Raines (la serie) es sólida, sugestiva, rodada con pulso, con inestimable firmeza. Es una serie de detectives, o a decir verdad de un solo detective y su Yo: es él y él contra el mundo del crimen y sus esquizofrénicas locuras.
Raines plantea algo diferente desde el primer capítulo y por eso se desmarca de las demás series del género. Una apertura, por cierto, al mando de un impagable Frank Darabont que firma uno de los mejores capítulos vistos en el género serial-policiaco.
Un capítulo natural, como todas sus películas, rebosante de belleza, como todas sus películas, y como no podía ser de otra forma, con un plano final que deslumbra y te deja esa estúpida sonrisita en la boca que lleva por sello “FRANK” en el mentón. De lo mejor que he visto junto con el que Tarantino rodó para CSI: Las Vegas (“Peligro sepulcral”).
Raines (el personaje) es, como ya he dicho, el ‘típico detective mártir’ de atormentosa experiencia en el pasado que quizás le haya provocado el perder la poca cabeza que le quedaba.
Como quien no quiere la cosa un buen día nuestro héroe empieza a ver personificadas las víctimas de los casos en los que está trabajando... Al principio no quiere saber nada de ellas: ya sabes, “en ocasiones veo muertos”... “debo estar como una puta cabra” ... pero pronto se da cuenta de que lo mejor es interactuar con ellas y valerse de esa ‘ventaja’ para resolver el crimen por el que se han conocido.
¿Locura o experiencia paranormal? Tanto tiene, de cualquier forma sus visiones no desaparecerán hasta que nuestro héroe detective logre atar todos y cada uno de los cabos.
Normalmente huyo despavorido de las series policiacas y es que más que seducirme me espantan. Odio CSI, odio Sin Rastro; no conecto, no me las trago y finalmente las desecho. Pero, coño.... adoro a este tipo y adoro sus venadas.
En definitiva, Raines es un producto serio y muy digno de ver. A parte de todo eso, el reparto es de altura: Jeff Goldbum está perfecto dándole el toque necesario a su personaje y la gama de secundarios es mítica y de nivel. Imprescindible.