He acabado el revisionado de Battlestar Galactica.
Y no ha empeorado ni un ápice. La serie es casi perfecta. Tiene un bajón importante a mitad de la tercera temporada, con cinco o seis capítulos de rellenazo en los que no pasa absolutamente nada más que tontear con la historia Starbuck-Apollo y sus respectivos, sin orden ni cabeza ni interés (Apollo es el peor de los principales, con mucha diferencia el menos interesante). Y el principio de la cuarta es un poco atropellado, pasan un montón de cosas y se toman un montón de decisiones que normalmente en otros momentos de la serie se explorarían y se explotarían sus consecuencias y que aquí, supongo que por las prisas de acabar la serie, se quedan un poco precipitadas.
Pero por lo demás, una historia cojonuda, un saco lleno de PERSONAJAZOS a cada cuál con más carisma desde los principales (Bill Adama, el coronel Tigh, Starbuck, 3, 6, Boomer, Athena, Tyrol, la presidenta, el inenarrable Gaius Baltar...), hasta los secundarios (amo al doctor Cottle y su eterno cigarrillo), un sentido del ritmo fantástico durante (casi) toda la serie que gestiona con maestría en qué momento hay que lanzar los fuegos artificiales y cuándo hay que ponerse a barrer los escombros y a contemplar sus resultados.
Hay quien se quejó de un exceso de misticismo, sobre todo en la cuarta temporada, a mí me parece que es uno de los temas centrales de la serie, el "exceso" es siempre comedido y dentro del mismo objetivo de plantear los dilemas que plantea, que son tantos, tan sutiles a veces y tan originales otras que bienvenidos sean los Gods of Kobol. La música es perfecta, los efectos especiales aguantan muy bien el paso de los años, la ambientación, la suciedad, la podredumbre... Aunque no hay nadie completamente bueno o puro, peca un poco de idealista a pesar de todo, pero qué más da.
Y sale Edward James Olmos que es una de las personas que más mola del universo.
Y tiene una de las historias de amor más bonitas que yo recuerde en televisión.
Roslin & Adama. Mataría a un millón de cylons a cambio de una sonrisa de la presidenta