Demian escribió:Nico escribió:Te lo diré de este modo: hay libros imprescindibles que no te has leído y que cuestan mucho menos que eso.
Bueno, al final te he hecho caso doblemente. He hido a la biblioteca ( de momento y hasta que se confirme el canon sobre préstamos ( tema a tratar extensamente), sigue siendo gratuita) y he cogido
Ulises.
Bueno, en realidad no fui yo quien recomendó el "Ulises", yo lo que le recomiendo a todo aquel que quiera escucharme (y a quien no quiera, también) es "La montaña mágica" de Thomas Mann, y, con algún que otro aviso administrativo, "En busca del tiempo perdido" de Proust; y cualquier cosa (en prosa) que haya salido de la superdotada pluma de don Francisco de Quevedo Villegas (para la lectura inicial del cual señalo invariablemente cosas como la "Vida del buscón" y los "Sueños"), el hombre que -para mi modestísimo entender- ralló más altas cotas de exquisitez en el manejo
no gratuito del castellano, y sin tener para ello que dárselas siempre de sensible y serio (ese rasgo, la despreocupación del fondo sumada al virtuosismo de la forma, es una de las cosas que más echo de menos en la literatura hispánica contemporánea).
Con Quevedo he experimentado placeres literarios sin igual que, a veces, con la lectura repetida de un breve parrafito o frase, siguen el proceso siguiente:
1) Primera lectura rápida del fragmento: no entiendo qué ha querido decir.
2) Segunda lectura, más atenta: empiezo a captar el sentido pero aún no ato todos los cabos.
3) Tercera lectura: empiezo a atar cabos acostumbrando mi atolondrado cerebro vigésimonónico a las sutilezas y/o peculiaridades de su lenguaje.
4) Cuarta lectura: me
admiro de la manera en que ha logrado decir lo que ha dicho, cuando cualquier otro lo hubiese dicho de otra -y peor- manera.
5) Quinta lectura: me
maravillo de la manera en que ha logrado decir lo que ha dicho, cuando cualquier otro lo hubiese dicho de otra -y peor- manera.
6) Sexta lectura: me pregunto por qué soy tan obtuso y no lo entendí a la primera, cuando no se puede decir de mejor manera lo que se dice ahí. Me pregunto dónde creí ver una falla o incoherencia, si jamás leí castellano tan coherente como ese.
7) Séptima lectura: me pregunto de dónde surgió este extraordinario personaje, a qué raza intergaláctica pertenece, y cómo se puede llegar a reunir tanto jodido estilo en una sola frase.
8) Octava lectura: trato de memorizar el fragmento, y me digo que Quevedo es como el infinito: uno no lo alcanzará nunca, pero por lo menos ha de luchar por
tender a él.
9) Novena lectura: será la próxima y terminará en la lectura número 18.
PD: A modo de ejemplo, la dedicatoria de "El sueño de las calaveras" (copio a mano):
Al conde de Lemos, presidente de Indias.
A manos de vuesa excelencia van estas desnudas verdades, que buscan, no quien las vista, sino quien las consienta. Que a tal tiempo hemos venido, que, con ser tan sumo bien, hemos de rogar con él. Prométese seguridad en ellas solas. Viva vuesa excelencia para honra de nuestra edad.
Don Francisco de Quevedo Villegas
Y así, todo. Dios, qué grande era este cabrón.
"A manos de vuesa excelencia van estas desnudas verdades, que buscan, no quien las vista, sino quien las consienta".... ¡joder!