La segunda transición -The economist-
Observo con orgullo que estais muy duchos en articulos americanos sobre España, a pesar de que la politica internacional y la imagen de España en el exterior me interesa mucho y trato de leer cualquier cosa que cae e mis manos este es el primer articulo que leo en el que el periodista no cae en los topicazos, sino que sabe bastante bien los entresijos de la politica interior y además no polemiza. Lo cierto es que me ha llenado de satisfacción leer un articulo en el que se habla tan bien y con tanta propiedad de España, al cambio nosotros les pagamos hablando mal siempre de ellos y estereotipandolos americanos=garrulos e imperialistas, no creo que nos merezcamos la amistad del pueblo americano, -cuando hablo del pueblo americano no me refiero a su clase politica- que se vuelca con nosotros cada vez que tiene una oportunidad. Ojalá pudieramos decir lo mismo de nuestros vecinos del norte.
Con respecto al asunto del idioma me temo que estamos en un punto de no retorno, hace 300 años que el imperio britanico empezó a extender su semilla por el mundo y eso ya no hay quien lo cambie, impuso su idioma, su sistema de comercio, su forma de conducir, su burocracia, sus medidas (libra) en todos esos paises en los que hoy en día la unica forma de traducir sus caracteres es por medio del inglés, a pesar de que hoy por hoy el Reino Unido se esta adaptando a las costumbres Europeas, como el metro o el kilo, lo cierto es que millones de personas usarán la libra como medio de peso y medida y el inglés como idioma para dirigirse al primer mundo.
Si el britanico hubiera sido, como el español un imperio dedicado a enseñar la religión -a sangre y fuego- y el idioma, probablemente el mundo a día de hoy estaría a siglos luz de lo que es hoy.
Sin embargo les daban sopas con hondas al resto de los paises del «primer mundo» de la época en administración y han sabido sacarle el máximo jugo al menor trozo de tierra, compara las excolonias britanicas con las españolas, portuguesas, francesas u holandesas, verás que no sólo las han sabido mantener mas tiempo sino que han conseguido sacarles beneficio y aún dejar suficiente para que lo que hoy son paises sean naciones desarrolladas del primer mundo (Australia, USA, Canadá, Nueva Zelanda..) evidentemente, el mundo industrializado los forman mas paises, pero los angloparlantes son mayoría en cantidad y en poder. Habría que ver que hubiese pasado si los germanos hubieran participado en la colonización del mundo.
A mi también me gustaría que el español fuera el idioma predominte o que se formara una «commonwelth» hispana o latina, pero me temo que para imponer el idioma en el mundo sólo ha habido una oportunidad y la ha aprovechado inglaterra a pesar de que geograficamente esta en un sitio muy malo.
Con respecto al asunto del idioma me temo que estamos en un punto de no retorno, hace 300 años que el imperio britanico empezó a extender su semilla por el mundo y eso ya no hay quien lo cambie, impuso su idioma, su sistema de comercio, su forma de conducir, su burocracia, sus medidas (libra) en todos esos paises en los que hoy en día la unica forma de traducir sus caracteres es por medio del inglés, a pesar de que hoy por hoy el Reino Unido se esta adaptando a las costumbres Europeas, como el metro o el kilo, lo cierto es que millones de personas usarán la libra como medio de peso y medida y el inglés como idioma para dirigirse al primer mundo.
Si el britanico hubiera sido, como el español un imperio dedicado a enseñar la religión -a sangre y fuego- y el idioma, probablemente el mundo a día de hoy estaría a siglos luz de lo que es hoy.
Sin embargo les daban sopas con hondas al resto de los paises del «primer mundo» de la época en administración y han sabido sacarle el máximo jugo al menor trozo de tierra, compara las excolonias britanicas con las españolas, portuguesas, francesas u holandesas, verás que no sólo las han sabido mantener mas tiempo sino que han conseguido sacarles beneficio y aún dejar suficiente para que lo que hoy son paises sean naciones desarrolladas del primer mundo (Australia, USA, Canadá, Nueva Zelanda..) evidentemente, el mundo industrializado los forman mas paises, pero los angloparlantes son mayoría en cantidad y en poder. Habría que ver que hubiese pasado si los germanos hubieran participado en la colonización del mundo.
A mi también me gustaría que el español fuera el idioma predominte o que se formara una «commonwelth» hispana o latina, pero me temo que para imponer el idioma en el mundo sólo ha habido una oportunidad y la ha aprovechado inglaterra a pesar de que geograficamente esta en un sitio muy malo.
A la vuelta pasé por al lado de la tuya casa, saqué la cabesa desde mi hauto y grité: CHURETICAS!
una bandada de gabiotar alzó el vuelo, el sol iba sumerjiendose entre las montañias y solo me contestó el eco de mi propia vos...
una bandada de gabiotar alzó el vuelo, el sol iba sumerjiendose entre las montañias y solo me contestó el eco de mi propia vos...
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- moromielda
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Que existe una burbuja inmobiliaria, entendida ésta no como una situación en que los pisos son muy caros, sino como una situación en que los inmuebles cuestan mucho más de lo que valen (aproximadamente el doble), es un hecho objetivamente demostrable por métodos de análisis económico. Y que está demostrado ya (quiero decir que los análisis se han hecho).
Que además la relación entre la renta familiar disponible anual y el esfuerzo inversor necesario para adquirir una vivienda es muy superior a la del resto de países de nuestro entorno (hasta el doble, también), es otro hecho objetivo, demostrable y demostrado.
Que el dibujito de la curva anterior en un eje de accisas solamente tiene como triste gemelo histórico el de la susodicha curva en la Alemania de 1929, también es otro hecho.
Y que la razón de ser de todo esto es la paralización y sobreprecio de los solares en manos de los gestores del suelo, mafiosos que lo han acumulado en un mercado de competencia imperfecta a causa de su escasez de operadores (porque promotores hay muchos, pero urbanizadores poquísimos), es algo que saben todos los implicados en la construcción y promoción de inmuebles en España. Al igual que saben que la solución es tan sencilla como que los Ayuntamientos se queden su 10% de participación en los nuevos PAU's en forma de solares y, lejos de promover directamente en ellos —pues la promoción pública se ha demostrado sobradamente que es un infienno en el que no se sienten las piernas—, organicen concursos de adjudicación a promotores privados, con arreglo a mínimos de calidad con precios lo más bajos que se pueda, y controlen las listas de compradores para evitar los pases negros (fuente de enriquecimiento de muchas marías del país, por cierto).
Ellos lo saben, nosotros lo sabemos, lo sabe todo dios. Pero los políticos ¿de qué hablan? De eliminar la deducción por vivienda y de que haya más suelo urbanizable, ¡siendo urbanizable todo el suelo de España desde hace años! Hay que... venga, no lo diré, voy a hablar bien.
Que además la relación entre la renta familiar disponible anual y el esfuerzo inversor necesario para adquirir una vivienda es muy superior a la del resto de países de nuestro entorno (hasta el doble, también), es otro hecho objetivo, demostrable y demostrado.
Que el dibujito de la curva anterior en un eje de accisas solamente tiene como triste gemelo histórico el de la susodicha curva en la Alemania de 1929, también es otro hecho.
Y que la razón de ser de todo esto es la paralización y sobreprecio de los solares en manos de los gestores del suelo, mafiosos que lo han acumulado en un mercado de competencia imperfecta a causa de su escasez de operadores (porque promotores hay muchos, pero urbanizadores poquísimos), es algo que saben todos los implicados en la construcción y promoción de inmuebles en España. Al igual que saben que la solución es tan sencilla como que los Ayuntamientos se queden su 10% de participación en los nuevos PAU's en forma de solares y, lejos de promover directamente en ellos —pues la promoción pública se ha demostrado sobradamente que es un infienno en el que no se sienten las piernas—, organicen concursos de adjudicación a promotores privados, con arreglo a mínimos de calidad con precios lo más bajos que se pueda, y controlen las listas de compradores para evitar los pases negros (fuente de enriquecimiento de muchas marías del país, por cierto).
Ellos lo saben, nosotros lo sabemos, lo sabe todo dios. Pero los políticos ¿de qué hablan? De eliminar la deducción por vivienda y de que haya más suelo urbanizable, ¡siendo urbanizable todo el suelo de España desde hace años! Hay que... venga, no lo diré, voy a hablar bien.
Sirena Coja escribió:y de que haya más suelo urbanizable, ¡siendo urbanizable todo el suelo de España desde hace años!
Es realmente esto asi?. Creo recordar que la ley del suelo actual asi lo declara, pero creo tambien que es normativa basica. Asi que las comunidades autonomas pueden decidir el cambiarlo (hubo pelea en el constitucional y todo por este asunto). Era realmente asi?.
tonetti escribió:¿Estás intentando razonar con Maclukis? (...) BAstante dacuerdo con macklukis (...) Muy de acuerdo con lo que dice maclakis
- Nicotin
- Manuel Fraga Iribarne
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Sirena Coja escribió:Que existe una burbuja inmobiliaria, entendida ésta no como una situación en que los pisos son muy caros, sino como una situación en que los inmuebles cuestan mucho más de lo que valen (aproximadamente el doble), es un hecho objetivamente demostrable por métodos de análisis económico. Y que está demostrado ya (quiero decir que los análisis se han hecho).
Y..., aquí, ¿qué significa exactamente "cuestan" y qué significa exactamente "valen"?
Y sigo pensando que no hay tal burbuja, pues una burbuja crece en torno a una expectativas exageradas de beneficios futuros que, al no cumplirse en la práctica, provocan la pérdida de la inversión. Lo del precio de la vivienda es básicamente un tira y afloja (más tira que afloja, desde luego) entre la demanda y la oferta, pero no se basa en expectativas sino en necesidades de consumo.
organicen concursos de adjudicación a promotores privados, con arreglo a mínimos de calidad con precios lo más bajos que se pueda
Eso ya se podría estar haciendo de forma generalizada, ¿no te parece? Mientras "concurso" equivalga a "sobre" no hay nada que hacer.
¡siendo urbanizable todo el suelo de España desde hace años!
Ya, pero también somos todos iguales ante la ley, ¿o no?
Curreta escribió:Si el britanico hubiera sido, como el español un imperio dedicado a enseñar la religión -a sangre y fuego- y el idioma, probablemente el mundo a día de hoy estaría a siglos luz de lo que es hoy.
Sin embargo les daban sopas con hondas al resto de los paises del «primer mundo» de la época en administración y han sabido sacarle el máximo jugo al menor trozo de tierra, compara las excolonias britanicas con las españolas, portuguesas, francesas u holandesas.
Ahhhh.. este tema me gusta.. ¡mucho!
No estoy de acuerdo con eso que dices. Es tema para un post propio, pero a modo de comentario, te diré que comparar el imperio español de los siglos XVI y XVII con el británico del XIX no tiene sentido. Sería como comparar el imperialismo político norteamericano del siglo XX con el imperio napoleónico.
Son dos épocas muy distintas. El Imperio Británico se basaba en su hegemonía naval, que le permitía sacar provecho de su poder mediante el comercio. Para someter a China o la India (grandes mercados, grandes fuentes de abastecimiento) el Reino Unido necesitaba cientos de veces menos recursos que si hubiese intentado someter Europa. Someter Europa occidental de forma duradera es algo que, desde el Imperio Romano, sólo consiguió España durante doscientos años. Otros intentos, como el de Napoleón o el de Hitler, han terminado en desastre, como ya sabemos.
Pero, ¿a qué precio logró España mantener dos siglos de hegemonía en Europa? Al precio de empeñar en ello las ingentes cantidades de plata que llegaban desde América. España financiaba su poder militar con los "asientos de dinero" o préstamos de financieros europeos, quienes confiaban en la devolución del préstamo mediante la plata americana. Pero además, la llegada de plata a España hacía que el resto de Europa volcase su producción en nuestro país, deprimiendo nuestras industrias y nuestra agricultura.
Por contra, España no podía vender nada al Nuevo Mundo, ya que allí no existía un verdadero mercado, y de todos modos ya era dueña de los metales preciosos con que los indios pudieran pagar en el caso de que España hubiese tenido algo que vender.
Tras doscientos años de Imperio, España, que a principios del XVI exportaba lana, hierro y trigo en grandes cantidades, llegó, a principios del XVIII a importar esos mismos productos de fuera. Y, si compras y no vendes, te arruinas.
Los británicos lo tuvieron mucho mejor. En China, por ejemplo, compraban el té que revendían en su propia tierra o en Europa. Pero tal volumen de importación de té también hacía que Inglaterra perdiese dinero (el único dinero que aceptaban los chinos: la plata española).
¿Cómo recuperar ese dinero? En China, al contrario que en América, sí existía un ingente mercado. Pero los chinos, al contrario que los españoles, no querían comprar nada, dado su desprecio hacia los productos extranjeros. (Como decía un inglés que vivía en china: "los chinos tienen el mejor alimento del mundo -el arroz-, las mejores ropas -la seda-, ¿qué podemos venderles?").
Muy sencillo: el opio. El opio estaba prohibido en China y esa prohibición era cumplida muy rigídamente por el gobierno chino, ya que la adicción atacaba lo más profundo de los preceptos confucianos.
Pero China, aun con su enorme población, no tenía una verdadera flota (un puñado de barcazas anticuadas), y los ingleses utilizaron su poder naval (no necesitaron mucho, apenas unas flotillas) para forzar a los chinos a aceptar el comercio de opio en su país.
Así, los ingleses volcaron el opio indio y turco en China, aceptando como pago la plata española que habían pagado a su vez por el té, y recuperando así las divisas perdidas en su desfavorable balanza comercial.
Ese es sólo un ejemplo de cuán diferentes fueron ambos imperios, sus circunstancias, y sus consecuencias futuras. La imagen de un imperio español obsesionado en convertir a los indígenas al cristianismo y en taparles las vergüenzas desaprovechando así ingentes oportunidades de comercio es falsa. España sólo tenía un recurso y una oportunidad: la plata de América. Pero también tenía una misión en que quemarla: garantizar la estabilidad en Europa.
aún dejar suficiente para que lo que hoy son paises sean naciones desarrolladas del primer mundo (Australia, USA, Canadá, Nueva Zelanda..)
Argentina, por ejemplo, fue en su día una de las cinco naciones más ricas del mundo. Si su economía se ha ido a pique es debido a la desorganización crónica que sufre, y a que fue mayoritariamente habitada por españoles y, lo que es peor, por italianos, y no por una mayoría anglosajona.
Ahí tienes un territorio del imperio español que llegó a grandes niveles de opulencia, así que no podemos achacar la diferencia entre unas ex-colonias y otras al modo de administrarse de los imperios de que formaron parte. Hay muchos países que formaron parte del imperio británico y que hoy en día son una auténtica tragedia. Argentina o Uruguay se habrán empobrecido, pero al fin y al cabo forman parte del primer mundo: tienen universidades, escuelas, carreteras, hospitales. Hay antiguas colonias británicas que no tienen ni agua corriente para la mayor parte de su población.
La diferencia entre USA y Bolivia, es que en USA se aniquiló a los nativos y el territorio fue habitado por europeos que conocían el sistema occidental de hacer las cosas, mientras que en BOlivia no se aniquiló a los nativos, pero se les despojó de su civilización y se les metió de golpe en otra civilización desconocida para ellos, a la que aún hoy tratan de adaptarse como buenamente pueden. Argentina, Chile o Uruguay, por ejemplo, son un punto medio entre ambos extremos: son países occidentales (donde los nativos son una minoría muy pequeña), pero que no han llegado a los niveles de organización de otros países nuevos habitados por anglosajones. (lo cual es lógico: los anglosajones van a USA y crean una nación, los italianos van a USA y crean la mafia. Los anglosajones van a un país y levantan universidades; los españoles van a un país y piensan en mandar dinero a su madre y en volver a su querido terruño).
Pero, si nos vamos al origen histórico y comparamos el imperio español con el británico, es como comparar peras con manzanas. Si Inglaterra hubiese tenido que sostener durante los siglos XVI y XVII su hegemonía en Europa, te puedo asegurar que hoy el idioma estándar de la Tierra sería otro.
The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.
Efectivamente hay dos conceptos diferentes, cuando comparo España a Inglaterra historicamente, trataba de comparar los siglos de colonialismo, España salió con ventaja de tiempo, dinero y recursos y aún así perdió la partida y otro concepto es el de imperio, España tenía un imperio e inventó el colonialismo e Inglaterra usó el colonialismo e inventó un imperio.
Me dices que no podemos comparar ambos imperios porque cada uno se dedicaba a cosas diferentes, bien, eso es lo que trato de explicar, dos paises distintos en la misma epoca emplean su dinero en cosas diferentes, uno va en busca de gloria y el otro en busca del pragmatismo y la funcionalidad, lugo, con las arcas llenas y un sistema que da dinero por si sólo ya te puedes dedicar a colonizar, construir barcos modernos o someter naciones. El ocaso del imperio español vino cuando nos dieron palos por toda Europa por querer tenerlos a raya a todos al mismo tiempo, el oro americano no duró eternamente, lo que me lleva a pensar, que o bien el oro no era tanto como se decía o se hizo el derroche mas grande de la historia.
Quizá el Reino Unido no sea ya lo que fué, pero es indudable que han sabido navegar sobre la ola y llegar a la orilla sin hacerse un rasguño.
Me dices que no podemos comparar ambos imperios porque cada uno se dedicaba a cosas diferentes, bien, eso es lo que trato de explicar, dos paises distintos en la misma epoca emplean su dinero en cosas diferentes, uno va en busca de gloria y el otro en busca del pragmatismo y la funcionalidad, lugo, con las arcas llenas y un sistema que da dinero por si sólo ya te puedes dedicar a colonizar, construir barcos modernos o someter naciones. El ocaso del imperio español vino cuando nos dieron palos por toda Europa por querer tenerlos a raya a todos al mismo tiempo, el oro americano no duró eternamente, lo que me lleva a pensar, que o bien el oro no era tanto como se decía o se hizo el derroche mas grande de la historia.
Quizá el Reino Unido no sea ya lo que fué, pero es indudable que han sabido navegar sobre la ola y llegar a la orilla sin hacerse un rasguño.
A la vuelta pasé por al lado de la tuya casa, saqué la cabesa desde mi hauto y grité: CHURETICAS!
una bandada de gabiotar alzó el vuelo, el sol iba sumerjiendose entre las montañias y solo me contestó el eco de mi propia vos...
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- Nicotin
- Manuel Fraga Iribarne
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Las cosas no son así. Te lo diré con un ejemplo:
Imagina que eres un agricultor castellano. A principios del XVI produces gran cantidad de trigo en relación con la población de tu zona, de hecho, te sobra trigo y lo exportas. Hace poco que has salido de la Edad Media y las cosas podrían empezar a irte bien.
Entonces llega la plata de América. Sevilla crece, Madrid crece, Barcelona crece, Valencia crece… y empiezas a importar el trigo que antes exportabas. Lo mismo ocurre con la principal industria castellana, la lana. La lana castellana es la de mejor calidad de Europa, pero cara, porque está fabricada con procedimientos artesanales. Ahora que los españoles tienen plata para comprar, en el resto de Europa se esmeran por conseguir producir lana más barata, e inundan el mercado español con ella.
Así, has dejado de preocuparte en mejorar tus técnicas de producción agrícola e industrial. ¿Para qué molestarte en fabricar aquello que sencillamente puedes comprar ya fabricado? Y, doscientos años después, España sigue dependiendo de las importaciones cada vez más, porque su agricultura e industria han quedado obsoletas y en franca desventaja.
¿Y el comercio? Los comerciantes españoles siguen su actividad, pero no hay que olvidar que en Sevilla, por ejemplo, que era el mayor centro comercial de Europa, no existe un monopolio español: cualquiera puede comerciar. Además, sea lo que sea aquello que los españoles puedan vender traído de América, su cantidad es insignificante comparada con lo que ha de comprar: alimentos, textiles, armas, materias primas, etc. etc. Resultado: balanza comercial ruinosa. La plata americana va “de paso” por España, y termina en manos de los comerciantes del resto de Europa, cuyo único fin en la vida es producir más y más barato que los españoles para poder venderles todo lo posible.
El imperio español no se dedicaba a “buscar la gloria”, no más que cualquier otra nación de su época. La “leyenda negra” ha impuesto la idea de un imperio oscurantista, obsesionado con la religión e ignorante en cuestiones económicas. Pero lo cierto es que España hizo lo que podía hacer en esa situación. Incluso personajes tan del agrado de nuestros queridos revisionistas históricos nacionalistas, como el denostado don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares, tenían una mentalidad bastante “moderna” y veía las cosas con bastante claridad. ¿Crees que Olivares estaba obsesionado por dominar Flandes y someter a las Provincias Unidas holandesas por la “gloria”, o por erradicar de allí la reforma luterana e imponer el catolicismo de nuevo?
En absoluto. Olivares (y otros antes y después de él) quería dominar el mar Báltico. ¿Por qué? Porque desde allí llegaba el trigo (y otras materias de Europa del este) que importaba España en grandes cantidades. Y ese comercio estaba dominado por las Provincias Unidas, cuyos comerciantes se quedaban todo el beneficio mientras que España sólo podía pagar y pagar. Si se hubiese dominado las Provincias y el acceso al Báltico (lo que era el sueño de Olivares) la situación hubiese cambiado considerablemente. Pero eso nunca ocurrió, y España volcó en Flandes ingentes recursos bélicos. Además, para poder ejercer esa presión a los holandeses, España tenía que garantizarse la propiedad de un eje de territorios que fuesen un canal de comunicación entre el norte (Flandes) y el sur (Milán). Además, tenía que garantizar a los milaneses su independencia frente a los enemigos de España. Además, tenía que asegurar la estabilidad en su otro canal de comunicación: el Mediterráneo, manteniendo para ello Nápoles, Sicilia, Cerdeña, y los “presidios” o fortalezas en las costas europeas y, sobre todo, africanas, dado que la piratería norteafricana era un serio problema para el comercio y las comunicaciones.
Como ves, para tratar de evitar una ruina que al final se produjo, España se veía obligada a realizar un esfuerzo inhumano. Ninguna otra nación ha podido sostener durante tanto tiempo un dominio semejante, pero el precio a pagar fue altísimo. Tú hablas de la plata americana como de una bendición, pero, de hecho, fue todo lo contrario. Mientras el resto de países avanzaban científica, naval y tecnológicamente, España era como un “niño rico” que compra, compra, compra, pero no estudia y no progresa.
Ya a finales del XVII, mucha gente en España pensaba que Flandes y el extremadamente exigente sistema de territorios que servían para apoyar a Flandes eran una pesada carga. Esa gente deseaba que sus gobernantes se olvidasen de Flandes y del dominio europeo. Lo cual equivalía a un alivio inmediato, pero a una condena del porvenir económico español.
De todos modos, cuando muere Carlos II sin descendencia, se desencadena la Guerra de Sucesión, que es a un tiempo una guerra europea y una guerra civil en territorio español. El dominio español en Europa se desmorona, y España queda privada de su hegemonía, su poder y su influencia, y además arrastrando los problemas sociales y económicos gestados durante dos siglos.
En una situación así, ¿cómo podía España sacar provecho? España hizo lo que pudo. De hecho, si por ejemplo los comerciantes catalanes salieron adelante, no fue porque eran más listos o más civilizados, sino porque los sucesivos reyes españoles respetaban los acuerdos forales mediante los cuales territorios como Cataluña no tenían que soportar las pesadas cargas que caían sobre Castilla: impuestos bélicos, levas continuas, etc. etc.
Ahora compara esa situación de “comprador” con un tejido productivo en estado vegetal, víctima de la feroz competencia de TODA Europa, con lo que hicieron los ingleses.
Inglaterra no tenía dominio alguno que mantener sobre Europa, porque no tenía necesidad de ello. Mientras que España no tenía mercado al que vender nada en América, los ingleses vendieron, y mucho, a sus colonias. Y a otros países que no querían comprar, como China, les obligaron por la fuerza (para lo cual necesitaban el 0’01% del poder que necesitó España para intentar su sueño imposible de abrir las puertas del Báltico: sometieron al anticuado gobierno chino con unos cuantos barcos y unas tropas no muy numerosas, gracias a la superioridad de su artillería y sus tácticas bélicas, de modo similar a cómo los españoles sometieron con un puñado literalmente- de hombres a los imperios Inca y Azteca).
Inglaterra inundó el descomunal mercado de la India con sus textiles. Ello impulsó la industria textil británica al tiempo que hundía la industria india (no en vano, el símbolo de la bandera india, el símbolo de su independencia, es una rueda de tejer). También inundó, como ya te he dicho, el mercado chino con opio, para contrarrestar la ruinosa balanza financiera producto de la compra de grandes cantidades de té chino.
Inglaterra no tenía un chorro de plata americana, tenía algo INFINITAMENTE mejor: una industria, extensos mercados, la hegemonía naval y la ausencia de necesidad de imponerse en Europa para tratar de evitar su ruina. A Inglaterra le bastaba con someter a pueblos tan civilizados que despreciaban la guerra hasta el punto de carecer de un ejército efectivo. Como antes los Aztecas o los peruanos, China e India no estaban preparados para toparse con los buques ingleses (los más modernos del mundo), con la eficacísima artillería inglesa, ni con las tácticas guerreras europeas. Pues Europa es un continente que ha vivido dos milenios de continuo conflicto, lo cual convirtió a los europeos en los guerreros mejor armados, mejor organizados y más irresistibles en una batalla abierta.
Pese a los tópicos históricos que tanto siguen pesando, fuera (y dentro) de España, ni los ingleses fueron más hábiles que los españoles, ni los catalanes que los castellanos, ni los holandeses que los sevillanos. Sencillamente unos tenían las manos libres para desarrollar una industria y comercio competitivos, mientras que los otros tenían las manos atadas por doscientos años de hegemonía.
Y, efectivamente, cuando la hegemonía española se derrumbó, las condiciones económicas, sociales y demográficas mejoraron notablemente dentro de España. Pero eso no significaba que España no hubiese quedado industrialmente atrasada, ni que hubiese dejado de depender de las importaciones. Y, perdida la hegemonía, no sólo había dejado de aspirar al dominio del Báltico, sino que había dicho adiós al control sobre cualquier otro canal de comunicación comercial. Más que nunca, España estaba a merced de la actividad económica exterior. Olivares no era tonto, como seguramente tampoco lo fue Lerma, ni Carlos V, ni Felipe II, ni otros muchos políticos de aquellos tiempos. Si España hubiese tenido la oportunidad de inundar los mercados de la India y China, hoy el idioma que se hablaría universalmente sería el español.
Pero cada época tiene sus victorias pasajeras y sus derrotas permanentes. También el Imperio Romano hubo de contemplar cómo los germanos tomaban el relevo. Y también el Reino Unido ha visto cómo su hijo mayor, los EEUU, le han arrebatado el dominio del mundo.
Pero claro, en nuestro caso es más doloroso. La influencia cultural española está en todas partes, y no hablo de América latina, sino de toda Europa y los EEUU. Y digo influencia española, no “hispana”. Pero España arrastra desde hace cuatro siglos una “leyenda negra” que los mismos españoles, por pura ignorancia o por conveniencia ideológica, nos hemos terminado por creer. ¿Y sabes quiénes se están encargando desde hace décadas de empezar a minar esa leyenda negra? Los historiadores británicos, para quienes, dejando aparte su país, España es uno de los temas favoritos de estudio. Y ellos mismos se sorprenden de descubrir una España imperial que, ni era tan oscurantista, ni tan atrasada, ni tan beata (eso vino después), ni tan inhábil con su propio destino. Ellos son los primeros en reconocer que a España le tocó jugar el papel de la fea, vertebrando Europa tras la Edad Media, para cedérsela después a otros que, entretanto, habían estado esmerándose por mejorar y sobrevivir. También reconocen que el descubrimiento de América fue una pesada carga, que le dio a España un impulso brutal, pero momentáneo (como una droga), y que, para más INRI, contribuyó no a poner de manifiesto la influencia de la cultura española en el mundo (sólo reconocida su acción en América), sino a olvidar que el paso de la Edad Media a la Europa moderna, la de los estados, se basó casi completamente en usos, mecanismos, protocolos, costumbres e instituciones creadas en España. La diplomacia occidental es la diplomacia española. El protocolo occidental es el protocolo español. Los estados centralizados occidentales nacieron como imitación del estado centralizado español. La pintura y la literatura occidentales no serían lo que son sin la pintura y literatura españolas. ¿Sigo?
Esto que digo no es un ejercicio de chauvinismo. Sencillamente es lo que dicen los de fuera que vienen a estudiar lo nuestro y se topan con algo que no esperaban. “Ah, o sea que Luis XIV imitó el lujo, el protocolo y la corte de los Habsburgo españoles, ah, que hasta Versalles es una imitación del Palacio Real de Madrid”. Pero claro, en Europa nadie recuerda eso. Sólo saben que el protocolo, la corte, la gastronomía, los perfumes, son franceses. Todo es francés. La Francia del XVII era un océano de cultura frente al páramo español dominado por sacerdotes de capucha y ojos rojos que refulgían en la oscuridad. La Europa moderna nació en Francia, el “Rey Sol”, “el Estado soy yo”.
Pero bueno, el olvido y desprecio histórico hacia el papel de España es incluso mayor dentro de nuestras fronteras. Buena parte de las amigables gracias hemos de dárselas al tito Francisco, que convirtió el desprecio a la época imperial y los alardes de leyendanegrismo en todo un símbolo de actitud antifranquista, como ocurre en la actualidad. Hombre, no digo que se restituya el águila al escudo (aunque estéticamente es una lástima) ni el yugo y las flechas de Fernando e Isabel, pero coño, un poquito de memoria. Si no lo hacemos nosotros, sólo quedan los historiadores británicos, y ya veremos cuándo se les pasa la fiebre hispanista.
Imagina que eres un agricultor castellano. A principios del XVI produces gran cantidad de trigo en relación con la población de tu zona, de hecho, te sobra trigo y lo exportas. Hace poco que has salido de la Edad Media y las cosas podrían empezar a irte bien.
Entonces llega la plata de América. Sevilla crece, Madrid crece, Barcelona crece, Valencia crece… y empiezas a importar el trigo que antes exportabas. Lo mismo ocurre con la principal industria castellana, la lana. La lana castellana es la de mejor calidad de Europa, pero cara, porque está fabricada con procedimientos artesanales. Ahora que los españoles tienen plata para comprar, en el resto de Europa se esmeran por conseguir producir lana más barata, e inundan el mercado español con ella.
Así, has dejado de preocuparte en mejorar tus técnicas de producción agrícola e industrial. ¿Para qué molestarte en fabricar aquello que sencillamente puedes comprar ya fabricado? Y, doscientos años después, España sigue dependiendo de las importaciones cada vez más, porque su agricultura e industria han quedado obsoletas y en franca desventaja.
¿Y el comercio? Los comerciantes españoles siguen su actividad, pero no hay que olvidar que en Sevilla, por ejemplo, que era el mayor centro comercial de Europa, no existe un monopolio español: cualquiera puede comerciar. Además, sea lo que sea aquello que los españoles puedan vender traído de América, su cantidad es insignificante comparada con lo que ha de comprar: alimentos, textiles, armas, materias primas, etc. etc. Resultado: balanza comercial ruinosa. La plata americana va “de paso” por España, y termina en manos de los comerciantes del resto de Europa, cuyo único fin en la vida es producir más y más barato que los españoles para poder venderles todo lo posible.
El imperio español no se dedicaba a “buscar la gloria”, no más que cualquier otra nación de su época. La “leyenda negra” ha impuesto la idea de un imperio oscurantista, obsesionado con la religión e ignorante en cuestiones económicas. Pero lo cierto es que España hizo lo que podía hacer en esa situación. Incluso personajes tan del agrado de nuestros queridos revisionistas históricos nacionalistas, como el denostado don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares, tenían una mentalidad bastante “moderna” y veía las cosas con bastante claridad. ¿Crees que Olivares estaba obsesionado por dominar Flandes y someter a las Provincias Unidas holandesas por la “gloria”, o por erradicar de allí la reforma luterana e imponer el catolicismo de nuevo?
En absoluto. Olivares (y otros antes y después de él) quería dominar el mar Báltico. ¿Por qué? Porque desde allí llegaba el trigo (y otras materias de Europa del este) que importaba España en grandes cantidades. Y ese comercio estaba dominado por las Provincias Unidas, cuyos comerciantes se quedaban todo el beneficio mientras que España sólo podía pagar y pagar. Si se hubiese dominado las Provincias y el acceso al Báltico (lo que era el sueño de Olivares) la situación hubiese cambiado considerablemente. Pero eso nunca ocurrió, y España volcó en Flandes ingentes recursos bélicos. Además, para poder ejercer esa presión a los holandeses, España tenía que garantizarse la propiedad de un eje de territorios que fuesen un canal de comunicación entre el norte (Flandes) y el sur (Milán). Además, tenía que garantizar a los milaneses su independencia frente a los enemigos de España. Además, tenía que asegurar la estabilidad en su otro canal de comunicación: el Mediterráneo, manteniendo para ello Nápoles, Sicilia, Cerdeña, y los “presidios” o fortalezas en las costas europeas y, sobre todo, africanas, dado que la piratería norteafricana era un serio problema para el comercio y las comunicaciones.
Como ves, para tratar de evitar una ruina que al final se produjo, España se veía obligada a realizar un esfuerzo inhumano. Ninguna otra nación ha podido sostener durante tanto tiempo un dominio semejante, pero el precio a pagar fue altísimo. Tú hablas de la plata americana como de una bendición, pero, de hecho, fue todo lo contrario. Mientras el resto de países avanzaban científica, naval y tecnológicamente, España era como un “niño rico” que compra, compra, compra, pero no estudia y no progresa.
Ya a finales del XVII, mucha gente en España pensaba que Flandes y el extremadamente exigente sistema de territorios que servían para apoyar a Flandes eran una pesada carga. Esa gente deseaba que sus gobernantes se olvidasen de Flandes y del dominio europeo. Lo cual equivalía a un alivio inmediato, pero a una condena del porvenir económico español.
De todos modos, cuando muere Carlos II sin descendencia, se desencadena la Guerra de Sucesión, que es a un tiempo una guerra europea y una guerra civil en territorio español. El dominio español en Europa se desmorona, y España queda privada de su hegemonía, su poder y su influencia, y además arrastrando los problemas sociales y económicos gestados durante dos siglos.
En una situación así, ¿cómo podía España sacar provecho? España hizo lo que pudo. De hecho, si por ejemplo los comerciantes catalanes salieron adelante, no fue porque eran más listos o más civilizados, sino porque los sucesivos reyes españoles respetaban los acuerdos forales mediante los cuales territorios como Cataluña no tenían que soportar las pesadas cargas que caían sobre Castilla: impuestos bélicos, levas continuas, etc. etc.
Ahora compara esa situación de “comprador” con un tejido productivo en estado vegetal, víctima de la feroz competencia de TODA Europa, con lo que hicieron los ingleses.
Inglaterra no tenía dominio alguno que mantener sobre Europa, porque no tenía necesidad de ello. Mientras que España no tenía mercado al que vender nada en América, los ingleses vendieron, y mucho, a sus colonias. Y a otros países que no querían comprar, como China, les obligaron por la fuerza (para lo cual necesitaban el 0’01% del poder que necesitó España para intentar su sueño imposible de abrir las puertas del Báltico: sometieron al anticuado gobierno chino con unos cuantos barcos y unas tropas no muy numerosas, gracias a la superioridad de su artillería y sus tácticas bélicas, de modo similar a cómo los españoles sometieron con un puñado literalmente- de hombres a los imperios Inca y Azteca).
Inglaterra inundó el descomunal mercado de la India con sus textiles. Ello impulsó la industria textil británica al tiempo que hundía la industria india (no en vano, el símbolo de la bandera india, el símbolo de su independencia, es una rueda de tejer). También inundó, como ya te he dicho, el mercado chino con opio, para contrarrestar la ruinosa balanza financiera producto de la compra de grandes cantidades de té chino.
Inglaterra no tenía un chorro de plata americana, tenía algo INFINITAMENTE mejor: una industria, extensos mercados, la hegemonía naval y la ausencia de necesidad de imponerse en Europa para tratar de evitar su ruina. A Inglaterra le bastaba con someter a pueblos tan civilizados que despreciaban la guerra hasta el punto de carecer de un ejército efectivo. Como antes los Aztecas o los peruanos, China e India no estaban preparados para toparse con los buques ingleses (los más modernos del mundo), con la eficacísima artillería inglesa, ni con las tácticas guerreras europeas. Pues Europa es un continente que ha vivido dos milenios de continuo conflicto, lo cual convirtió a los europeos en los guerreros mejor armados, mejor organizados y más irresistibles en una batalla abierta.
Pese a los tópicos históricos que tanto siguen pesando, fuera (y dentro) de España, ni los ingleses fueron más hábiles que los españoles, ni los catalanes que los castellanos, ni los holandeses que los sevillanos. Sencillamente unos tenían las manos libres para desarrollar una industria y comercio competitivos, mientras que los otros tenían las manos atadas por doscientos años de hegemonía.
Y, efectivamente, cuando la hegemonía española se derrumbó, las condiciones económicas, sociales y demográficas mejoraron notablemente dentro de España. Pero eso no significaba que España no hubiese quedado industrialmente atrasada, ni que hubiese dejado de depender de las importaciones. Y, perdida la hegemonía, no sólo había dejado de aspirar al dominio del Báltico, sino que había dicho adiós al control sobre cualquier otro canal de comunicación comercial. Más que nunca, España estaba a merced de la actividad económica exterior. Olivares no era tonto, como seguramente tampoco lo fue Lerma, ni Carlos V, ni Felipe II, ni otros muchos políticos de aquellos tiempos. Si España hubiese tenido la oportunidad de inundar los mercados de la India y China, hoy el idioma que se hablaría universalmente sería el español.
Pero cada época tiene sus victorias pasajeras y sus derrotas permanentes. También el Imperio Romano hubo de contemplar cómo los germanos tomaban el relevo. Y también el Reino Unido ha visto cómo su hijo mayor, los EEUU, le han arrebatado el dominio del mundo.
Pero claro, en nuestro caso es más doloroso. La influencia cultural española está en todas partes, y no hablo de América latina, sino de toda Europa y los EEUU. Y digo influencia española, no “hispana”. Pero España arrastra desde hace cuatro siglos una “leyenda negra” que los mismos españoles, por pura ignorancia o por conveniencia ideológica, nos hemos terminado por creer. ¿Y sabes quiénes se están encargando desde hace décadas de empezar a minar esa leyenda negra? Los historiadores británicos, para quienes, dejando aparte su país, España es uno de los temas favoritos de estudio. Y ellos mismos se sorprenden de descubrir una España imperial que, ni era tan oscurantista, ni tan atrasada, ni tan beata (eso vino después), ni tan inhábil con su propio destino. Ellos son los primeros en reconocer que a España le tocó jugar el papel de la fea, vertebrando Europa tras la Edad Media, para cedérsela después a otros que, entretanto, habían estado esmerándose por mejorar y sobrevivir. También reconocen que el descubrimiento de América fue una pesada carga, que le dio a España un impulso brutal, pero momentáneo (como una droga), y que, para más INRI, contribuyó no a poner de manifiesto la influencia de la cultura española en el mundo (sólo reconocida su acción en América), sino a olvidar que el paso de la Edad Media a la Europa moderna, la de los estados, se basó casi completamente en usos, mecanismos, protocolos, costumbres e instituciones creadas en España. La diplomacia occidental es la diplomacia española. El protocolo occidental es el protocolo español. Los estados centralizados occidentales nacieron como imitación del estado centralizado español. La pintura y la literatura occidentales no serían lo que son sin la pintura y literatura españolas. ¿Sigo?
Esto que digo no es un ejercicio de chauvinismo. Sencillamente es lo que dicen los de fuera que vienen a estudiar lo nuestro y se topan con algo que no esperaban. “Ah, o sea que Luis XIV imitó el lujo, el protocolo y la corte de los Habsburgo españoles, ah, que hasta Versalles es una imitación del Palacio Real de Madrid”. Pero claro, en Europa nadie recuerda eso. Sólo saben que el protocolo, la corte, la gastronomía, los perfumes, son franceses. Todo es francés. La Francia del XVII era un océano de cultura frente al páramo español dominado por sacerdotes de capucha y ojos rojos que refulgían en la oscuridad. La Europa moderna nació en Francia, el “Rey Sol”, “el Estado soy yo”.
Pero bueno, el olvido y desprecio histórico hacia el papel de España es incluso mayor dentro de nuestras fronteras. Buena parte de las amigables gracias hemos de dárselas al tito Francisco, que convirtió el desprecio a la época imperial y los alardes de leyendanegrismo en todo un símbolo de actitud antifranquista, como ocurre en la actualidad. Hombre, no digo que se restituya el águila al escudo (aunque estéticamente es una lástima) ni el yugo y las flechas de Fernando e Isabel, pero coño, un poquito de memoria. Si no lo hacemos nosotros, sólo quedan los historiadores británicos, y ya veremos cuándo se les pasa la fiebre hispanista.
The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.
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- moromielda
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Veo que tendré que explicarme. Mira que me disculpo por lo que voy a hacer, ¿eh?
Supongo que está claro que cuando digo que los inmuebles cuestan más de lo que valen, evidentemente lo que quiero decir es que se paga por ellos un precio que no corresponde a su valor. Creo que lo que quieres preguntarme es ¿cómo se mide ese valor? En términos objetivos, el valor de un bien se mide por lo que produce, y no por el posible beneficio futuro en su transmisión. Tal medida no se utiliza, no sólo porque la inmensa mayoría de los compradores no son inversores que adquieren bienes para su ulterior transmisión en el seno de un negocio de compraventa sino consumidores que buscan una casa en que vivir, sino porque además ni es mensurable (vaya uno a saber lo que subirán o no los precios en el futuro), ni es fiable (como no se sabe lo que subirán los precios, calcular el beneficio futuro con arreglo a ellos es pura especulación).
Por ello, la forma en que se mide el valor de un inmueble es su rentabilidad, expresada en lo que ese bien puede producir. En otras palabras, el valor de un inmueble en términos económicos se expresa por la capitalización de sus rentas más el valor residual del suelo imputable. Y es con arreglo a ese valor como te digo —en fin, ahora yo te lo digo a ti, pero es algo que otros han dicho antes— que se pone de manifiesto que los precios que actualmente se pagan por los inmuebles en España doblan el valor que dichos inmuebles son capaces de generar en el mejor de los casos.
Claro que habrá todavía ahora compradores que sigan adquiriendo pisos por si los pueden vender mucho más caros en un futuro próximo. Compradores ingenuos y desinformados que se han subido tarde al carro de la especulación inmobiliaria, añado —aviso para navegantes: de aquí a un año o año y medio, todo lo más, asistiremos a una erupción de carteles de «se vende»; el que pueda esperar para comprar, que espere. Pero con todo sigue sin ser esa la razón que empuja a la mayor parte de los compradores actuales, que son simplemente gente que quiere una casa para vivir y que ha de acomodarse a pagar por ella lo que le piden.
También es comprobable objetivamente que el esfuerzo que los ciudadanos hacen para adquirir una casa es de 10 veces la renta familiar anual disponible (llamémosla RFAD), mientras que en los países de nuestro entorno el índice está entre 5 y 7. Es decir, hay que dedicar por término medio todo el dinero que se gana en 10 años a pagar el piso. Si tenemos en cuenta que la RFAD se calcula dividiendo el PIB nacional por el número de familias del país (dato tomado del censo y equiparado a «personas que viven juntas en el mismo domicilio»), es obvio que estamos comparando cantidades totalmente objetivas y que, en último término, ponemos en relación la riqueza y capacidad productiva del país con la inversión inmobiliaria. El crecimiento del índice RFAD/precio de los inmuebles en los últimos años es, repito, como el de la Alemania prenazi (cuya situación económica es de sobras conocida y se resume en la evocadora imagen del ciudadano alemán que iba a comprar el pan con una carretilla llena de billetes).
La solución que yo he mencionado (que no es idea mía, válgame Dios) se basa en el dato también objetivo de que el encarecimiento actual de los precios se debe prácticamente en su totalidad al encarecimiento del precio del suelo. Ni los costes de construcción, ni el beneficio de los promotores, han aumentado apenas nada en estos años. Hay mucho dinero negro en el sector, cierto, pero como siempre lo ha habido, no más. En cambio, lo que se paga ahora por un metro cuadrado de solar en una ciudad cualquiera es enormemente más que lo que se pagaba hace diez años.
Sí, esto se debe a la actuación fraudulenta y corrupta de los Ayuntamientos. La corrupción es típica de la Administración local (toda Administración es tanto más corrupta cuanto más cerca de los administrados están sus órganos de poder). Por eso mi propuesta es que el Ayuntamiento esté obligado a quedarse ese 10% de suelo gratuito a que tiene derecho en los PAU’s y que ahora mismo está utilizando para trapichear vergonzosamente, para revender y para chanchullear. Podrían seguir haciendo trampas en cuanto a exigir sobrecitos para la aprobación de los Planes —eso por desgracia es problema de control judicial y de una voluntad política que no existe—, pero el suelo resultante a que tienen derecho, ah, no, amigo: el suelo resultante habrá de ser entregado gratuitamente a aquellos promotores que oferten hacer en él viviendas a precios más bajos (dentro de unos mínimos de calidad, y por eso es impepinable el concurso). Y esas viviendas saldrán al mercado sin más coste que el de la construcción y el beneficio que para él haya calculado el promotor concursante. Por muy caros que se oferten y por mucho sobre que se pase bajo la mesa para ser adjudicatario, jamás se alcanzarían las cotas actuales de repercusión del suelo en el precio de los pisos. Y además y sobre todo se aseguraría la salida al mercado de suelo edificable, porque actualmente el suelo está paralizado en manos de la peor especie de buitres, llamados gestores del suelo, urbanizadores que lo tienen apalancado y lo sacan a la venta con cuentagotas para aumentar los precios.
Y basta por hoy, por favor, que ya es demasiada tela.
Ah, para Mclaud:
Exposición de Motivos de la Ley (estatal) 6/1998, de 13 de abril, sobre régimen del suelo y valoraciones: «El legislador estatal (...) sólo puede aportar una solución parcial poniendo a contribución su indiscutible competencia para, como ha reconocido la citada sentencia del Tribunal Constitucional, regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad en el ejercicio del derecho de propiedad del suelo en todo el territorio nacional, así como regular otras materias que inciden en el urbanismo (...). Dentro de estos concretos límites, que comprenden inequívocamente la determinación de las distintas clases de suelo como presupuesto mismo de la definición de las condiciones básicas del derecho de propiedad urbana, la presente Ley pretende facilitar el aumento de la oferta de suelo, haciendo posible que todo el suelo que todavía no ha sido incorporado al proceso urbano, en el que no concurran razones para su preservación, pueda considerarse como susceptible de ser urbanizado».
Y de ahí hacia delante, todo el suelo que no es ya urbano o que no se puede urbanizar por estar especialmente protegido, es urbanizable. Véase (o no, que es muy aburrido) el artículo 10.
Supongo que está claro que cuando digo que los inmuebles cuestan más de lo que valen, evidentemente lo que quiero decir es que se paga por ellos un precio que no corresponde a su valor. Creo que lo que quieres preguntarme es ¿cómo se mide ese valor? En términos objetivos, el valor de un bien se mide por lo que produce, y no por el posible beneficio futuro en su transmisión. Tal medida no se utiliza, no sólo porque la inmensa mayoría de los compradores no son inversores que adquieren bienes para su ulterior transmisión en el seno de un negocio de compraventa sino consumidores que buscan una casa en que vivir, sino porque además ni es mensurable (vaya uno a saber lo que subirán o no los precios en el futuro), ni es fiable (como no se sabe lo que subirán los precios, calcular el beneficio futuro con arreglo a ellos es pura especulación).
Por ello, la forma en que se mide el valor de un inmueble es su rentabilidad, expresada en lo que ese bien puede producir. En otras palabras, el valor de un inmueble en términos económicos se expresa por la capitalización de sus rentas más el valor residual del suelo imputable. Y es con arreglo a ese valor como te digo —en fin, ahora yo te lo digo a ti, pero es algo que otros han dicho antes— que se pone de manifiesto que los precios que actualmente se pagan por los inmuebles en España doblan el valor que dichos inmuebles son capaces de generar en el mejor de los casos.
Claro que habrá todavía ahora compradores que sigan adquiriendo pisos por si los pueden vender mucho más caros en un futuro próximo. Compradores ingenuos y desinformados que se han subido tarde al carro de la especulación inmobiliaria, añado —aviso para navegantes: de aquí a un año o año y medio, todo lo más, asistiremos a una erupción de carteles de «se vende»; el que pueda esperar para comprar, que espere. Pero con todo sigue sin ser esa la razón que empuja a la mayor parte de los compradores actuales, que son simplemente gente que quiere una casa para vivir y que ha de acomodarse a pagar por ella lo que le piden.
También es comprobable objetivamente que el esfuerzo que los ciudadanos hacen para adquirir una casa es de 10 veces la renta familiar anual disponible (llamémosla RFAD), mientras que en los países de nuestro entorno el índice está entre 5 y 7. Es decir, hay que dedicar por término medio todo el dinero que se gana en 10 años a pagar el piso. Si tenemos en cuenta que la RFAD se calcula dividiendo el PIB nacional por el número de familias del país (dato tomado del censo y equiparado a «personas que viven juntas en el mismo domicilio»), es obvio que estamos comparando cantidades totalmente objetivas y que, en último término, ponemos en relación la riqueza y capacidad productiva del país con la inversión inmobiliaria. El crecimiento del índice RFAD/precio de los inmuebles en los últimos años es, repito, como el de la Alemania prenazi (cuya situación económica es de sobras conocida y se resume en la evocadora imagen del ciudadano alemán que iba a comprar el pan con una carretilla llena de billetes).
La solución que yo he mencionado (que no es idea mía, válgame Dios) se basa en el dato también objetivo de que el encarecimiento actual de los precios se debe prácticamente en su totalidad al encarecimiento del precio del suelo. Ni los costes de construcción, ni el beneficio de los promotores, han aumentado apenas nada en estos años. Hay mucho dinero negro en el sector, cierto, pero como siempre lo ha habido, no más. En cambio, lo que se paga ahora por un metro cuadrado de solar en una ciudad cualquiera es enormemente más que lo que se pagaba hace diez años.
Sí, esto se debe a la actuación fraudulenta y corrupta de los Ayuntamientos. La corrupción es típica de la Administración local (toda Administración es tanto más corrupta cuanto más cerca de los administrados están sus órganos de poder). Por eso mi propuesta es que el Ayuntamiento esté obligado a quedarse ese 10% de suelo gratuito a que tiene derecho en los PAU’s y que ahora mismo está utilizando para trapichear vergonzosamente, para revender y para chanchullear. Podrían seguir haciendo trampas en cuanto a exigir sobrecitos para la aprobación de los Planes —eso por desgracia es problema de control judicial y de una voluntad política que no existe—, pero el suelo resultante a que tienen derecho, ah, no, amigo: el suelo resultante habrá de ser entregado gratuitamente a aquellos promotores que oferten hacer en él viviendas a precios más bajos (dentro de unos mínimos de calidad, y por eso es impepinable el concurso). Y esas viviendas saldrán al mercado sin más coste que el de la construcción y el beneficio que para él haya calculado el promotor concursante. Por muy caros que se oferten y por mucho sobre que se pase bajo la mesa para ser adjudicatario, jamás se alcanzarían las cotas actuales de repercusión del suelo en el precio de los pisos. Y además y sobre todo se aseguraría la salida al mercado de suelo edificable, porque actualmente el suelo está paralizado en manos de la peor especie de buitres, llamados gestores del suelo, urbanizadores que lo tienen apalancado y lo sacan a la venta con cuentagotas para aumentar los precios.
Y basta por hoy, por favor, que ya es demasiada tela.
Ah, para Mclaud:
Exposición de Motivos de la Ley (estatal) 6/1998, de 13 de abril, sobre régimen del suelo y valoraciones: «El legislador estatal (...) sólo puede aportar una solución parcial poniendo a contribución su indiscutible competencia para, como ha reconocido la citada sentencia del Tribunal Constitucional, regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad en el ejercicio del derecho de propiedad del suelo en todo el territorio nacional, así como regular otras materias que inciden en el urbanismo (...). Dentro de estos concretos límites, que comprenden inequívocamente la determinación de las distintas clases de suelo como presupuesto mismo de la definición de las condiciones básicas del derecho de propiedad urbana, la presente Ley pretende facilitar el aumento de la oferta de suelo, haciendo posible que todo el suelo que todavía no ha sido incorporado al proceso urbano, en el que no concurran razones para su preservación, pueda considerarse como susceptible de ser urbanizado».
Y de ahí hacia delante, todo el suelo que no es ya urbano o que no se puede urbanizar por estar especialmente protegido, es urbanizable. Véase (o no, que es muy aburrido) el artículo 10.
- Montgomery
- Mulá
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- Registrado: 01 Ago 2003 13:13
Me abruma la extensión de sus conocimientos; solamente tengo preguntas:
En cuanto al tema de la vivienda, ¿Cómo creen ustedes que sería posible conjugar el derecho constitucional a una vivienda digna con el derecho -general- a la propiedad privada? ¿Es lícito coaccionar a propietarios que no utilizan sus posesiones a que las transfieran en aras a un aumento de la oferta? ¿Otorgamos supremacía a un derecho frente a otro? Por otro lado, ¿No tendríamos que tener más que claro que la verdadera especulación en el tema de la vivienda cae del lado de los administradores públicos de suelo de los ayuntamientos, y no del de los constructores y promotores, empresarios al fín y al cabo?
Y para Nicotin y Curreta: interesantísimo el aluvión de datos, pero ¿No creen que la diferencia religiosa entre las dos naciones tambien pudo influir en su distinto desarrollo? El concepto de la sociedad y de como ser tratado el progreso desde el protestantismo marca una diferencia clara frente al -si pudieramos en esa época llamarlo así- tradicionalismo religioso español. El ejemplo que más fácil que consigo agarrar en este momento es el de la administración de justicia.
Muchas gracias.
En cuanto al tema de la vivienda, ¿Cómo creen ustedes que sería posible conjugar el derecho constitucional a una vivienda digna con el derecho -general- a la propiedad privada? ¿Es lícito coaccionar a propietarios que no utilizan sus posesiones a que las transfieran en aras a un aumento de la oferta? ¿Otorgamos supremacía a un derecho frente a otro? Por otro lado, ¿No tendríamos que tener más que claro que la verdadera especulación en el tema de la vivienda cae del lado de los administradores públicos de suelo de los ayuntamientos, y no del de los constructores y promotores, empresarios al fín y al cabo?
Y para Nicotin y Curreta: interesantísimo el aluvión de datos, pero ¿No creen que la diferencia religiosa entre las dos naciones tambien pudo influir en su distinto desarrollo? El concepto de la sociedad y de como ser tratado el progreso desde el protestantismo marca una diferencia clara frente al -si pudieramos en esa época llamarlo así- tradicionalismo religioso español. El ejemplo que más fácil que consigo agarrar en este momento es el de la administración de justicia.
Muchas gracias.
Una de cada tres cosas que digo es mentira.
- tonetti
- Politóxicomano en chandal
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Totarmente,
no hay que ser einstein para darse cuenta de que aunque fuesen distintas épocas los españoles podrían haber comerciado con los nativos américanos, de hecho no debemos olvidar que colón iba en busca de nuevas rutas para el comercio con la India. Lo que pasa es que se encontraron con unos pueblos fácilmente conquistables y pensarón: ¿para que comerciar cuando se puede esquilmar? Los ingleses también podían haber intentado conquistar china pero les habría costado mucho y al final no habrían sacado nada, el comercio de opio es mucho más productivo y menos costoso tabaquín lo ha dicho.
Nosotros le podríamos haber vendío costo marroquí o quesos de tetilla a los aztecas, incas, mapoches y demás a cambio de su plata, claro que con lo viciosos que semos y con lo que nos gusta la tortilla de patatas ellos habrían recuperado la plata en los prostibulos de la zona y vendiéndonos coca y patatas. De esa manera nos habríamos arruinao antes de volver pa España. Total que exportamos lo que teníamos y tenemos a gogó en nuestro país: enfermedades venereas, mala follá, dogmatismo criptocristiano y conquista-seductores trasnochados al estilo Arturo Fernandes. En definitiva que semos un país de monguiss, ¿asín como queremos mantener un imperio?
no hay que ser einstein para darse cuenta de que aunque fuesen distintas épocas los españoles podrían haber comerciado con los nativos américanos, de hecho no debemos olvidar que colón iba en busca de nuevas rutas para el comercio con la India. Lo que pasa es que se encontraron con unos pueblos fácilmente conquistables y pensarón: ¿para que comerciar cuando se puede esquilmar? Los ingleses también podían haber intentado conquistar china pero les habría costado mucho y al final no habrían sacado nada, el comercio de opio es mucho más productivo y menos costoso tabaquín lo ha dicho.
Nosotros le podríamos haber vendío costo marroquí o quesos de tetilla a los aztecas, incas, mapoches y demás a cambio de su plata, claro que con lo viciosos que semos y con lo que nos gusta la tortilla de patatas ellos habrían recuperado la plata en los prostibulos de la zona y vendiéndonos coca y patatas. De esa manera nos habríamos arruinao antes de volver pa España. Total que exportamos lo que teníamos y tenemos a gogó en nuestro país: enfermedades venereas, mala follá, dogmatismo criptocristiano y conquista-seductores trasnochados al estilo Arturo Fernandes. En definitiva que semos un país de monguiss, ¿asín como queremos mantener un imperio?
Man debío de poner garrafón
Montgomery escribió:En cuanto al tema de la vivienda, ¿Cómo creen ustedes que sería posible conjugar el derecho constitucional a una vivienda digna con el derecho -general- a la propiedad privada? ¿Es lícito coaccionar a propietarios que no utilizan sus posesiones a que las transfieran en aras a un aumento de la oferta? ¿Otorgamos supremacía a un derecho frente a otro?
Hola Montgomery. Le voy a poner un ejemplo real que, en mi opinión, tiene analogías claras con lo que expone. Hace ya algunos años, dos de las cuatro compañías électricas españolas, Endesa e Iberdrola, anunciaron su intención de fusionarse en una sola compañía. El eléctrico es un sector muy fuertemente regulado por la administración, por lo que le remitieron al Gobierno los datos del proyecto de fusión y se solicitó su autorización. El Ministerio de Economía —dirigido entonces por Rodrigo Rato— autorizó la fusión, pero con condiciones muy restrictivas: principalmente una importante desinversión para defender la competencia, que se vería seriamente afectada por el hecho de que la compañía resultante tendría una posición dominante abrumadora en el mercado eléctrico español. Dichas condiciones hicieron al final que ambas empresas desestimaran seguir con la fusión.
¿Cuál es la analogía con el caso de la vivienda? En este ejemplo, entran en conflicto el derecho a la libertad de mercado con un interés general muy claro, como es la defensa de la competencia. Y en el tema de la vivienda, se prima lo segundo. De la misma manera, encuentro razonable que se primase el derecho a una vivienda digna sobre el derecho a la propiedad privada, máxime cuando este segundo derecho no se vería vulnerado por una propuesta como la que expuse en algún mensaje anterior. Porque pensar que gravar la vivienda no habitual es vulnerar el derecho a la propiedad privada sería como pensar que también lo hacen el impuesto sobre el patrimonio, el impuesto de sucesiones, el IBI o, ya puestos, hasta el IVA.
Porque los derechos no son todos igual de «importantes»: creo que es razonable que, por ejemplo, el derecho a la vida sea superior al derecho a la libertad de movimientos, y en caso de conflicto entre ambos lo normal es que prevalezca el primero. Por supuesto que este último ejemplo es muy claro y que la disputa entre los derechos a la vivienda y a la propiedad no es tan evidente. Pero así es como opino en este aspecto.
Hombre, y me parece exagerado e injusto denominar «coacción» a lo que no es más que recaudar impuestos. A no ser que crea que todos los impuestos son coacciones, claro.
Montgomery escribió:Por otro lado, ¿No tendríamos que tener más que claro que la verdadera especulación en el tema de la vivienda cae del lado de los administradores públicos de suelo de los ayuntamientos, y no del de los constructores y promotores, empresarios al fín y al cabo?
Totalmente de acuerdo. Lo anterior es una medida adicional, pero coincido con usted en que el meollo es éste.