Volveremos a encontrarnos
Publicado: 26 Jun 2006 02:16
Os felicito, es difícil concentrar tanta inmundicia discursiva en tan poco espacio. Sois al anticlericalismo lo que los maulets al nacionalismo: unidades de choque, mordazas histéricas, pies y manos que se agitan, miembros que hieren el aire y patalean con furia.
Los modales groseros y desesperados, como de niño o de imbécil, denotan la pobreza ideológica de la que resultáis estandarte viviente. Desechos de un tiempo pretérito, vuestra felicidad pervertida reside en obstruir y destruir todo lo que alce un palmo sobre la tierra, para que os sea semejante. Y, lo que es peor, con la moral como pretexto. Pues solamente utilizáis la verdad para sacar lustre a la mentira. Sólo sabéis narrar maldades y acumular con boca glotona acusaciones y hediondeces. Si los puercos o los buitres tuvieran facultad intelectual la usarían mejor que vosotros.
¿Cómo vais a ridiculizar lo que no sois capaces de entender? Para matar a Dios os ha hecho falta asesinar antes la razón y cambiarla por la costumbre. Habéis usurpado el buen nombre a los justos para arrogaros el papel de compasivos. Calumniasteis la decencia para que reinara la ironía. Os parecéis a la nada en la que creéis.
En este punto siento que la hiel refluye y puedo parar de escribir. Volveremos a encontrarnos.
Los modales groseros y desesperados, como de niño o de imbécil, denotan la pobreza ideológica de la que resultáis estandarte viviente. Desechos de un tiempo pretérito, vuestra felicidad pervertida reside en obstruir y destruir todo lo que alce un palmo sobre la tierra, para que os sea semejante. Y, lo que es peor, con la moral como pretexto. Pues solamente utilizáis la verdad para sacar lustre a la mentira. Sólo sabéis narrar maldades y acumular con boca glotona acusaciones y hediondeces. Si los puercos o los buitres tuvieran facultad intelectual la usarían mejor que vosotros.
¿Cómo vais a ridiculizar lo que no sois capaces de entender? Para matar a Dios os ha hecho falta asesinar antes la razón y cambiarla por la costumbre. Habéis usurpado el buen nombre a los justos para arrogaros el papel de compasivos. Calumniasteis la decencia para que reinara la ironía. Os parecéis a la nada en la que creéis.
En este punto siento que la hiel refluye y puedo parar de escribir. Volveremos a encontrarnos.