Voy a seguir con este post de comentar discos, que es una gran idea. Y lo voy a hacer vengándome de la raza hispana, cuyos individuos me han castigado una y otra vez creyendo que Aerosmith empezaron en los 90, que su mejor disco es “Get a Grip”, que Aerosmith son un grupo de pop o por el contrario un grupo de bar compuesto por viejos que conocieron por primera vez el éxito con “Cryin’”, o que ha logrado que en sus conciertos españoles el grupo casi no toque sus antiguos clásicos, ya que el mongo-público reacciona con perplejidad y apatía cuando tocan “Toys in the attic” o “Last child”.
Os odio a todos.
Y os odiaré hablando de los dos grandes discos (para mí) de Aersomith en los 70, que debo haber nombrado en este foro unas n elevado a 100 veces, el “Toys in the attic” y el “Rocks”: el primero más alegre, el segundo algo más “heavy” y oscuro. Generalmente son considerados los dos mejores discos de Aerosmith, especialmente “Rocks”, que para muchos es la cumbre del grupo pese a tener un sonido menos accesible que de costumbre.
Toys in the Attic (1975)
En sus dos primeros discos Aerosmith eran permanentemente acusados de ser una copia barata de los Rolling Stones. Esa acusación era estúpida, pero lo cierto es que esos dos discos aún no tenían el “sonido Aerosmith” pese a contener ya varios de sus clásicos (como “Dream on” o la maravillosa “Mama kin”, un clásico absoluto del blues rock, además de una de esas canciones fáciles y divertidas de tocar que no necesitan más de cuatro acordes para sonar a algo grande). Steven Tyler aún no se había soltado como cantante y el grupo necesitaba aprender a plasmar su fuerza en las grabaciones, y temas como el propio “Mama kin” sonaban mucho peor en el disco de lo que sonaban en directo.
Todo eso cambió con “Toys in the Attic”. En este disco Aerosmith empezaron a sonar como Aerosmith… y a un nivel inmenso. El grupo alcanzó el éxito gracias a los singles “Walk this way” y “Sweet Emotion”, y borraron de un plumazo las críticas de quienes les acusaban de no tener personalidad propia. Si bien es cierto que en varias canciones se notan claramente sus influencias, al final se impone el sonido del grupo.
“Toys in the attic”- El trallazo hard-rockero que abre el disco, del que hay algunas versiones en directo alucinantes (en el disco es menos dura y sucia). Un típico himno setentero para abrir un concierto, con un estribillo hecho para berrear como un descosido con los puños en alto: “toys! toys! toys in the attic!”.
“Uncle salty” – Un medio tiempo que recuerda mucho, mucho a los Led Zeppelin de aquellos tiempos. Muy, muy buena. Ideal para fans de los Zeppelin.
“Adam’s apple” – Puro Aerosmith, con los elementos típicos que cualquiera identifica con el grupo: riffs hard-rock, una melodía muy pegadiza y un refrescante aire de canción desenfadada y alegre que habla sobre la manzana de Adán con un tono cachondo y ligeramente misógino. Una canción difícil de olvidar una vez la has escuchado, un sencillo solo de guitarra que se te termina clavando en la puñetera médula tras varias escuchas, y un magnífico clímax en el estribillo final, con Steven Tyler pegando un histérico alarido en falsete (¡¡ese es el Steven que todos queremos oír!! ¡¡te amamos, tío!! A veces consigues hacernos olvidar la grima que das ahora).
Ojo a los arreglos de viento: pasan muy desapercibidos y se oyen muy de fondo, pero son increíblemente efectivos para definir el timbre de la canción.
“Walk this way”- Probablemente la única canción antigua de Aerosmith que a la gente en general le suena. Poco que decir sobre ella: en su tiempo tuvo éxito pero fue olvidada pronto, hasta que Run DMC hicieron junto a los propios Aerosmith una increíble versión rap (con un vídeo irresistible... aunque a Tyler le costaba disimular su más que perjudicado estado de entonces), y hoy en día el tema es uno de los grandes clásicos del rock. Vacilona, alegre... si no mueves alguna parte de tu cuerpo escuchando esto es que tienes un serio problema.
“Big ten inch record” – Una versión. Es un chispeante boogie-rock con arreglos de viento, piano, armónica, y un aire de homenaje a la era del “swing”. Muy corta (apenas pasa de los dos minutos) pero muy alegre.
“Sweet emotion”- Otro de los clásicos más conocidos del grupo, con un melódico estribillo de coros atmosféricos que alternan con contundentes riffs de guitarras.
“No more no more” – Si “Uncle salty” recordaba a Zeppelin, esta recuerda a los Rolling Stones de discos como “Exile on main street”. Rock’n’roll simple y directo.
“Round and round” – Una canción más heavy y oscura que el resto del disco, algo, para entendernos, a medio camino entre Led Zeppelin y Black Sabbath. Basada en un machacón riff y con un tono levemente siniestro para tratarse de Aerosmith.
“You see me crying” – La balada del disco, con piano y arreglos orquestales incluidos. Ojo, no está mal, esto no es “I don’t want to miss a thing”. Muy, muuuy influida por la música de los Beatles, y también por el trabajo en solitario de John Lennon. No es que sea una de las grandes baladas de la historia ni mucho menos, pero es bastante agradable de escuchar.
Rocks (1976)
Palabras mayores. Aunque este disco tiene un tono menos alegre que el “Toys in the attic”, lo cierto es que es impresionante de principio a fin. Tiene un sonido más oscuro, más contundente que el anterior, pero sin abandonar del todo las melodías y los estribillos pegadizos. Aerosmith consiguen sonar a la vez oscuros y accesibles, algo no demasiado fácil de conseguir. Con este disco se convirtieron en el grupo americano más grande de la época, pese a que por entonces su repercusión y fama fuera de los USA era muy pequeña, por no decir casi nula. Pero en los Estados Unidos ya eran los más grandes, antes de caer en el largo bache de los años 80, motivado por sus problemas personales (sobre todo por la carrera autodestructiva iniciada por Steven Tyler) y por las malas relaciones entre, especialmente, el cantante y Joe Perry.
Back in the saddle: El comienzo guitarrero a lo “Toys in the attic”, en el que, curiosamente, la estrofa es mucho más pegadiza que el estribillo. Steven Tyler pegando chillidos por doquier, y un final machacón en el que Joe Perry toca más inspirado que de costumbre.
“Last child”- Una de las perlas del disco. Magnífica. Quizá un intento de repetir “Walk this way” imitando su ritmo pseudo-funky, pero a que no tiene la misma fama que la anterior, lo cierto es que es prácticamente igual de buena. Buenos riffs, cantinelas pegadizas 100% Aerosmith y tan simples como efectivos juegos de voces.
“Rats in the cellar” – Rápida y guitarrera, con un aire muy sucio y callejero (“sleazy” como dirían los yankees). Oyendo canciones como esta uno se da cuenta de hasta qué punto fueron importantes Aersomith para el sonido de grupos posteriores como los Guns’n’Roses. Muy buena, con un “reprise” final que huele a antro de camioneros americano y a pandilla de motoristas.
“Combination” – Increíble, colosal, la amo... esta canción me tiene obsesionado hace muchos años. Para mí, una de las más logradas -.y quizá menos accesibles- de la carrera de Aerosmith, aunque no conozco ningún otro fan obsesivo de esta canción en concreto, así que debe ser cosa mía. Lo tiene todo a la vez: es contundente pero melódica, oscura pero pegadiza, sencilla y primitiva pero repleta de innumerables matices, y con una especie de aire macarrón que planea sobre toda la canción. Para mi gusto, tiene uno de los inicios más hipnóticos de Aerosmith y una GRAN letra (muy, ¡muy grande!) que tuve que leer docenas de veces hasta empezar a vislumbrar de qué trata (y aún no estoy al 100% seguro).
“Sick as a dog” – Esta canción es "tan Aerosmith" que podría estar en cualquier disco de cualquier época del grupo y nadie notaría la diferencia. Bastante buena, con un sencillo mini-solo de guitarra que no desentonaría en cualquier disco de Rainbow.
“Nobody’s fault” – Aerosmith son americanos y esta canción es del 76, pero la verdad es que, excepto un par de fragmentos, parece grabada por cualquier grupo heavy británico de principios de los 80. La pones en cualquier disco de Judas Priest, Saxon o Iron Maiden, y salvo por la voz no la nota nadie.
“Get the lead out”- Canción rockera y vacilona muy típica de ellos. Aerosmith influyeron enormemente a todos los grupos de hard-rock de Los Angeles de final de los 80 y principios de los 90 y eso se nota mucho en esta canción: no cuesta imaginar a L.A. Guns, Mötley Crüe o Poison tocando esto. De todos modos, a quien le repelan este tipo de grupos que no se eche para atrás: esto es Aerosmith, no Poison.
“Lick and a promise” – Ídem que la anterior. Aunque es evidente que salvo Guns’n’Roses y algún otro, el resto de grupos que imitaban a Aerosmith se quedaron a años luz de lo que estos fueron en los 70.
“Home tonight” – También en este disco, una balada con influencias de Beatles y Lennon para cerrar. Aunque está tiende más a la “power ballad” y no tanto a las melodías y arreglos beatleianos. Personalmente me gusta más la de “You see me crying”, pero ésta tampoco es mala y desde luego es muchísimo más auténtica, digerible y menos pastelona que las baladas que graban ahora.
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Y la próxima vez que el Mayhem de turno salga con lo de que el mejor disco de Aerosmith es algo como "Get a grip" (que no es malo, pero ¿el mejor?) ya sabéis, soltadle con tono macarrón el inicio de "Combination":
The street is cold, the dawn is gray
My heart says no but my head says stay
My work is finished, or so I've been told
You can't part the three of us, once we got a hold
Y a la mierda.