Sacado de
espoiler, del gran Hernan Casciari.
El título del texto de hoy es fragmento de una canción popular que nació durante la Guerra Civil, y que también se usó en la revolución cubana y en otros intentos revolucionarios de izquierdas de América latina. Habla de hijos de puta, de injusticias, de inercia popular y de un sueño utópico de cambio. La segunda estrofa (de cuatro) dice así:
Qué culpa tiene el tomate
que está tranquilo en la mata,
si llega un hijo de puta
y lo mete en una lata,
y lo manda pa’ Caracas.Ayer por la tarde, cuando me avisaron que El Tomate dejaba de existir en la pantalla de Telecinco, se me pegó esta canción en el parietal derecho del cerebro y no me la pude sacar hasta muy entrada la noche.
Muy pocas veces hablamos en Espoiler de ese programa de la televisión. Exactamente, dos veces. La primera fue en un artículo llamado Salva a tu madre y salvarás el mundo, en donde recomendábamos al lector joven de este blog que pusiera manos a la obra y rescatara a su progenitora de los tentáculos de la mala televisión, liderada en su franja vespertina por El Tomate.
Entonces yo estaba convencido (lo sigo estando) de que, si muchas señoras están hoy frente a la pantalla viendo una televisión de mierda, es por culpa de sus hijos. No de Jorge Javier Vázquez.
A veces leo en foros progres de gente cool, y en docenas de columnas de prensa, a la gente joven y superguay quejarse del enorme tirón de la telebasura. Que cómo puede ser, que no hay derecho, que la gente en España se traga lo que le ponen en la tele. Pero después ahondo en la cuestión y no encuentro un puto salvavidas para las madres y las abuelas.
Ni uno de esos muchachos inteligentísimos le ha grabado a su madre un DVD con buena televisión. Ni uno de estos genios con buen gusto ha escrito un tutorial sobre divx para el ama de casa. Ni un periódico culto, de esos que los sábados descubre en su suplemento cultural que la tele es asquerosa, se digna el sábado siguiente a explicarle a su lector cómo se sintoniza la buena, la que sí vale.
La yerba de los caminos
la pisan los caminantes,
y a la mujer del obrero
la pisan cuatro currantes
de esos que tienen dinero. El mayor error cultural de los gobiernos españoles (de derecha y de izquierda) es que siguen creyendo que la gente grande, sabia siempre, tiene que educar a la gente joven, descarriada siempre. Y es justamente al revés.
Me dio siempre muchísima risa la postura política de que hay que regular la televisión vespertina “para salvar a los niños y a los adolescentes”, cuando está clarísimo que —a esa hora— el único ser vivo lobotomizable es la señora mayor, que se deja las neuronas al completo en la pantalla.
¿De qué niños y adolescentes hablan? ¿De los que, mientras miran de reojo la tele de aire, se están descargando Family Guy, Heroes y fotos de chicas de Europa de Este? ¿A esos hay que salvar de las garras de Jorge Javier?
¿Son esos niños los que llenan de conversación vacía y morbosa las calles, los que cotillean sobre el tamaño del pene de los toreros y la profundidad vaginal de las folklóricas, o la conversación vacía y morbosa está en la cola del mercado, en la peluquería y en la sala de esperas de los doctores de la próstata?
El gran error que cometen los niños y los adolescentes es, repito, no enseñarles a sus mayores a descargarse videos interesantes para mirar por la tarde. Cometen pecado de omisión, quieren todo para ellos, no comparten la data buena.
Ayer se emitió el último episodio en directo de El Tomate. Se acabó, por suerte, y eso está bastante bien. Pero no se le ocurra a nadie cantar victoria. Que no exista ya el producto no significa que haya muerto el consumidor. (Pensar así sería tan ridículo como ilegalizar un partido político y creer que de esa forma sus votantes cambian de opinión o desaparecen.)
No. Eso es ingenuo, eso es política. Los tres millones de ojos que veían El Tomate no han quedado ciegos ni han muerto. Allí están, como vegetales nocturnos, aguardando otra vez el primer rayo de sol tóxico, esperando algo más que les enturbie las tardes. ¿O alguien sospecha que Telecinco, desde el lunes, programará tardes temáticas con Ingmar Bergman?
Los señores de la mina
han comprado una romana
para pesar el dinero
que toditas las semanas
le roban al pobre obrero. Éste es el momento, lector de Espoiler con madre y abuela viva. Este viernes, la señora que mora en tu casa (la que te plancha los vaqueros) estará con la guardia baja. Descolocada, deprimida, sin saber qué mirar. Es la hora de actuar con decisión y heroísmo.
Grábale tres o cuatro dvds de las Desesperadas, de A dos metros bajo tierra, de Vientos de Agua, o la primera temporada de Lost, para llenar ese hueco tonto, ese agujero negro que existirá de 15:30 a 17. Explícale a esa pobre señora cómo se pone el play del reproductor. Dile, con palabras dulces, que las tardes pueden ser mucho mejores desde hoy, conversa un poco con ella.
Tú, adolescente maltratado por los gobiernos y la sociedad, tú, que eres capaz de hacer cola por la madrugada para comprar el último libro de Harry Potter y después leerte las ochocientas páginas en una semana mientras los tertulianos de las radios dicen que la juventud no lee, tú, enséñale a tus mayores, con humildad, a mirar buena televisión.
Cuando querrá Dios el cielo
que la tortilla se vuelva…
Que la tortilla se vuelva,
que los buenos coman pan
y los malos mierda, mierda.Cambia la historia, joven español. Desde el lunes, la revolución está en tus manos.