Stewie escribió:Sin noticias de Ratzinger
Javier Sampedro
EL PAÍS - 31-08-2005
[...]
Porque, por lo demás, mal se puede sostener que el darwinismo sea una amenaza mayor para el cristianismo que la incertidumbre de Heisenberg, que le prohíbe a Dios saber dónde están las partículas que acaba de crear, o los universos paralelos, donde un alma puede ser pura o pecadora según en qué universo mire uno.
Ay, mi hígado. El principio de incertidumbre no se mete con Dios en absoluto... hay un límite para la precisión con que podemos conocer al mismo tiempo la posición y la velocidad de una partícula, sí, pero eso es una limitación de la Física... una partícula tiene una posición y una velocidad, que la observación altera. Creo que fue también Heisenberg el que dijo que la ciencia no nos dice cómo es la naturaleza, sino lo que nosotros conocemos de ella... un ser omnisciente no necesita andar tirando fotones por ahí, y de todas formas la omnisciencia va tan a contrapelo de las leyes de la Física que oponerle el principio de incertidumbre no sólo es incorrecto, sino innecesario.
A mí no me parece tan horrible, la verdad. ¿Qué clase de Dios es el que dota de ojos a sus criaturas para luego pedirles que no los usen?
Otro Bucay más....Galileo Galilei escribió:No me siento obligado a creer que el mismo Dios que nos proveyó de sentido común, razón e intelecto quiera que renunciemos a usarlos.
Contra lo que ha ido siempre la Iglesia es contra aquello que pueda hacer dudar a la gente de los roles que cada uno tiene asignados en esta vida. Unos mandan, otros obedecen, y nada de pensar que somos todos iguales, o que se puede hacer lo que se quiere, como tener sexo sin casarse, o sin procrear, o entre gente del mismo sexo (salvo que al menos uno sea sacerdote). Que la Tierra tenga millones de años en vez de cuatro mil, o que no se pueda parar uno en una nube, no afecta intereses creados ni compromete estructuras de poder, así que no se van a andar rasgando las vestiduras por la paradoja de la piedra cuando hay gente que anda por ahí amenazando su modo de vida.