Si lo curas comieran chinas del ríooooooooo.....

Adoradores de Jiménez Losantos, seguidores de los estudios del C.I.S., Gafa-Pastas afiliados a Haro-Tecglen, histéricos carlistas...
Avatar de Usuario
niñosimio
Ayatolillah
Mensajes: 986
Registrado: 20 Mar 2003 14:40
Ubicación: vivo con tu madre en la calle del pepino

Si lo curas comieran chinas del ríooooooooo.....

Mensaje por niñosimio »

Si todos los peperonnis fueran o fuesen como este periodista reconocido pepero otro gallo nos cantaría. No le veo sentido a ser de un determinado partido político y negar la evidencia para tapar las torpezas de un par de retardados que pertenecen a dicho partido (lease cagadas tipo yak- 42, prestige o 11-M)

Jesus Cacho en http://www.elconfidencial.com:

BOTÍN A ABELLÓ: “SI ME SIENTO EN EL BANQUILLO, ME MARCHO”. TRILLO NI SE MARCHA NI SE SIENTA EN EL BANQUILLO


Sube el calor y la tensión política a cuenta de la sinrazón de ciertos personajes a quienes el exceso de poder, político o económico, entontece hasta lo grotesco. “Al rayar el alba, con viento fresco de levante...”. Se acuerdan ¿no? Pero, vayamos por partes.

La primera, que el calor que despide en el SCH la cercanía a los procesos judiciales en curso está elevando la temperatura de la casa a límites insoportables. Según manifestación de Juan Abelló a gente de su confianza, Emilio Botín le habría confiado un pronóstico capaz de poner patas arriba el ranking bancario hispano: “Si me siento en el banquillo, me marcho”.

En un país con una urdimbre política y económica más democrática que la nuestra, es algo que seguramente ya tendría que haber hecho. Por el bien de la institución, y porque difícilmente podrían los ahorradores confiar sus depósitos y los inversores sus proyectos a un banco regido por un sujeto sobre el que penden procesos judiciales varios.

Pero España es otra cosa. En España pocos creen que el cántabro vaya de verdad a pasar a segundo plano en caso de sentarse en el banquillo, una eventualidad que no es una entelequia, sino una realidad a la vuelta de la esquina. Don Emilio se resistirá con uñas y dientes, y usará todas sus influencias ante el Gobierno, los partidos políticos, el Banco de España y otras cofradías igualmente bizcochables para evitar ceder los trastos a... ¿A quién?

Los conocedores de la estirpe hablan de que un Botín sucederá a otro Botín aunque caigan chuzos de punta, aunque algunos apuntan precisamente a un Juan Abelló que parece, y ésta es una clave, tener viejas y buenas relaciones con Pedro Solbes. Sería una presidencia más bien de transición y protocolaria, con Alfredo Sáenz a los mandos ejecutivos del paquebote.

Pero si Botín dice que se va, algo que no se creen ni los más confiados del lugar, Federico Trillo dice que tampoco, que no cede su escaño en el Congreso por culpa de un quítame allá esas pajas de un error de identificación de apenas una veintena de cadáveres, a cuyos familiares, sabiendo que mentía, mintió con descaro, para escándalo de millones de españoles que ahora acaban de enterarse de la terrible verdad.

Y bien, ¿qué necesidad tenía este hombre de mentir? ¿Qué necesidad el presidente Aznar de avalar esta mentira? Debe de ser, tiene que ser la droga del Poder que entontece, ensoberbece e idiotiza por igual a todos los humanos, de distinto signo y condición social. “Al rayar el alba, con viento fresco de levante...”, decía el mameluco.

Porque un español en sus cabales, con una educación media y con los pies en la tierra, hubiera traído a España los cadáveres no identificados, los hubiera metido en un frigorífico y hubiera encargado, sin prisas pero sin pausa, las pruebas científicas necesarias para su identificación. ¿Qué coste político había en hacer las cosas bien hechas? ¿Por qué esas prisas en enterrar a los muertos? ¿A quién molestaban? ¿Qué incompetencias había que tapar?

Es algo parecido a lo ocurrido con el Prestige: había que alejarlo a toda prisa y a toda costa de la costa, valga la redundancia. Había que alejar el cuerpo del delito, arrojar la basura fuera del cubo previsto para ello. Y enviar el barco herido por el rayo a alta mar, para poder volverse de inmediato todos a Madrid, porque el problema ya estaba resuelto. A otra cosa, mariposa. Pero resultó que no, y ahí empezó Aznar y el PP a cavar la fosa de su altanería y soberbia.

Pero esto no puede quedar así. Lo siento por el señor Trillo, pero el señor Trillo, perfecto representante del “cojonudismo jurídico” (es decir, las cosas se hacen por collones), debería responder de sus actos ante los tribunales de justicia, porque el día que un político por el mal uso o ejercicio de su cargo vaya a parar a la cárcel, ese día será seguramente un gran día para la democracia española. Los errores intencionados no pueden salirle gratis a nadie.

Responder