pH, más que hamor, frensi.

El nacionalista utiliza la Historia como fármaco para soportar el presente, en lugar de como instrumento para comprenderlo. En realidad, no más que una Historia analgésica a medida de los que convalecen. No le interesa el porqué, sino el para qué y -mucho más importante- para quiénes. Así, el nacionalismo comienza en el fuero interno de la humillación, al poco se traduce en un lenguaje lleno de resentimiento neurótico, y de ahí, una vez superada la adversidad en la que anduvo incubándose clandestinamente, pasa a agitar una brisa reivindicativa que, en su apogeo, se extiende como un jolgorio popular. Popular, y por ende democrático, con el marchamo de lo honesto. Pero, a medida que echa raíces y se hace visible, el nacionalismo crea señas, himnos, prohombres, lugares comunes, asociaciones, partidos, institutos, reconocimientos públicos, canales de televisión y plataformas de todo tipo, cuyo rasgo común es el oropel de lo inútil. Va tejiendo una red social en la que sólo hay una forma de no ser extraño o marginado: formar parte activa de ella, renacer a una segunda ciudadanía de privilegios tácitos, ficticios a menudo, basados en la ilusión de someter moralmente a un enemigo imaginario. La elite crea un espacio de pensamiento hegemónico donde nadie que no se haya deslizado por los filtros habituales de sumisión colectiva puede meter baza. Los que rechacen dichos cánones o se desentiendan de ellos serán cínicamente tildados de elitistas, insociables o conspiradores. La política, en fin, se convierte bajo esta máscara de sentimentalismo retórico en una mímica del poder, de sencilla coreografía, asimilada de un modo silente por la grey hija de la doctrina, que compensa su carencia de espontaneidad con la devoción generosa hacia vagos ideales escenificados entre el ruido y la furia. Con todo, faltando la libertad, el espíritu y la moral se marchitan, reduciéndose su efecto a la contemplación de un juego de figuritas de cera.

Pues sí, ahí la has clavao, pero me parece que te dejas que tiene más que ver con el poder. Si tus argumentos se usan hoy en día muy a menudo contra los nacionalismos emergentes (que están logrando ahora ciertos grados de poder) como puedan ser catalán, vasco, etc..., menos gente se plantea que exactamente igual ha obrado el nacionalismo español de toda la vida (ya porque alcanzó antes el poder, ya porque al ser más amplio la gente lo ve como natural), pero el caso es que también ha actuado exactamente igual como lo describes.

Y tampoco lo limitiraría yo a 'los nacionalismos', sólo le tendría que cambiar cuatro palabros a tu virguero texto, para que se pudiera reconocer en él a cualquier religión que haya alcanzado su cota de éxito y poder, por ejemplo, 1,2,3 responda otra vez...

El católico utiliza la Historia como fármaco para soportar el presente, en lugar de como instrumento para comprenderlo. En realidad, no más que una Historia analgésica a medida de los que convalecen. No le interesa el porqué, sino el para qué y -mucho más importante- para quiénes. Así, el catolicismo comienza en el fuero interno de la humillación, al poco se traduce en un lenguaje lleno de resentimiento neurótico, y de ahí, una vez superada la adversidad en la que anduvo incubándose clandestinamente, pasa a agitar una brisa reivindicativa que, en su apogeo, se extiende como un jolgorio popular. Popular, y por ende democrático, con el marchamo de lo honesto. Pero, a medida que echa raíces y se hace visible, el catolicismo crea señas, himnos, prohombres, lugares comunes, asociaciones, partidos, institutos, reconocimientos públicos, canales de televisión y plataformas de todo tipo, cuyo rasgo común es el oropel de lo inútil. Va tejiendo una red social en la que sólo hay una forma de no ser extraño o marginado: formar parte activa de ella, renacer a una segunda ciudadanía de privilegios tácitos, ficticios a menudo, basados en la ilusión de someter moralmente a un enemigo imaginario. La elite crea un espacio de pensamiento hegemónico donde nadie que no se haya deslizado por los filtros habituales de sumisión colectiva puede meter baza. Los que rechacen dichos cánones o se desentiendan de ellos serán cínicamente tildados de elitistas, insociables o conspiradores. La religión, en fin, se convierte bajo esta máscara de sentimentalismo retórico en una mímica del poder, de sencilla coreografía, asimilada de un modo silente por la grey hija de la doctrina, que compensa su carencia de espontaneidad con la devoción generosa hacia vagos ideales escenificados entre el ruido y la furia. Con todo, faltando la libertad, el espíritu y la moral se marchitan, reduciéndose su efecto a la contemplación de un juego de figuritas de cera.

jubilao escribió:[...] los nacionalismos emergentes (que están logrando ahora ciertos grados de poder) como puedan ser catalán, vasco, etc..., menos gente se plantea que exactamente igual ha obrado el nacionalismo español de toda la vida (ya porque alcanzó antes el poder, ya porque al ser más amplio la gente lo ve como natural), pero el caso es que también ha actuado exactamente igual como lo describes.[...]

No he leído que hable aquí de nacionalismo vasco ni catalán. Habla de nacionalismos, y no parece excluir ni tácitamente el español, que lo es a todos los efectos.

Google ads acierta otra vez!



Elimine las quejas, chupe un cirio un rato, problemas con el lenguaje... creo que los avisos los elige SkyNet. Lo que no sé es si lo del comercio exterior se refiere al nacionalismo o a la vida personal del susodicho.





PD: Me encantó lo de "bjnewlife". Va a ser que no era un cirio...

Alvarito escribió:

jubilao escribió:[...] los nacionalismos emergentes (que están logrando ahora ciertos grados de poder) como puedan ser catalán, vasco, etc..., menos gente se plantea que exactamente igual ha obrado el nacionalismo español de toda la vida (ya porque alcanzó antes el poder, ya porque al ser más amplio la gente lo ve como natural), pero el caso es que también ha actuado exactamente igual como lo describes.[...]

No he leído que hable aquí de nacionalismo vasco ni catalán. Habla de nacionalismos, y no parece excluir ni tácitamente el español, que lo es a todos los efectos.

¿y?

jubilao escribió:[...]

¿y?

Era una simple apostilla, pero si quieres un "¿y?":

"Te hago notar que lo que pareces dar a entender de refilón con la crítica al que de manera usual se manifiesta en contra del nacionalismo, no es tema que trate el texto. Semejante comentario tuyo me hace pensar que quieres traer aquí un contencioso personal con el mundo, o con el mismo irich, pero que, yo por lo menos no lo veo así, no tiene aquí más objeto que el que es tu santa voluntad plantarlo".

Ahora sí que no tengo más respuestas para más ¿y? que vengan, porque a las santas voluntades, como tampoco a los sentimientos, no les puedo poner comas.

¿Cómo se debe sentir un tipo que se cree tan inteligente, cuando viene a aleccionar a unos tíos que reciben con cachondeo y burla todas sus intervenciones?

Supongo que este no debe ser el único sitio donde da la vara el tipo este, pero que yo me reprimiría un poco antes de hacer el lelo publicando chorradas que todos se toman a risión cuando, por lo que parece, el tipo se lo toma bastante en serio.

Yo creo que en la COPE tendría alguna posibilidad de éxito, máxime ahora que se les va la estrella mediática que es Losantos y se quedarán huérfanos a la caza de nuevos talentos.

Vuestra risa esquizofrénica no me impresiona. Me río de ella.

irichc escribió:Vuestra risa esquizofrénica no me impresiona. Me río de ella.

Cuida tus niveles de litio.

irichc escribió:Vuestra risa esquizofrénica no me impresiona. Me río de ella.

Quiero hacerte el amor sobre una hamaca de scottex doble capa, oh ser risueño.

}:-D