Stranger Things
Publicado: 08 Ago 2016 12:29

Struzan wanna be.
Ayer por la tarde, tras mirar un poco por encima la repetición del primer partido de basket femenino de España de los Juegos de Río, y haciendo un esfuerzo por cancelar la multitud de planes y compromisos que tenía por delante (dar de comer a mis trece gatos, ajustar un poco el ventilador para que me diera más de lleno, seguir bebiendo cerveza y terminarme los cinco tubos de Pringles sour cream and onion que tenía esparcidos por el sofá) me decidí finalmente a abrir una cuenta de Netflix, porque realmente el precio es irrisorio y las posibilidades de entretenimiento prometen venir en cantidades industriales.
Y una vez instaladito, lo estrené con Stranger Things, de las que tan buenas cosas había escuchado, para paliar el aburrimiento agostino madrileño.
Gran acierto.
Voy por el capítulo quinto, y si bien no es la Obra Maestra que muchos han declarado, desde luego es un divertimento tremend. Aún más si perteneces a la generación que vivió la infancia durante los años ochenta, que jugó en la preadolescencia a la caja básica del Dungeons and Dragons, y que quedó marcado por las películas de fantasía y ciencia ficción de la época.
Vamos, cualquiera de nosotros.
La serie está ambientada en 1983 y agarra de la pechera a ese chavalín que fuiste y le da de hostias en donde más duele: referencias más que explícitas a ET, los Goonies, El Hobbit, Poltergeist, Stephen King y para mi sorpresa (agradable por supuesto) el puñetero Silent Hill, tanto en estética como en concepto.
Los tipos al cargo de todo esto son unos sorprendentes hermanos apellidados Duffer que cuentan en su haber con tan sólo unos guiones de Wayward Pines y la dirección de Hidden, que servidor no ha visto. Para mi sorpresa se han descolgado con unos guiones bien ajustados, más que correctos, y un uso de las referencias y la nostalgia por la época totalmente acertados. La dirección es correcta. Esta serie no es ni un peso pesado de HBO/AMC ni la sacada de chorra de la primera True Detective, pero es que no lo pretende ni le hace falta.
Estética ochentera (títulos de crédito directos al Olimpo de servidor), score ochentero (cojonudo tanto cosecha propia a tope de sintetizadores como canciones de los 70-80) y mucho, mucho encanto en todos los aspectos estéticos. A todo esto ayuda un grupo de actores y personajes acertados, si bien la cara más conocida; Wynona Rider, en mi opinión está un poco pasada de vueltas.
Gran sorpresa el reparto de chavalines y adolescentes (tiene mérito que no se conviertan en parodias odiosas de sí mismos), y David Harbour, que se está marcando el personaje más carismático de lejos.
Lo dicho, voy por el 5, y la historia está siendo una suma descarada de clichés de diferentes películas de la época, pero de alguna forma extraña funcionan. Entretiene, divierte y engancha como sólo las buenas series hacen.
Sin duda es la serie ideal para ver en verano. Ya llegará el frío y la nieve y las ganas de ponerse profundos.
A falta de 3 capítulos, de momento le voy dando un 7,5.