez más aún, que la gente la leyera, aunque fuera en este foro (lo cual sin duda me convierte en culpable de varios de los pecados del típico asiduo de Starbucks, dicho sea de paso, pero yo jamás -JAMÁS- seré tan denigrante).

Hará cosa de un mes iba yo paseando por el centro de Barcelona con Samurai y otro tipo que a vosotros os resulta anónimo, cuando en un Starbucks que hay a medio camino entre Urquinaona y plaza Catalunya vimos al prototípico retrasado mental que frecuenta esos lugares. Con una libreta (de las caras, nada de normablock) en el regazo y un bolígrafo en los labios, oteaba el horizonte (o lo más parecido a horizonte que pueda ser oteado en la Ronda San Pedro), sin duda buscando algo que le inspirara (puaj) en el deambular de la gente.

Buscando algo que le inspirara, algo que le permitiera plasmar en papel un delicioso contrapunto entre lo que ocurría en la calle y su estado de ánimo. Algo precioso, poético. Algo que necesitaba ser escrito en un Starbucks.

Como diría mi querida Locusta, la tenía así (........) -tamaño real- de pequeña.

Lo hubiera sacado a empujones de ese café para gilipollas y una vez en la calle le hubiera hecho morder la acera a base de pisotones en la nuca.

Pero claro, eso es ilegal y está bastante penado además.

Así que no lo hice.

Y por eso aún me jode.

De haberlo hecho, sería un 200% más feliz por ello, pero un 300% menos feliz por estar cumpliendo condena.

En fin.

Sólo era eso. Tal vez mañana me sienta un poco mejor.

Venga.

[PrimeroDerecha]

Buscar inspiración en un Starbucks es como buscar compasión en una reunión de la OPEP.

En todo caso, creo que se ha perdido el respeto por la ociosidad absoluta. En los aeropuertos, miles de pasajeros se obstinan en plantar su cara en las pantallas de los portátiles, o su oreja en el teléfono, en lugar de asistir al gran teatro que es la puerta de embarque de cualquier vuelo.

No se si eso es peor que el caso que refieres. Pero es que donde yo vivo, no hay Starbucks. Aunque si hay gilipollas.