Tu alma en un papel.
Publicado: 20 Nov 2004 18:47
Has corrido las cortinas mil veces al amanecer, no dejando parte expuesta a la luz. Tus noches han sido largas y bien aprovechada. Has vertido sangre en un millón de copas, y has sentido rejuvenecer tu cuerpo en cada sorbo metálico. Has acariciado por ultima vez el cabello de centenares de bellezas que nadie llega a soñar. Vives inmerso en un mundo de lujuria carnal y sangrienta, la oscura noche se cierne y tu estomago revolotea en un gorgoteo animal que te cuesta de retener. Has vivido esto cada día durante centenares de años, pero el anochecer te resulta tan bello que llorarías, pero tus ojos están más muertos que tu y no reflejan luz alguna.
Sigues a la bestia que te poseyó en el pasado, obedeces sus ordenes sin oponer resistencia, atrapado por un yugo que conseguiste en sangre. Condenado eternamente. Obstinado al principio te costó aceptar la realidad, habías sido encerrado en una cárcel y la llave de tu celda reposaba en el fondo de algún mar paradisiaco, donde siempre hace sol, rodeado de islas vírgenes que tu jamás podrás pisar. Pero te da igual, solo piensas en una cosa, comer.
Caminas entre las sombras como un espíritu atado al mundo terrenal que se oculta de los ojo vigilantes.En verdad eres eso, un muerto andante que no conoce el sentimiento, que no alberga humanidad alguna, solo un deseo oscuro, corrupto. Tu alma en un papel que destiñe al sol, acariciando por ultima vez el pelo de una chiquilla, succionando para saciar la sed que te impulsa a matar. La condena solo tiene un final, está en tus manos, acaricias la arena. Durante décadas te habías olvidado de este olor. Sal. Tu voluntad está apunto de traicionarte, pero un poco de agua fría no puede parar a un muerto. La sensación de angustia se hace mayor cuando la fuerza del agua empieza a detener tu furia, deberías nadar y ya no recuerdas como hacerlo, pero no te importa, solo caminas mientras el agua te cubre, sigues caminando hasta las profundidades, buscando la llave que te devuelva la vida, hasta que no puedas ocultarte del sol, que empieza a despuntar en el horizonte, que nunca termina.
Sigues a la bestia que te poseyó en el pasado, obedeces sus ordenes sin oponer resistencia, atrapado por un yugo que conseguiste en sangre. Condenado eternamente. Obstinado al principio te costó aceptar la realidad, habías sido encerrado en una cárcel y la llave de tu celda reposaba en el fondo de algún mar paradisiaco, donde siempre hace sol, rodeado de islas vírgenes que tu jamás podrás pisar. Pero te da igual, solo piensas en una cosa, comer.
Caminas entre las sombras como un espíritu atado al mundo terrenal que se oculta de los ojo vigilantes.En verdad eres eso, un muerto andante que no conoce el sentimiento, que no alberga humanidad alguna, solo un deseo oscuro, corrupto. Tu alma en un papel que destiñe al sol, acariciando por ultima vez el pelo de una chiquilla, succionando para saciar la sed que te impulsa a matar. La condena solo tiene un final, está en tus manos, acaricias la arena. Durante décadas te habías olvidado de este olor. Sal. Tu voluntad está apunto de traicionarte, pero un poco de agua fría no puede parar a un muerto. La sensación de angustia se hace mayor cuando la fuerza del agua empieza a detener tu furia, deberías nadar y ya no recuerdas como hacerlo, pero no te importa, solo caminas mientras el agua te cubre, sigues caminando hasta las profundidades, buscando la llave que te devuelva la vida, hasta que no puedas ocultarte del sol, que empieza a despuntar en el horizonte, que nunca termina.