Barbie Superstar escribió:PD: qué algún machote me explique por qué siempre que se abre un hilo del estilo "Dioooooooooooooooooos, mira qué bueno está este tío", vienen a postear unos cuantos así como... ¿ofendidos?
No captas el asunto, Barbie. Pero bueno, en realidad las mujeres no terminan de captar a los hombres.
Por cierto, qué mala memoria tienes: ¿no recuerdas una conversación en que yo revindicaba mi derecho a que me guste cualquier tipo de mujer, por más que no siga los cánones del Cosmopolitan?
La envidia "física" entre los hombres apenas existe, es más, yo diría que no existe en absoluto, al menos como yo lo veo. Y en el mundo de los hombres, cualquier intento (por cierto, progresivamente más exitosos) de feminizar sus actitudes, valores, etc. es recibido con recelo.
Aunque siempre hay mediocres que te salen con lo de "homosexual reprimido y amargado" o "franquista retrógrado" o lo que sea si defiendes la virilidad pura y dura con los valores y actitudes que conlleva, lo cierto es que yo, por ejemplo, me siento hombre y sí me siento muy diferente de las mujeres.
Sí, no soy un homeless: me ducho, me pongo after-shave (aunque detesto afeitarme y si puedo lo evito), etc... pero, ¿acondicionador? ¿cremitas? ¿ropa de moda que son las mismas prendas que hace diez años sólo vestían los maricones? ¿anillitos y apliques? ¿confundir la elegancia con el moñerío? ¿¿depilarme el pecho???
No gracias. Las mujeres sois tontas -porque lo sois- y ya os han infectado con todo tipo de complejos y prejuicios físicos acerca de vosotras mismas, pero yo, al menos, no pienso convertirme cada temporada otoño-invierno en un clon del "canon de belleza masculina" vigente.
Hace más de diez años que llevo la misma pinta y soy demasiado leñoso como para que me intenten conmvertir en un consumidor más de industrias de belleza, ropa y similares.
Y sí, no soy Beckham (ni mucho menos), pero se puede ligar sin ser metrosexual. Hasta se puede ligar sin ser guapo. Por fortuna, a muchas mujeres aún les siguen gustando los hombres.
Tenía ganas de hablar de este tema, hombre. Hagamos de España el último reducto contra el moñerío, pero sin perder la educación (que por desgracia se ha perdido: cada día nos parecemos más a los franceses... ¡puagh!).
Un verdadero caballero nunca trataría de competir con la hermosa mujer que tiene al lado.