Yo participé (colideré, más bien, junto a otra persona del Dpto. de Informática) en un proyecto gordo para sustituir la aplicación informática que teníamos en el curro (creada en 1993, basada en AS400) por un aplicativo web moderno. El proyecto estaba planeado (optimistamente, como avisamos desde un inicio) en 18 meses, y finalmente duró casi 3 años. Compramos (tras adjudicación pública, a la que se presentaron 7 empresas) una aplicación que ya existía y la "adaptamos" a nuestros requerimientos. Es probable que hubiéramos tardado menos partiendo de cero, como proponía una de las 7 ofertas, pero nos pareció demasiado riesgo (no tanto por la empresa, como por nuestra propia disponiblidad y capacidad de organización para dedicar el tiempo necesario para construir algo desde cero). Todo esto lo digo para decirte que en esos 3 años te puedo asegurar que los técnicos asignados por la empresa (no SAP, era otra plataforma) para hacer ese análisis funcional y luego programación para adaptar la aplicación a nuestra empresa sudaron sangre, hubo discusiones de altísimo nivel, amenazas de ruptura de contrato, mil quinientas reuniones, ampliaciones de contrato e incluso un punto crítico en el que parecía que todo acababa con demandas cruzadas, etc. Finalmente, tras mucho sudor y lágrimas, que casi me cuestan la salud, pudimos implantar el nuevo aplicativo, que lleva en funcionamiento 3 años, ahora con un contrato de mantenimiento y mejora por parte de otra empresa (tras una lucha titánica para ver quién era propietario del código fuente y si se podía meter mano por parte de una empresa diferente de la creadora al código fuente del aplicativo). Ahí nadie estuvo tocándose los cojones, fueron los 3 años más exigentes laboralmente hablando de mi vida, y los responsables del contrato en las otras empresas (era una UTE o joint venture o como quieras llamarlo de 2 empresas, una ponía la base del aplicativo y otra ponía el know how de gestión de proyectos, al final acabaron a matar entre ellas por la pasta) sudaron tinta, sangre y heces, perdieron peso y pelo, y todo fue muy muy trabajoso.Chino escribió: ↑07 Sep 2021 09:11Yo sobre lo de "modernizar los sistemas informáticos en la administración pública" solo puedo contar una anécdota de un compañero mío, muy amiguete.M. Corleone escribió: ↑06 Sep 2021 11:37 Hay que meter pasta en modernizar la justicia, en empleados, en sistemas informáticos, en modernizar procesos y procedimientos. Ver el despacho de un juez, con expedientes en papel por el suelo (torres de 3.000 folios, ocupando el suelo del despacho) es ABSOLUTAMENTE DESCORAZONADOR, y propio de país tercermundista.
Como sabéis, yo soy consultor SAP, que para el que no lo conozca, es un sistema de gestión informático de grandes empresas. Lo tienen todas las mega corporaciones mundiales, y es un sistema ENORMEMENTE caro, tanto de implementar como de mantener.
Pues bien, aquí mi amiguete se cepilló 4 años de freelance a cuenta de la diputación provincial de Toledo, con una tarifa de unos 400€ diarios para, supuestamente, mantener un par de desarrollos en SAP que realmente no necesitaban casi mantenimiento.
Se tocaba la polla a dos manos. Se leyó la saga entera de Juego de Tronos, y durante esos 4 años se forró como un hijoputa.
Me contaba que, donde estaba él, había decenas y decenas de consultores, prácticamente todos tocándose el cirimbel a razón de entre 300 y 500 pavos por jornada. Y, por supuesto, no había un único entorno SAP, sino que cada cortijo de la diputación tenía el suyo propio, con el gasto enorme en licencias y en mantenimiento que eso suponía.
En definitiva, que eso de modernizar informáticamente la administración mola mucho, pero lo que hay que hacer es modernizar la administración en sí primero, hacerla más eficiente, eliminar duplicidades, etc... y luego, una vez que la estructura esté saneada, informatizar lo que tú quieras. Porque si la estructura es un puto caos y un reino de Taifas en el que hay miles de intereses creados y cortijos particulares, en cuanto intentes meter un sistema de gestión ahí, ese sistema va a ser igual de caro e ineficiente que si no lo hubiera.
El proyecto, al final, costó un 66% más de lo presupuestado inicialmente, eso sin contar con todos los subsiguientes contratos de mantenimiento posteriores, que en realidad son contratos de mejora de cosas que quedaron sin rematar.
Ojo: buena parte de los desastres que sucedieron fueron culpa de la empresa licitadora, pero buena parte fue culpa de que en la administración pública hay que hacer estos mega proyectos sin que te descarguen de tus tareas habituales, y la gente prioriza su curro habitual, y sacar el látigo y decir "Tenéis que dejar todo lo que estáis haciendo porque hay que meter horas al análisis funcional de esto porque si no al final el programa no os gustará y lo estaréis pagando durante AÑOS" es complicado, porque atendemos a personas en situación jodida, y no te liberan del puesto (a mí sí, pero a los demás no) durante ese tiempo, y tienes que jamarte el cambio de programa más tu curro habitual.
Todo este proyecto me permitió aprender mucho de la vida, de gestión de proyectos, conocer la verdadera personalidad y aptitudes en varias esferas (abstracción, pensamiento orientado al futuro) de compañeros del curro (para bien y, sobre todo, para mal), pero A QUÉ PRECIO.
Al final, los mejores y los más majos (además de la persona de informática que lideraba el proyecto junto a mí, una mujer inteligentísima y siempre con una sonrisa, jubilada recientemente, una maravilla tenerla a mi lado) fue conocer a frikis programadores de la empresa de informática, los curritos, que se entendían muy bien conmigo, y que me decían que era el único de mi trabajo capaz de ponerme en la forma de pensar de alguien que programa. Porque en mi curro, imaginaos, lleno de personas que no saben ni salir de una casilla de Excel presionando el intro una vez metido un número, todo eran "Yo quiero que el programa me diga si la persona ha venido o no a la cita, pero no quiero tener que hacer nada, que salga un mensaje", y yo tenía que traducir todo eso en "habrá que marcar fechas, contadores, un desplegable que diga tal y cual".
Pensar que dije que sí a semejante proyecto sin cobrar un solo euro más de lo habitual, y que por estar metido en aquello estoy ahora en el lío de lo de mi puesto con lo de la Vieja Funcionaria me hace sudar.
En fin. Nadie me lo agradeció, pero me sirvió para aprender mucho, conocer mis límites mentales (mucho más débiles de lo que creía) y descubrir que algunas personas del curro que parecían majas son, en realidad, unos hijosdeputa.