Es que la anécdota de los percebes por si sola ya justifica un libro. Pagaría por ver al Prats defender sus percebes con ese discurso redicho-casposo que gastaba. Y lo de la Otero (milf) es directamente para hacerse una camiseta. "Julia Otero me robo la coca". Qué grande.
Sobre Pilar Eyre: Mejor no busques, mejor, que a lo mejor encuentras y te llevas un susto: ahora está muy deteriorada.
Sobre Cascos y sobre las putas: En honor a la verdad habría que decir que él no subió, o al menos yo no le vi hacerlo (lo perdí de vista durante bastante tiempo). Por aquella época estaba aún en EL MUNDO, pasándomelo teta culebreando entre pasillos, que era lo que por entonces se llevaba para tirar de la lengua a los políticos y sacar frases de contexto que dieran para una crónica, cuanto más falaz posible, mejor.
Esos años eran proclives a la escisión, el rajadismo y el escándalo dentro del Soe, y a la tranquilidad paciente dentro del PP. Cascos, en ese sentido, era la excepción. Por eso siempre que me tocaba hurgar en el fango del partido de Aznar (con frecuencia para llenar el cajón de los chantajes de CGA), me acercaba a él. Un día, tras el habitual ruido de sables conspirativos con la gente del periódico (que más bien era ruido de cubertería), a Cascos le dio por llamar a su amigo H. para cerrar un asunto confidencial del que todavía sigo sin conocer demasiados detalles, y que me supongo se quedó ya en olvido. Yo hice migas con H. (teníamos un amigo en común), y a las once de la noche, ya vencida la reunión, me llama al teléfono casa (yo no le di mi número) y me invita a una copa. Voy.
Entre tiro de farlopa y Johnny cola, estuvimos hasta las cuatro de cochambre en cochambre, hasta que al tío le da por llamar a ese amigo en común que teníamos, y no lo coge. Se enfada. Que si menudo hijo de puta, que si es un achicado, que si anda encoñado de una fulana, que si lo voy a matar... Pasamos de andar a vueltas por la inmundicia, nos paramos en chueca, él pide (sorprendentemente) ¡un café!, y se encuentra con un sudaca que, atención, le deja las llaves de su coche. a por Cascos.
Como ninguno de los dos sabía exactamente donde vivía (sospecho que él sí, pero no quería que yo lo supiese), quedamos con él por teléfono en un sitio finísimo donde ponían jazz. Para llamarlo, estuvimos fácilmente una hora a vueltas con la cabina.
En el sitio ése del jazz estuvimos muy calmados. Hubo que esperar a que dieran las ocho de la mañana, ya fuera, para que Cascos se soltara y dijera, ante la cantidad de bares (finos) que empezaban a cerrar: vamos a putas.
Allí él rió a carcajadas un chiste racista mío ("va a haber que follarse a la menos negra"), un bocoi le pellizcó el culo y yo me lié a puñetazos con H. poco antes de que una señorita nos mastrurbase a ambos al mismo tiempo.
Cabe decir que Cascos no tocó la farlopa en toda la noche.
Al salir, estábamos todos tan borrachos que fue él quien llamó a su esposa para que nos viniera a buscar (sí, a buscar a donde las putas). A la mujer la recuerdo como un callo sofisticado.
Straika escribió:pero lo que si tiene es un rango exquisito.
Verdaderamente sí, el rango es de lo más definitorio, que no definitivo, y da pie a todo tipo de prejuicios, dicho sea también de paso, lo que a grandes rasgos puede ser un alivio, así se evita tener que soportar los lamidos disimulados de algun soplanabos.
No soporto A Matías Prats, los diarios matutinos de pega ni las salidas en las que se termina pagando por un polvo, felación o paja.
"las personas son solo amigos en la medida en que te son de utilidad" - Percy Wyndham Lewis
"Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación, una es con la espada, la otra es con la deuda" - John Adams
Realmente y para ser exactos, Matías Prats -tras haber engullido él sólo kilo y medio de percebes- se abalanzó contra el último gran racimo de percebes como puños. Sería Noviembre o así (o algún mes con erre, que todos sabemos que son los de los percebes buenos) y había llegado ese momento de toda percebada, en el que sólo quedaban los bichos pequeños, esos que tras haberte comido los buenos buenos de verdad, no te merecen la pena el esfuerzo de enfangarte aún más las manos para tan exiguo manjar.
Pero Matías encontró la última mata grande, esa que el resto de comensales (unos probes periodistas de provincias complacientes) habían hecho lo posible por no ver. Pero justo antes de que la mano de Matías se cerrase tras ellos, otra mano le tocó suavemente impidiendole el acceso. Le pegó, vaya. Se hizo el silencio y luego Matías dijo alguna cretinez sobre la vergüenza del gallego, o en ese caso la falta de la misma y todos carcajearon mucho sin saber por qué.
O la menos así lo recuerdo yo. Me lo contaron así, vamos.
Jubilao, lento y despasito me escribió:Claro que si me hubieras atacado por un flanco para tener acceso, y posteriormente rodeado con tus brazos permitiéndome vivir en tu barriga, ya habría sido el acabose.
Foreman cuenta la historia mucho mejor que yo, pero porque Foreman llevaba el coche. No sé si me explico.
Ahora que es más viejo no quiere venir conmigo de paquete a los saraos y yo tengo que quedarme en casa, sobrio (a veces). Se ha vuelto escéptico, ha madurado. Realmente no me di cuenta del día que Foreman dejó de admirarme con aquella entrega.
Mítico.
P.D Pilar Eyre se corría en mi boca: un día yo fui grande.
P.D 2 Yo era mayor de edad cuando emitían La Mansión de los Plaff, Jubi, y me encantaba. ¿Tú la recuerdas?
Foreman suele estar al volante cuando salimos juntos porque conducir sin carnet antes estaba mal visto, pero es que ahora parece ser que es delito. No sé si me explico.
Mi coche huele hoy a pescado bastante más que ayer. Eres un tío bastante mierdas, y lo sabes. Haber impregado mi utilitario con el olor a nécora de la vagina incorrupta de Pilar Eyre no te lo perdono. ¿Tantos años cargando con ese cheiro era sólo para joderme o simplemente es tu concepto de higiene?
Que te lavas la cara como los putos gatos y el aliento te huele a negro muerto. Que yo lo he visto y oido.
¿Mañana tienes pensado engañarme otra vez? Que no es que yo quiera, sólo por saberlo. Imbécil.
Jubilao, lento y despasito me escribió:Claro que si me hubieras atacado por un flanco para tener acceso, y posteriormente rodeado con tus brazos permitiéndome vivir en tu barriga, ya habría sido el acabose.
Me ganas. De la mansión de los Plaff sólo recuerdo la musiquilla, que esas cosas no se te quitan nunca de la cabeza, ni por chiquitajo que seas al oírlas, ni con el puto alzheimer
Urdu escribió: Tengo fotos actualizadas de mi rabo.