No me refiero a esa mierda que acaban de estrenar apta sólo para los más tiernos, púberes y mongólicos cerebros adolescentes o demás gente con ganas de tocarse mirando lo bien que ha crecido Lindsay Lohan.

Si, ya lo sé; soy fea. ¡Pero qué pechugas, amiguetes!
No.
Más bien me refiero a esas Barbie-Luna-Blanquitas cinematográficas. Esos zorrones manipuladores que a más de uno le han traido por la calle de la amargura, y que harían llorar putas lágrimas al mismísimo Darth Vader, con el tacón de aguja firmemente clavado en la espalda del susodicho.
No importa que sean las malas de la cinta; con tener la personalidad adecuada; valen.
Yo empiezo por la más fácil (sus jodéis, que soy al que se le ha ocurrido el tema):
En Instinto Básico, claro:

En las salas de medio mundo los espectadores se desgañitaban al son de "puuuutaaaaa!!!!" cada vez que salía en escena.
Con mucha clase, usando como ninguna otra la mejor arma que tienen las mujeres contra nosotros: ponernos cachondos y convertirnos en una masa gesticulante, babeante y maleable como 70 kilos del más tierno blandi blub (ayudada éso sí por un imponente picahielos...).
Y ése cruce de piernas...
Joder.
ÉSE CRUCE DE PIERNAS!!!!
Verhoeven es Dios, una vez más.
Sacáis vosotros.