The Best of John Belushi
Publicado: 12 Feb 2005 17:33
Ha llegado a mis manos el recopilatorio "The Best of John Belushi", que recoge algunos sketches protagonizados por el grandioso Belushi en su etapa en el programa "Saturday Night Live". Ya había visto el recopilatorio, pero ahora que lo tengo en propiedad, no me resisto a comentarlo:
El Grandioso John Belushi.
“Saturday Night Live” es el programa de humor más importante de los últimos 30 años en la TV americana. Fue creado en 1975 por el productor Lorne Michaels, quien confió en un equipo de jóvenes cómicos para sacar adelante un rompedor show de sketches y actuaciones musicales. El programa nunca se grababa, sino que se emitía en riguroso directo ante el público del estudio y la audiencia de la TV los sábados por la noche, lo cual resultaba en un ritmo trepidante de trabajo durante toda la semana. No hablamos de un programa que pudiera emitirse cuatro veces a la semana en directo gracias a que el guión es “estirado” con entrevistas, debates e improvisaciones (como los shows de Letterman, Leno, o Conan O’Brian, por citar ejemplos actuales) sino de un show que tenía un formato más similar al de una actuación teatral, y en el que cada número cómico estaba medido al milímetro.
El equipo del programa tenía cinco días para preparar cada programa: escribir los guiones, aprenderlos de memoria, ensayar los números (y, con la banda del programa, las canciones cómicas que solían interpretar en algunas escenas), decidir qué números aparecerían y en qué orden, preparar el vestuario, los decorados, contactar con los invitados que participaban en los sketches y con el grupo musical invitado de cada semana (y ensayar algún número con esos invitados), etc, etc. Y todo ello de manera que el sábado por la noche los actores pudieran salir e interpretar todo el programa de un tirón, ante un público real al que había que hacer reír como en un teatro.
El reparto de la 3ª temporada de SNL: De pie, John Belushi, Dan Aykroyd, Bill Murray, Gilda Radner. Sentados: Laraine Newman, Jane Curtin y Garrett Morris.
De hecho, el ritmo de trabajo era tan apabullante, que SNL sólo se emitía tres sábados al mes, para que el equipo pudiese descansar una semana. Aun así, las drogas (especialmente la cocaína) pronto eran un elemento más de la rutina del programa e hizo estragos entre el equipo: los actores no aguantaban más de cuatro o cinco temporadas, cansados del estrés, la presión, y de los excesos que conllevaba su estilo de vida. Esta cara oscura del programa, naturalmente, era desconocida por el gran público; aun así, SNL no se libró de causar algún que otro pequeño escándalo entre los espectadores de finales de los 70, y no siempre por propia voluntad (como por ejemplo cuando actuaron los Rolling Stones y a Mick Jagger no se le ocurrió nada mejor que lamer los labios de Ron Wood en directo, provocando un aluvión de críticas por parte de los sectores onservadores, que no entendían cómo en la NBC y en pleno “prime time” se permitía actuar a semejante “panda de maricones”).
La etapa clásica de SNL se extendió a lo largo de cuatro años (desde la temporada 1975-76 hasta la 78-79) y varios de los actores de esa era resultan familiares incluso para el público español más palomitero que desconoce incluso la existencia del programa. Así, rostros como el de Bill Murray, Dan Aykroyd, Chevy Chase o Steve Martin (que aparecía más ocasionalmente) se han hecho populares en España gracias al cine, pese a que sus apariciones en pantalla grande el 90% de las veces no están ni de lejos al nivel de lo que hacían en SNL. También de esa etapa es conocida Jane Curtin (por series como “3rd Stone from the Sun”, cuyo título en castellano ahora no recuerdo, o por la fallida película “Coneheads”, inspirada en un sketch de SNL). De los grandes nombres de esos primeros años, y pese a su enorme fama en USA, el menos conocido aquí (aunque no es ni mucho menos un total desconocido) es John Belushi, cuya aportación al espectáculo se reduce para muchos a la película “Blues brothers” (“Granujas a todo ritmo”), “Desmadre a la americana” y otros títulos menos exitosos como “Neighbours” o “1941”. Resulta descorazonador que para muchos el apellido Belushi esté asociado a su hermano James y sus infames películas de acción, mientras que John queda como el gordo bailongo de los Blues Brothers y, a lo sumo, como un oscuro actor secundario. La temprana muerte del actor (en 1982) y sus titubeantes –y abortados- inicios en el cine han impedido que su rostro sea hoy tan popular como los de algunos de sus compañeros (al igual que ocurre con Lorraine Newman o Gilda Radner, cuyos nombres no significan nada para gente que reconce al instante a Bill Murray o Steve Martin). En resumen, los actores de SNL que son conocidos en España lo son a través del cine.
A modo de comentario, decir que las etapas posteriores de SNL se caracterizaron por su irregularidad, y que casi nunca llegaron a igualar la brillantez de su primera etapa, salvo quizá a principios de los 90, gracias a nombres como Dana Carvey, Mike Myers (los dos protagonistas de “Wayne’s World”, cuya versión cinematográfica, al igual que ocurrió con “Coneheads”, tampoco consigue plasmar el espíritu del número en que está basada), el difunto Phil Hartman (todos habéis visto su nombre en los créditos de “The Simpsons”, donde ponía la voz original a personajes como Troy McClure o Lionel Hutz. Hartman fue asesinado por su esposa en 1998; ella se suicidó tras cometer el crimen),Adam Sandler, Chris Rock, Rob Schneider, etc.
En otras etapas, también alcanzaron la celebridad a través de SNL nombres (a veces discutibles) como Eddie Murphy, James Belushi (pese a su nulo talento), el plasta de Billy Cristal, el maravilloso Christopher Guest (quien encarna a Nigel Tufnel en “This is Spinal Tap”...sólo por eso su nombre ya ha entrado con letras de oro en la historia), Robert Downey Jr., Ben Stiller, Jeaneane Garofalo, o el genial Chris Elliott (protagonista de la delirante serie “Get a life”; también aparece en “Algo pasa con Mary” por ejemplo).
Belushi interpreta a Vito Corleone yendo al psicólogo
En algún caso, el echar un vistazo a lo que alguno de estos tipos hizo en SNL puede suponer una auténtica sorpresa. A mí, por ejemplo, me ocurrió en su momento con Eddie Murphy, a quien detestaba profundamente por personajes tan inaguantables como el de “Superdetective en Hollywood” y por las mediocres comedias con las que nos ha castigado a lo largo de los años. Sin embargo, y para asombro mío, descubrí a un Eddie Murphy completamente distinto (en serio, ¡cuesta creer que sea él!) y que protagonizó algunos números geniales. Por ejemplo, está su delirante imitación de un James Brown que, al ritmo de “Cold Sweat”, intenta meterse en un jacuzzi hirviendo mientras hace sus típicos bailecitos, gritos y exclamaciones (ese célebre “Good God!”) cuando toca el agua con el pie (mientras canta frases tan delirantes como “Gotta get in water!” con el estilo característico de Brown). O el sketch en el que hace de cantante de reggae que se presenta al típico concurso de talentos de pueblo del medio oeste, ante un público formado por excombatientes cargados de medallas, al que curiosamente no parece agradar la genial canción reggae que Murphy canta con su grupo, ni su simpático estribillo (“Kill the white people”). El único miembro del público que se queda hasta el final es el único excombatiente negro, que parece disfrutar de la canción a juzgar por sus bailes y sus palmadas.
Y bueno, si hasta Eddie Murphy dejó perlas geniales imitando a Stewie Gonder, Jesse Jackson o interpretando a “supercool ultra-niggas” tan negros que mean petróleo, no hace falta decir lo hicieron tipos como Murray, Martin, Aykroyd o incluso el repelente Chevy Chase. Además, hay que destacar la ingente cantidad de celebridades que han participado como invitados en el programa: desde el genial y alocado Keith Moon (batería de The Who, que, en un sketch que hacía honor a su fama, destrozaba una habitación de hotel mientras un descolocado presentador -interpretado por Steve Martin- trataba por todos los medios de mantener la compostura) hasta Andy Kauffman, Eric Idle, Joe Cocker, George Harrison, Madonna, Slash, Aerosmith, Brian Wilson, Frank Zappa, Queen, Raquel Welch, Jodie Foster, etc etc etc (y muchos etcéteras).
Ya centrándonos en Belushi, decir que el recopilatorio “SNL- The Best of John Belushi” sólo tiene un enorme defecto: es demasiado corto, y deja demasiadas cosas fuera. Ocupa espacio con algunas actuaciones musicales de Blues Brothers, que están bien, pero que hubiera sido preferible emplear en recopilar más números cómicos.
Para afrontar el humor de John Belushi no está de más conocer algunos datos sobre su personalidad. Belushi era un tipo totalmente fuera de control: vivió sus años de mayor popularidad en un carrusel de juerga, drogas y desfases continuos. Fuera de los estudios de TV se comportaba más o menos igual que sus personajes más cafres de SNL. Era un fanático seguidor de la música punk, y su gran vocación oculta era la de actuar, vivir y desfasar como una estrella de rock, sueño que pudo cumplir cuando su colega Dan Aykroyd le introdujo en la música soul y junto con el supergrupo Blues Brothers (que empezó casi como una broma aislada del programa de TV) llegó a hacer una verdadera gira por escenarios americanos. El carácter irresponsable de Belushi le llevó, por ejemplo, a convencer a los responsables de SNL para que invitasen a actuar a los salvajes del grupo punk Fear, que sembraron el caos en el estudio y cuya actuación provocó que la NBC desconectase la señal de emisión durante algunos minutos. Esa era la clase de actuación musical que un John Belushi consideraba apropiada para su programa.
Y, como es lógico, Belushi se especializó en el humor más cafre y físico de SNL. Belushi era un magnífico actor cómico muy capaz en ocasiones de construir papeles repletos de contención y matices, pero sus actuaciones más memorables suelen estar relacionadas con personajes histriónicos y fuera de control. Lo que hacía especial a John Belushi era su total desinhibición: a menudo no parecía estar actuando, sino que su personaje se apoderaba de él, lo que le permitía impactar al público (recordemos que el programa se hacía completamente en vivo) con delirantes “performances” más parecidas a una crisis psiquiátrica que a un simple número cómico. El inmenso talento de Belushi le permitía afrontar por igual –y con la misma gracia- personajes serios y circunspectos que papeles completamente histéricos que suponían incluso un verdadero derroche de energía física.
Belushi el samurai preparando un bocadillo.
Aunque el recopilatorio se deja fuera docenas de sketches memorables, sí recoge algunos de los más típicos y célebres de Belushi:
Samurai Delicatessen: Uno de los personajes más habituales de Belushi era el de un alocado samurai, que tan pronto mascullaba en voz baja ininteligibles gruñidos en “japonés”, como se descolgaba con un inesperado alarido. En el sketch que aparece en el recopilatorio, el samurai regenta un pequeño local de comida rápida. Cuando un cliente le pide un bocadillo, el samurai despliega todo su repertorio: corta el embutido a katanazo limpio, parte el pan con la cabeza, casca los huevos con golpes de karate, y corta un tomate lanzándolo al aire y cortándolo de un espadazo (lo cual Belushi hace en directo). Al final, todo está a punto de irse al traste cuando el cliente le dice que el bocadillo está bien, pero algo grasiento, y le pide si podría quitar la grasa que sobra por alrededor… haber cometido semejante error es demasiada afrenta para el rígido honor del samurai, que está a punto de hacerse el hara-kiri. Grandioso.
Joe Cocker: una de las imitaciones más geniales que he visto en mi vida. Belushi no sólo borda la forma de cantar de Cocker, sino que parodia salvajemente sus típicas muecas mongólicas y los extraños ademanes que Cocker siempre hace con sus brazos cuando canta. Al final, Cocker hace tantos movimientos extraños que cae al suelo y es incapaz de levantarse, pese a sus agónicos intentos de ponerse en pie a base de retorcerse una y otra vez.
Elizabeth Taylor: Belushi interpreta esta cruel burla de la actriz (que por aquellos tiempos ya poco tenía que ver con la bellísima mujer que había sido en el pasado), en la que, mientras Bill Murray la entrevista, roe una pata de pollo con tal concentración que a veces ni parece prestar atención a las preguntas. Finalmente, la Taylor se atraganta con un pedazo de pollo, y Murray despide la entrevista mientras la actriz se libra de la muerte por los pelos, haciéndose la maniobra Heimlich a sí misma.
Beethoven: el compositor, en sus años de sordera, descubre la música moderna por casualidad. Primero, mientras prueba no muy convencido las primeras notas de la 5ª sinfonía, termina tocando “My girl”. Después, aburrido de una de sus propias sonatas, esnifa algo de rape, se pone unas gafas oscuras y empieza a cantar el “What I’d say” de Ray Charles.
Vito Corleone: El “Padrino” acude a una sesión de terapia grupal, en la el psicólogo indaga sobre las raíces subconscientes de su odio por la familia Tataglia, mientras una tontísima compañera de terapia (una genial, inconmensurable Lorraine Newman) le repite una y otra vez que está “bloqueado” y que deje fluir sus sentimientos. Finalmente, el terapeuta descubre que la verdadera razón de la antipatía del Padrino por los Tataglia es una minucia oculta en su subconsciente: le han pegado 56 tiros a su hijo Santino. Una imitación absolutamente fantástica de Marlon Brando interpretando a Vito Corleone.
La Suerte de los Irlandeses (el presentador que se vuelve loco en directo): Belushi y Jane Curtin son dos presentadores de informativos. Curtin da paso a Belushi para que haga un comentario “de sociedad” sobre el tópico de la “buena suerte de los irlandeses”. Belushi empieza el comentario no muy convencido, diciendo que quizá esa “buena suerte” debería llamarse “mala suerte”, y comienza a contar una hitoria que le a ocurrido a él con un irlandés, durante la cual va poniéndose progresivamente más y más frenético. Una asombrada Curtin trata de interrumpirle cortésmente, a lo que Belushi primero responde “perdona, es sólo un momento”. Al tercer intento de interrupción, Belushi le grita “¡¡déjame en paz!!” y sigue desvariando, cada vez más fuera de control, hasta que al final pierde la cabeza por completo. Inenarrable sketch: todo un alarde de talento cómico por parte de Belushi, quien realmente parece ser él mismo quien está perdiendo el juicio, y no su personaje. Breve, pero enorme.
Bill Murray entrevista a Elizabeth Taylor
Alimento de campeones: anuncio en el que un orgulloso Belushi luce su lustrosa barriga representando a los EEUU en la prueba olímpica de Decatlón, donde barre a todos sus rivales sin problemas y bate varios récords mundiales. Con el tono modosito y formal de este tipo de anuncios, el atleta Belushi nos muestra cuál es el secreto de su buena forma: ¡los donuts de chocolate!
Star Trek: Parodia despiadada de la serie televisiva y de la incapacidad de sus fans empollones y gafapastas para distinguir fantasía y realidad; es además uno d elos sketches más famosos en la historia de SNL: Belushi interpreta al capitán Kirk, Chevy Chase a Mr. Spock, y Dan Aykroyd al Doctor McCoy. La nave “Enterprise” detecta una extraña astronave alienígena que se acerca (que tiene forma de automóvil) y se prepara para recibir a los visitantes. Entra un alienígena que resulta ser un ejecutivo de la NBC (interpretado por Elliot Gould), quien comunica a los asombrados tripulantes que, debido a la falta de audiencia, la cadena ha decidido suspender la emisión de la serie, por lo cual los actores deberán devolver todo el vestuario y objetos de atrezzo. Naturalmente, los miembros de la tripulación no entienden absolutamente nada y el capitán Kirk ordena fulminar al invasor con las pistolas láser. Nuestros amigos descubren con sorpresa que las pistolas láser han dejado de funcionar. Mr. Spock, que como siempre se mantiene totalmente impertérrito e inalterable, intenta reducir al alienígena con su famoso y mortal “pellizco de Vulcano”, que, increíble, no tiene ningún tipo de efecto sobre el extraño ser. El capitán Kirk afirma que todo es en realidad una treta psíquica del invasor, mientras operarios de la cadena empiezan a desmontar los decorados de la nave. El doctor McCoy se rinde y abandona el decorado, mientras Kirk se mantiene en sus trece y Mr. Spock continúa totalmente inexpresivo. Al final, el directivo de la NBC le quita las orejas a Mr. Spock, ante lo cual el vulcaniano abandona su frialdad habitual y sufre un repentino ataque de histeria, berreando “¡tengo un contrato!” y “¡devuélvanme mis orejas!”. Finalmente, un incrédulo y abatido capitán Kirk se queda solo en el decorado vacío, y, sentándose en una silla, dicta su último “diario de a bordo”, en el que afirma que “durante mucho tiempo hemos recorrido el Universo en busca de vida inteligente, y la hemos hallado en todas partes menos en cierta emisora de televisión”: un triste final para la nave “Enterprise”.
Grandioso sketch, justamente merecedor de una considerable fama, que pulverizó de un plumazo la magia de la serie “Star Trek” y le colgó el sambenito de “serie para empollones” para los restos.
Estos son algunos de los sketches que aparecen en un recopilatorio desgarradoramente breve (apenas una hora, con innecesarias actuaciones de los Blues Blothers intercaladas) para alguien que podría pasarse horas y días contemplando a esta bestia del humor en acción. Fuera han quedado una enorme cantidad de números memorables que Belushi protagonizó en sus cuatro temporadas en SNL, pero bueno, sólo por las imitaciones de Cocker o Brando, por ver al samurai preparando un bocadillo o por la experiencia de vivir en directo el psicodélico final de “Star Trek”, este recopilatorio ya es de por sí una joya a conservar.
Puntuación: el recopilatorio es francamente muy mejorable por demasiado breve y exiguo, pero contiene algunos sketches realmente grandiosos.
That's America: muñeco oficial del samurai Belushi
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John Belushi... in memoriam.
[img]http://www.cyber-cinema.com/british/BelushiJohn(BRT).jpg[/img]
El Grandioso John Belushi.

“Saturday Night Live” es el programa de humor más importante de los últimos 30 años en la TV americana. Fue creado en 1975 por el productor Lorne Michaels, quien confió en un equipo de jóvenes cómicos para sacar adelante un rompedor show de sketches y actuaciones musicales. El programa nunca se grababa, sino que se emitía en riguroso directo ante el público del estudio y la audiencia de la TV los sábados por la noche, lo cual resultaba en un ritmo trepidante de trabajo durante toda la semana. No hablamos de un programa que pudiera emitirse cuatro veces a la semana en directo gracias a que el guión es “estirado” con entrevistas, debates e improvisaciones (como los shows de Letterman, Leno, o Conan O’Brian, por citar ejemplos actuales) sino de un show que tenía un formato más similar al de una actuación teatral, y en el que cada número cómico estaba medido al milímetro.
El equipo del programa tenía cinco días para preparar cada programa: escribir los guiones, aprenderlos de memoria, ensayar los números (y, con la banda del programa, las canciones cómicas que solían interpretar en algunas escenas), decidir qué números aparecerían y en qué orden, preparar el vestuario, los decorados, contactar con los invitados que participaban en los sketches y con el grupo musical invitado de cada semana (y ensayar algún número con esos invitados), etc, etc. Y todo ello de manera que el sábado por la noche los actores pudieran salir e interpretar todo el programa de un tirón, ante un público real al que había que hacer reír como en un teatro.
El reparto de la 3ª temporada de SNL: De pie, John Belushi, Dan Aykroyd, Bill Murray, Gilda Radner. Sentados: Laraine Newman, Jane Curtin y Garrett Morris.

De hecho, el ritmo de trabajo era tan apabullante, que SNL sólo se emitía tres sábados al mes, para que el equipo pudiese descansar una semana. Aun así, las drogas (especialmente la cocaína) pronto eran un elemento más de la rutina del programa e hizo estragos entre el equipo: los actores no aguantaban más de cuatro o cinco temporadas, cansados del estrés, la presión, y de los excesos que conllevaba su estilo de vida. Esta cara oscura del programa, naturalmente, era desconocida por el gran público; aun así, SNL no se libró de causar algún que otro pequeño escándalo entre los espectadores de finales de los 70, y no siempre por propia voluntad (como por ejemplo cuando actuaron los Rolling Stones y a Mick Jagger no se le ocurrió nada mejor que lamer los labios de Ron Wood en directo, provocando un aluvión de críticas por parte de los sectores onservadores, que no entendían cómo en la NBC y en pleno “prime time” se permitía actuar a semejante “panda de maricones”).
La etapa clásica de SNL se extendió a lo largo de cuatro años (desde la temporada 1975-76 hasta la 78-79) y varios de los actores de esa era resultan familiares incluso para el público español más palomitero que desconoce incluso la existencia del programa. Así, rostros como el de Bill Murray, Dan Aykroyd, Chevy Chase o Steve Martin (que aparecía más ocasionalmente) se han hecho populares en España gracias al cine, pese a que sus apariciones en pantalla grande el 90% de las veces no están ni de lejos al nivel de lo que hacían en SNL. También de esa etapa es conocida Jane Curtin (por series como “3rd Stone from the Sun”, cuyo título en castellano ahora no recuerdo, o por la fallida película “Coneheads”, inspirada en un sketch de SNL). De los grandes nombres de esos primeros años, y pese a su enorme fama en USA, el menos conocido aquí (aunque no es ni mucho menos un total desconocido) es John Belushi, cuya aportación al espectáculo se reduce para muchos a la película “Blues brothers” (“Granujas a todo ritmo”), “Desmadre a la americana” y otros títulos menos exitosos como “Neighbours” o “1941”. Resulta descorazonador que para muchos el apellido Belushi esté asociado a su hermano James y sus infames películas de acción, mientras que John queda como el gordo bailongo de los Blues Brothers y, a lo sumo, como un oscuro actor secundario. La temprana muerte del actor (en 1982) y sus titubeantes –y abortados- inicios en el cine han impedido que su rostro sea hoy tan popular como los de algunos de sus compañeros (al igual que ocurre con Lorraine Newman o Gilda Radner, cuyos nombres no significan nada para gente que reconce al instante a Bill Murray o Steve Martin). En resumen, los actores de SNL que son conocidos en España lo son a través del cine.
A modo de comentario, decir que las etapas posteriores de SNL se caracterizaron por su irregularidad, y que casi nunca llegaron a igualar la brillantez de su primera etapa, salvo quizá a principios de los 90, gracias a nombres como Dana Carvey, Mike Myers (los dos protagonistas de “Wayne’s World”, cuya versión cinematográfica, al igual que ocurrió con “Coneheads”, tampoco consigue plasmar el espíritu del número en que está basada), el difunto Phil Hartman (todos habéis visto su nombre en los créditos de “The Simpsons”, donde ponía la voz original a personajes como Troy McClure o Lionel Hutz. Hartman fue asesinado por su esposa en 1998; ella se suicidó tras cometer el crimen),Adam Sandler, Chris Rock, Rob Schneider, etc.
En otras etapas, también alcanzaron la celebridad a través de SNL nombres (a veces discutibles) como Eddie Murphy, James Belushi (pese a su nulo talento), el plasta de Billy Cristal, el maravilloso Christopher Guest (quien encarna a Nigel Tufnel en “This is Spinal Tap”...sólo por eso su nombre ya ha entrado con letras de oro en la historia), Robert Downey Jr., Ben Stiller, Jeaneane Garofalo, o el genial Chris Elliott (protagonista de la delirante serie “Get a life”; también aparece en “Algo pasa con Mary” por ejemplo).
Belushi interpreta a Vito Corleone yendo al psicólogo

En algún caso, el echar un vistazo a lo que alguno de estos tipos hizo en SNL puede suponer una auténtica sorpresa. A mí, por ejemplo, me ocurrió en su momento con Eddie Murphy, a quien detestaba profundamente por personajes tan inaguantables como el de “Superdetective en Hollywood” y por las mediocres comedias con las que nos ha castigado a lo largo de los años. Sin embargo, y para asombro mío, descubrí a un Eddie Murphy completamente distinto (en serio, ¡cuesta creer que sea él!) y que protagonizó algunos números geniales. Por ejemplo, está su delirante imitación de un James Brown que, al ritmo de “Cold Sweat”, intenta meterse en un jacuzzi hirviendo mientras hace sus típicos bailecitos, gritos y exclamaciones (ese célebre “Good God!”) cuando toca el agua con el pie (mientras canta frases tan delirantes como “Gotta get in water!” con el estilo característico de Brown). O el sketch en el que hace de cantante de reggae que se presenta al típico concurso de talentos de pueblo del medio oeste, ante un público formado por excombatientes cargados de medallas, al que curiosamente no parece agradar la genial canción reggae que Murphy canta con su grupo, ni su simpático estribillo (“Kill the white people”). El único miembro del público que se queda hasta el final es el único excombatiente negro, que parece disfrutar de la canción a juzgar por sus bailes y sus palmadas.
Y bueno, si hasta Eddie Murphy dejó perlas geniales imitando a Stewie Gonder, Jesse Jackson o interpretando a “supercool ultra-niggas” tan negros que mean petróleo, no hace falta decir lo hicieron tipos como Murray, Martin, Aykroyd o incluso el repelente Chevy Chase. Además, hay que destacar la ingente cantidad de celebridades que han participado como invitados en el programa: desde el genial y alocado Keith Moon (batería de The Who, que, en un sketch que hacía honor a su fama, destrozaba una habitación de hotel mientras un descolocado presentador -interpretado por Steve Martin- trataba por todos los medios de mantener la compostura) hasta Andy Kauffman, Eric Idle, Joe Cocker, George Harrison, Madonna, Slash, Aerosmith, Brian Wilson, Frank Zappa, Queen, Raquel Welch, Jodie Foster, etc etc etc (y muchos etcéteras).
Ya centrándonos en Belushi, decir que el recopilatorio “SNL- The Best of John Belushi” sólo tiene un enorme defecto: es demasiado corto, y deja demasiadas cosas fuera. Ocupa espacio con algunas actuaciones musicales de Blues Brothers, que están bien, pero que hubiera sido preferible emplear en recopilar más números cómicos.
Para afrontar el humor de John Belushi no está de más conocer algunos datos sobre su personalidad. Belushi era un tipo totalmente fuera de control: vivió sus años de mayor popularidad en un carrusel de juerga, drogas y desfases continuos. Fuera de los estudios de TV se comportaba más o menos igual que sus personajes más cafres de SNL. Era un fanático seguidor de la música punk, y su gran vocación oculta era la de actuar, vivir y desfasar como una estrella de rock, sueño que pudo cumplir cuando su colega Dan Aykroyd le introdujo en la música soul y junto con el supergrupo Blues Brothers (que empezó casi como una broma aislada del programa de TV) llegó a hacer una verdadera gira por escenarios americanos. El carácter irresponsable de Belushi le llevó, por ejemplo, a convencer a los responsables de SNL para que invitasen a actuar a los salvajes del grupo punk Fear, que sembraron el caos en el estudio y cuya actuación provocó que la NBC desconectase la señal de emisión durante algunos minutos. Esa era la clase de actuación musical que un John Belushi consideraba apropiada para su programa.
Y, como es lógico, Belushi se especializó en el humor más cafre y físico de SNL. Belushi era un magnífico actor cómico muy capaz en ocasiones de construir papeles repletos de contención y matices, pero sus actuaciones más memorables suelen estar relacionadas con personajes histriónicos y fuera de control. Lo que hacía especial a John Belushi era su total desinhibición: a menudo no parecía estar actuando, sino que su personaje se apoderaba de él, lo que le permitía impactar al público (recordemos que el programa se hacía completamente en vivo) con delirantes “performances” más parecidas a una crisis psiquiátrica que a un simple número cómico. El inmenso talento de Belushi le permitía afrontar por igual –y con la misma gracia- personajes serios y circunspectos que papeles completamente histéricos que suponían incluso un verdadero derroche de energía física.
Belushi el samurai preparando un bocadillo.

Aunque el recopilatorio se deja fuera docenas de sketches memorables, sí recoge algunos de los más típicos y célebres de Belushi:
Samurai Delicatessen: Uno de los personajes más habituales de Belushi era el de un alocado samurai, que tan pronto mascullaba en voz baja ininteligibles gruñidos en “japonés”, como se descolgaba con un inesperado alarido. En el sketch que aparece en el recopilatorio, el samurai regenta un pequeño local de comida rápida. Cuando un cliente le pide un bocadillo, el samurai despliega todo su repertorio: corta el embutido a katanazo limpio, parte el pan con la cabeza, casca los huevos con golpes de karate, y corta un tomate lanzándolo al aire y cortándolo de un espadazo (lo cual Belushi hace en directo). Al final, todo está a punto de irse al traste cuando el cliente le dice que el bocadillo está bien, pero algo grasiento, y le pide si podría quitar la grasa que sobra por alrededor… haber cometido semejante error es demasiada afrenta para el rígido honor del samurai, que está a punto de hacerse el hara-kiri. Grandioso.
Joe Cocker: una de las imitaciones más geniales que he visto en mi vida. Belushi no sólo borda la forma de cantar de Cocker, sino que parodia salvajemente sus típicas muecas mongólicas y los extraños ademanes que Cocker siempre hace con sus brazos cuando canta. Al final, Cocker hace tantos movimientos extraños que cae al suelo y es incapaz de levantarse, pese a sus agónicos intentos de ponerse en pie a base de retorcerse una y otra vez.
Elizabeth Taylor: Belushi interpreta esta cruel burla de la actriz (que por aquellos tiempos ya poco tenía que ver con la bellísima mujer que había sido en el pasado), en la que, mientras Bill Murray la entrevista, roe una pata de pollo con tal concentración que a veces ni parece prestar atención a las preguntas. Finalmente, la Taylor se atraganta con un pedazo de pollo, y Murray despide la entrevista mientras la actriz se libra de la muerte por los pelos, haciéndose la maniobra Heimlich a sí misma.
Beethoven: el compositor, en sus años de sordera, descubre la música moderna por casualidad. Primero, mientras prueba no muy convencido las primeras notas de la 5ª sinfonía, termina tocando “My girl”. Después, aburrido de una de sus propias sonatas, esnifa algo de rape, se pone unas gafas oscuras y empieza a cantar el “What I’d say” de Ray Charles.
Vito Corleone: El “Padrino” acude a una sesión de terapia grupal, en la el psicólogo indaga sobre las raíces subconscientes de su odio por la familia Tataglia, mientras una tontísima compañera de terapia (una genial, inconmensurable Lorraine Newman) le repite una y otra vez que está “bloqueado” y que deje fluir sus sentimientos. Finalmente, el terapeuta descubre que la verdadera razón de la antipatía del Padrino por los Tataglia es una minucia oculta en su subconsciente: le han pegado 56 tiros a su hijo Santino. Una imitación absolutamente fantástica de Marlon Brando interpretando a Vito Corleone.
La Suerte de los Irlandeses (el presentador que se vuelve loco en directo): Belushi y Jane Curtin son dos presentadores de informativos. Curtin da paso a Belushi para que haga un comentario “de sociedad” sobre el tópico de la “buena suerte de los irlandeses”. Belushi empieza el comentario no muy convencido, diciendo que quizá esa “buena suerte” debería llamarse “mala suerte”, y comienza a contar una hitoria que le a ocurrido a él con un irlandés, durante la cual va poniéndose progresivamente más y más frenético. Una asombrada Curtin trata de interrumpirle cortésmente, a lo que Belushi primero responde “perdona, es sólo un momento”. Al tercer intento de interrupción, Belushi le grita “¡¡déjame en paz!!” y sigue desvariando, cada vez más fuera de control, hasta que al final pierde la cabeza por completo. Inenarrable sketch: todo un alarde de talento cómico por parte de Belushi, quien realmente parece ser él mismo quien está perdiendo el juicio, y no su personaje. Breve, pero enorme.
Bill Murray entrevista a Elizabeth Taylor

Alimento de campeones: anuncio en el que un orgulloso Belushi luce su lustrosa barriga representando a los EEUU en la prueba olímpica de Decatlón, donde barre a todos sus rivales sin problemas y bate varios récords mundiales. Con el tono modosito y formal de este tipo de anuncios, el atleta Belushi nos muestra cuál es el secreto de su buena forma: ¡los donuts de chocolate!
Star Trek: Parodia despiadada de la serie televisiva y de la incapacidad de sus fans empollones y gafapastas para distinguir fantasía y realidad; es además uno d elos sketches más famosos en la historia de SNL: Belushi interpreta al capitán Kirk, Chevy Chase a Mr. Spock, y Dan Aykroyd al Doctor McCoy. La nave “Enterprise” detecta una extraña astronave alienígena que se acerca (que tiene forma de automóvil) y se prepara para recibir a los visitantes. Entra un alienígena que resulta ser un ejecutivo de la NBC (interpretado por Elliot Gould), quien comunica a los asombrados tripulantes que, debido a la falta de audiencia, la cadena ha decidido suspender la emisión de la serie, por lo cual los actores deberán devolver todo el vestuario y objetos de atrezzo. Naturalmente, los miembros de la tripulación no entienden absolutamente nada y el capitán Kirk ordena fulminar al invasor con las pistolas láser. Nuestros amigos descubren con sorpresa que las pistolas láser han dejado de funcionar. Mr. Spock, que como siempre se mantiene totalmente impertérrito e inalterable, intenta reducir al alienígena con su famoso y mortal “pellizco de Vulcano”, que, increíble, no tiene ningún tipo de efecto sobre el extraño ser. El capitán Kirk afirma que todo es en realidad una treta psíquica del invasor, mientras operarios de la cadena empiezan a desmontar los decorados de la nave. El doctor McCoy se rinde y abandona el decorado, mientras Kirk se mantiene en sus trece y Mr. Spock continúa totalmente inexpresivo. Al final, el directivo de la NBC le quita las orejas a Mr. Spock, ante lo cual el vulcaniano abandona su frialdad habitual y sufre un repentino ataque de histeria, berreando “¡tengo un contrato!” y “¡devuélvanme mis orejas!”. Finalmente, un incrédulo y abatido capitán Kirk se queda solo en el decorado vacío, y, sentándose en una silla, dicta su último “diario de a bordo”, en el que afirma que “durante mucho tiempo hemos recorrido el Universo en busca de vida inteligente, y la hemos hallado en todas partes menos en cierta emisora de televisión”: un triste final para la nave “Enterprise”.
Grandioso sketch, justamente merecedor de una considerable fama, que pulverizó de un plumazo la magia de la serie “Star Trek” y le colgó el sambenito de “serie para empollones” para los restos.
Estos son algunos de los sketches que aparecen en un recopilatorio desgarradoramente breve (apenas una hora, con innecesarias actuaciones de los Blues Blothers intercaladas) para alguien que podría pasarse horas y días contemplando a esta bestia del humor en acción. Fuera han quedado una enorme cantidad de números memorables que Belushi protagonizó en sus cuatro temporadas en SNL, pero bueno, sólo por las imitaciones de Cocker o Brando, por ver al samurai preparando un bocadillo o por la experiencia de vivir en directo el psicodélico final de “Star Trek”, este recopilatorio ya es de por sí una joya a conservar.
Puntuación: el recopilatorio es francamente muy mejorable por demasiado breve y exiguo, pero contiene algunos sketches realmente grandiosos.
That's America: muñeco oficial del samurai Belushi

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John Belushi... in memoriam.
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