Za Za Za-ragoza Ciudad...
Publicado: 29 Mar 2004 01:38
El viento azotaba mi cara. Sentado en un banco de plaza españa, esperaba que se hiciesen las seis y media, había quedado con un persona frente al Mcdonalds. Miraba el transito, los coches pasaban a gran velocidad por la rotonda que se formaba en la plaza. Fumaba un cigarrillo bajo el sol cuando se colocó junto a mi un anciano. Una maleta con el dibujo de una virgen colgaba de su mano, y una chaqueta de lana y unos pantalones me camuflaje verdes le vestían. Se sentó.
_ Hola, buenas tardes_ dijo mientras mordía un trozo de raíz.
_ Me temo que no_ contesté.
_ ¿Perdone?_ me miró sorprendido.
_ ¿Que me quiere vender?_
_ No le quiero vender nada, vengo a merendar_ contesto el anciano mientras se sacaba la raíz de la boca_ Primero me fumare un celta_ el hombre extrajo un pitillera metálica y la abrió, sacó un cigarrillo y se lo puso en la boca _ ¿Me da fuego por favor?
Sin pensarlo dos veces saque el mechero del bolsillo y encendí su cigarrillo.
_ Gracias_ dio una larga calada y me miró_ Este mundo esta desquiciado.
_ Mientras usted y yo lo sepamos, todo ira bien_ contesté.
El anciano volvió a mirarme, mientras intentaba abrir la cerradura de su maleta. Volví a prestar atención al trafico, los coches cada vez iban más rápido, como si el tiempo se acelerara por un momento.
_ La mano, se me ocurrió de golpe,_ dijo el anciano_ La mano, la puse sin pensarlo,_ señalo la maleta. El dibujo era simple, pero tenía su visión artística; la virgen del pilar, un fondo de manos con las palmas abiertas y la cara de una niña, que miraba a la virgen._ lo hice en el psiquiátrico.
_ ¿Se dedica al arte allí?_ el anciano me estaba intrigando.
_ Hago alguna cosa, pero no mucho, prefiero hacer otras cosas. Hoy he perdido la riñonera en el 23, me la encontré en la calle el otro día, es una lastima por que me gustaba mucho. Lo que pasa es que los conductores me conocen y la han guardado, luego tengo que ir a recogerla.
_ Hay que ir con cuidado al bajar, no se deje nada hombre_ le aconsejé.
_ Ya, pero tampoco pasa nada, se que me la han guardado._contesto.
Miré el reloj, las seis y veinte, diez minutos para la hora, di la ultima calada al cigarrillo.
_ Bueno, tengo que irme, me están esperando._ dije mientras me levantaba de mi asiento.
El anciano frunció el cejo y movió los labios, produciendo una extraña onda en su espesa barba y me extendió la mano. La cogí y la estreché.
_ Juan José Padilla_ dijo.
_ Sergio Canto, encantado.
_ Igualmente
_ Que termine de aprovechar la merienda.
_ Gracias.
Me alejé sonriente de la plaza. Una buena manera de empezar la tarde, pensé.
Shin
_ Hola, buenas tardes_ dijo mientras mordía un trozo de raíz.
_ Me temo que no_ contesté.
_ ¿Perdone?_ me miró sorprendido.
_ ¿Que me quiere vender?_
_ No le quiero vender nada, vengo a merendar_ contesto el anciano mientras se sacaba la raíz de la boca_ Primero me fumare un celta_ el hombre extrajo un pitillera metálica y la abrió, sacó un cigarrillo y se lo puso en la boca _ ¿Me da fuego por favor?
Sin pensarlo dos veces saque el mechero del bolsillo y encendí su cigarrillo.
_ Gracias_ dio una larga calada y me miró_ Este mundo esta desquiciado.
_ Mientras usted y yo lo sepamos, todo ira bien_ contesté.
El anciano volvió a mirarme, mientras intentaba abrir la cerradura de su maleta. Volví a prestar atención al trafico, los coches cada vez iban más rápido, como si el tiempo se acelerara por un momento.
_ La mano, se me ocurrió de golpe,_ dijo el anciano_ La mano, la puse sin pensarlo,_ señalo la maleta. El dibujo era simple, pero tenía su visión artística; la virgen del pilar, un fondo de manos con las palmas abiertas y la cara de una niña, que miraba a la virgen._ lo hice en el psiquiátrico.
_ ¿Se dedica al arte allí?_ el anciano me estaba intrigando.
_ Hago alguna cosa, pero no mucho, prefiero hacer otras cosas. Hoy he perdido la riñonera en el 23, me la encontré en la calle el otro día, es una lastima por que me gustaba mucho. Lo que pasa es que los conductores me conocen y la han guardado, luego tengo que ir a recogerla.
_ Hay que ir con cuidado al bajar, no se deje nada hombre_ le aconsejé.
_ Ya, pero tampoco pasa nada, se que me la han guardado._contesto.
Miré el reloj, las seis y veinte, diez minutos para la hora, di la ultima calada al cigarrillo.
_ Bueno, tengo que irme, me están esperando._ dije mientras me levantaba de mi asiento.
El anciano frunció el cejo y movió los labios, produciendo una extraña onda en su espesa barba y me extendió la mano. La cogí y la estreché.
_ Juan José Padilla_ dijo.
_ Sergio Canto, encantado.
_ Igualmente
_ Que termine de aprovechar la merienda.
_ Gracias.
Me alejé sonriente de la plaza. Una buena manera de empezar la tarde, pensé.
Shin