Semos melosos en lo más profundo de nuestros corazones. Por si os aburrís mucho:
En el escenario se desgañitaba Keith Flint, totalmente puesto hasta las cejas, pero lo suficientemente lúcido como para clavar el concierto punto a punto.
Ya amanecía sobre el descampado que habían hecho hacernos pasar por terreno de escenario, y sin embargo todavía había miles de personas bailando, saltando, gritando y haciendo el mongol al ritmo de la música.
Yo me entretenía además en ver cómo las chispas y el calor de la hoguera hecha a escasos tres metros míos con palets de madera por un grupo de encapuchados, deformaba la imagen del escenario en el que Prodigy hacían historia.
A nuestra izquierda, el escenario Heineken yacía derrumbado "de manera controlada", y a mi alrededor todo era polvo, casetas derrumbadas, piedras en las gradas, carpas arrasadas literalmente, miles de vasos de mini en el suelo, basura, arena y gente drogada.
Ha sido esta mañana.
Viernes 13:00
Estación de autobuses de Fuenlabrada Central.
Cientos de personas, sin haber definido una fila en la que esperar los autocares, asaltaban desordenada y contundentemente los transportes tanto de EMT como de empresas privadas que el Festimad había fletado de manera gratuita.
Tuvimos que esperar cosa de 40 minutos a que llegaran dos autobuses.
El primero se nos escapó, pero el segundo (haciendo un poquito-bastante el bestia) conseguimos asaltarlo de forma satisfactoria.
Pese a todo, las ganas por llegar al festival y disfrutar vencían a los temores de lo que luego se confirmaría; una mierda de organización.
17:00
Preparados.
Tienda de campaña montada y terreno reconocido.
¿Primeras impresiones?
Nos han timado al decirnos que el terreno era de "cesped tupido y árboles en abundancia".
La palabra cesped en el diccionario personal de los señores organizadores debería ser traducida como "superficie arenosa y/o pedregosa tupida de abundantes cardos borriqueros".
De los árboles mejor no decir nada, porque menos de la mitad sobrepasaban los 2 metros de altura. Y me paso.
Encuentros melosos y agradables, conversaciones animadas, buen ambiente. El sol pega con saña, aparecen las primeras quemaduras, los precios están altos pero podría ser peor, los baños aún son practicables (luego...), las numetaleras cada día están más buenas y la culpa es de los padres, los primeros borrachos comienzan a dejarse ver, nosotros trabajamos en ello con sendos minis de diversos colores en las manos.
Es un festival, y todo apunta que será inolvidable.
Y acertamos.
Para llegar a la zona de escenarios hay que pasar dos torniquetes de seguridad con colas bastante grandes. Diez minutos en el proceso. No dejan meter tapones de botella. A un chaval que hay delante nuestro no le dejan pasar con una litrona.
Primeros abucheos a nuestra izquierda por un motivo que desconozco. Da igual.
Skizoo
Primer grupo importante del Festimad 2005.
Grata sorpresa. La única que había escuchado de ellos era la de "Renuncia al sol", que me parece cojonuda. Las demás, todas inéditas para mí, suenan a una mezcla entre "Héroes del silencio" y "Sober", aunque la voz de Morti les da una aire muy personal e interesante.
Es su primer disco y no tienen mucho repertorio, pero si aguantan, en pocos años serán parte de la cabeza de metal nacional.
El sonido es perfecto, el calor a cada minuto crece. Nos tiran manguerazos pero todo se evapora en cuestión de tres minutos, y el agobio vuelve. Pese a todo estamos fresquísimos y la gente contenta con el espectáculo que están dando.
El público son algunos pocos miles, y nosotros estamos sobre la lona que acertadamente han colocado ante el escenario para que no se levante el polvo. Sin embargo la superficie de la lona pronto se demuestra totalmente insuficiente para toda la gente que está asistiendo y viene de forma creciente.
La primera nube de polvo comienza a atacarnos, y pronto descubrimos que este va a ser uno de los problemas más desagradables y endémicos de esta ubicación en Fuenlabrada.
Wensday 13.
Miles de góticos metaleros asaltan las primeras posiciones para ver a sus héroes disfrazados.
Huida hacia las barras para reponer fuerzas y refrescarnos un poco. Cada vez hay más gente en el recinto de conciertos, que es más basto y con más detalles a inspeccionar de lo que al principio nos habiamos hecho a la idea.
Visto desde bastante lejanía, el grupo parece ser bastante divertido y con un repertorio conocido religiosamente por sus fans, y que no suena mal del todo, para enorme sorpresa mía. Yo que los tenía como unos Craddle of flith cualquiera, y resulta que beben bastante más de Slayer o de otros grupos míticos de metal más, digámoslo, clásico.
El sonido, sorprendentemente también; está siendo cojonudo como pocas (o mejor dicho, ninguna) veces me he topado en un festival.
Un 10 en ese aspecto al Festimad éste año.
Se acercan
Caliban, por lo que llegamos a la carpa, que no es ni más ni menos que un recinto cubierto con una mesa de mezclas en el centro y un escenario pequeño y algo cutre en el fondo. Barra cercana localizada, afluencia de gente mediana, sin duda la causa es que ya están tocando Dillinger Scape Plan en el escenario Aygolive.
Salen Caliban y empieza el primer infierno del festival.
Pogos salvajes, volumen descontrolado, alaridos, golpes, saltos, polvo llenándolo todo, agua al público, algunos desertores que no aguantan la presión constante.
Tremendo directo, muy bestia, hiperactivo, energético y sucio.
Deshechos pero con la adrenalina chorreando por los poros.
The Hives.
Primer concierto cumbre de este año.
Miles de personas ante los escenarios. Imposible llegar demasiado cerca, por lo que la mejor opción es conseguir llegar a una explanada un poco alta y verlos desde lejos.
Howlin' Pelle Almqvist.
Una auténtica rock star total, un tío que cree fervientemente que sus pedos huelen a Chanel nº 5 y que es el ser más poderoso de la tierra sobre el escenario.
Increíble actitud, un buen humor constante, chapurreando vergonzosamente en español, consciente de su comicidad, y haciéndonos ver que se la sudo absolutamente todo lo que no tenga que ver con cualquier cosa no relacionada con la diversión.
Un repaso inmejorable en cantidad y progresión a sus dos discos hasta la fecha; haciendo un lógico y especial incapie al Veni Vidi Vicious (Die all right, Statecontroll, la genial Knock knock) pero sin olvidarse del Tiranosaurus Hives (A Little more for little you, Antidote).
Cuando parecía que se iban, y que se dejaban algo enorme en el tintero, explotó todo el Festimad al son de I hate to say I told you So.
Apoteosico. No tenía la menor idea de la cantidad de fans del grupo, cada uno con sus pintas respectivas y representativas, cantando ésta canción a la perfección.
Un 10.
Si tenéis oportunidad de verles, no os los perdáis, en serio:
"El mehor banda del universo, del mundo, con la mehor disco... los haivs!! Hola, ¿que tal? muy bien ¿y tu?"
Increible frontman.
Y esos trajes blancos....
Descanso.
Mastodon.
La carpa se quedó pequeña por primera vez. La cantidad de gente que se acercó a verlos era tal que todo el recinto de la carpa (al descubierto del sol) estaba abarrotado de gente.
Gran concierto. La otra opción era Nightwish. Un poco sosos, pero bueno, musicalmente son cojonudos. Se dejaron Seabeast, pero se les perdona.
Slayer.
Problemas de sonido puntuales, pero era tal el ambiente que a todos nos pareció un concierto magnífico, y lo dice alguien que no se considera ni de lejos fan de la banda y de su estilo musical. Al César lo que es del César, y desde un punto de vista totalmente objetivo rubricaron uno de los conciertos cumbres de éste año, tan sólo superado por el de SOAD... pero vayamos por partes.
Manolín.
Pues qué decir.
Ya es la segunda vez que le veo, ambas en el Festimad, y si bien ésta no me defraudó, sí que me dejó con la sensación de haber visto menos de lo que hubiese podido ofrecer.
En el apartado técnico, como siempre en éste tipo; chapeau.
Se trae a sus propio técnicos y su propio equipo, y monta una parafernalia digna de una obra de teatro, con disfraces a mansalva (el de oficial nazi para cantar Mobscene es mítico), con atrezzo (púlpitos, horcas...) y muchísima visión de lo que significa entretenimiento.
Ahora, que el repertorio y cadencia, un poquito flojo.
Y él mismo.
Pese a todo, miles de fans cegados lo dieron todo, y mal que les pese a muchos, conformaron un auténtico conciertazo, porque éste tío te podrá gustar más o menos (a mí muy poco), pero es digno de verse.
Cena. Carpa. Tienda.
Magoya se escucha desde la zona de acampada. Y lo que se oye es cojonudo. Por primera vez en lo que llevamos de día hace frío.
Sábado.
En cuanto el sol arrecia mínimamente la temperatura en las tiendas alcanza un nivel insoportable, por lo que dormir más allá de las 9 de la mañana se torna una utopía totalmente inalcanzable a no ser que quieras estar en una sauna.
¿Duchas?
Teniendo en cuenta que la cola es kilométrica y que sólo
hay 9 para más de 30.000 personas, pues la decisión de asearse lo mejor posible en los lavabos es la única viable.
Las malas condiciones del terreno y la cada vez más catastrófica organización comienzan a hacer mella en el público asistente.
Los pitos y abucheos en determinadas colas incomprensibles (como las que se formaban para llegar a la zona de conciertos, y que nos dejaron más de 40 minutos bajo el sol, esperando), eran cada vez más normales.
Y todo volvió a comenzar:
Hamlet.
Estupendo conciertazo el que se marcaron.
Molly sigue siendo un posturitas irritante, pero sobre el escenario canta como pocos pueden hacer en este país. Poniendose al día con su último disco (bastante respetable, pese a que los fans más cerrados les parezca una mierda de tomo y lomo) y tocanco clásicos como "Antes y después" (con la que empezaron, de forma inmejorable), o "Denuncio a Dios".
El colofón lo pusieron con "J.F.". Ver a miles y miles de jóvenes rojillos berreando bajo el sol la letra no tuvo precio.
Un gran concierto. Les he visto muchas, muchas veces, y nunca me han decepcionado. Grandes, coño.
La arena comenzaba a hacer estragos. El nivel de encabronamiento de la gente no dejaba de crecer, cada vez más hartos de pagar prácticamente mil pelas por un puto mini de vinacho, o de las decisiones estúpidas de la organización.
Calor, y más calor, ahora todo eran quemaduras bastante serias, y cuando llega el punto en el que el mero aire arenoso hace que el cuerpo duela, la cosilla se hace pesada.
XXL.
Un grupo de lo más cómico. No me gustan musicalmente, pero cuando los veo me hacen muchísima gracia. Son artificiales y de poses afectadísimas. Repiten estupidamente todos los preceptos del numetal, y me hacen tantísima gracia que no me los pude perder.
Bastante ramplones, pero tienen cantidad de fans entregados que disfrutan realmente.
El cantante cada día está más gordo.
La publicidad que nos dieron de su nuevo disco rezaba: "un seismo como nunca has vivido se acerca". Y creo que se referían a los movimientos del cantante sobre el escenario. Claro.
Five Horse Johnson y Mondo generator.
Los vimos desde una distancia trermenda y bajo la sombra de una carpa. Calor y polvo. El stoner más duro parecía haber invocado la arena de California que tanto gusta a ese tipo de grupos.
Parecía que estaban muy bien, y el calvorota de Olivieri se marcó un "Here We Come" apoteosico. Y con "Fuck you, I´m free" se montó un pogo de los peligrosos y más demenciales de todos.
Todo un exitazo.
Más encuentros melosos y interforeriles. Agradabilísimos.
Y todos juntitos y de la mano para asistir a un concierto de los que no se olvidan, de la mano de uno de esos grupos que no tienen el éxito que se merecen.
Hedtrip.
Catalanes, con un saber hacer pasmoso para su edad y su experiencia en ésto. Con sólo dos discos bajo el brazo y una pequeña prole de seguidores entregados, poco a poco se están haciendo un hueco cada vez más importante en el panorama del rock independiente español.
Dicen que hacen emo-core, clasificación que no he conseguido entender hasta ahora.
Yo sólo sé que empezaron con "How", posiblemente la mejor canción que han conseguido parir. Y claro, uno no puede ser objetivo ni de lejos.
Y no es que lo pretenda, pero en mi humilde opinión hicieron un conciertazo, sin aspavientos, simplemente con un repertorio y una acústica ajustada, y con bastante buen hacer.
Uno de los mejores conciertos de un día lleno de conciertos buenos.
Ahora que todavía no son muy conocidos, aprovechad si hacen algún bolo por donde moreis, porque merecen los escasos lerus que os pidan en la entrada.
Con un dolor muy grande en mi corazón, decidimos sacrificar a Hermano con tal de ver a Elecktra. Esperamos que el concierto merezca la pena, porque las expectativas que han creado son enormes.
Posiblemente sean el conjunto nacional de mayor calidad tanto musical como liricamente. Tan sólo confirmar que su directo haga honor a las inmejorables críticas y a las ventas crecientes.
Todavía no son Hamlet, pero cada vez están más cercas.
Y efectivamente, no defraudan.
Llevo un par de años siguiendo al grupo, desde que tocaba en sitios tan precarios como el Metro rock, en plena estación de trenes. Y tan sólo puedo decir que su directo ha mejorado más de un 200%.
El mejor ambiente hasta entonces que vi en cualquier concierto del Festimad. La voz de Enrique apoteósica (y eso que el día antes estaba acojonadillo), y con la colaboración estelar y apoteósica del cantante de Skunk D.F.
Cuarenta minutos de concierto que parecieron 10. La gente entregada, el grupo acertadísimo.
Inmejorable aperitivo para lo que se nos acercaba.
De mal en peor.
Que la gente estaba quemada ya lo he comentado antes. La pésima organización y la tomadura de pelo que representaba el haber anunciado el festival como "zona con cesped", cuando éste brillaba por su ausencia, no hacían más que encabronar a la gente.
Cualquier fallo podía mandarlo todo al garete.
Y hubo que esperar al concierto de Fu Manchu para que todo ocurriera.
-Hechos:
Justo al salir de Elecktra, de camino a los escenarios gemelos, en pos de pillar un buen sitio para sobrevivir al trío que conformaban Incubus, SOAD y Prodigy, comenzó a arreciar una tormenta de arena brutal.
La gente tenía que taparse la cara al completo con las camisas y quedarse quieta porque no se podía andar de la cantidad de personas que había.
Los carteles se movían como palmeras, y el concierto de Fu Manchu, en pleno apogeo, experimentó un hecho inédito y tristísimo por lo que podría haber pasado.
Nada menos que el techo del escenario Heineken se levantó de donde estaba y dio un bandazo acojonante.
Automáticamente la organización detuvo el concierto y pidió a la gente que se alejase unos metros del escenario. Enésimo abucheo.
Desde unos cien metros de distancia la mayoría no nos habíamos enterado, y simplemente nos encontramos con los escenarios vacíos y los técnicos pululando de aquí para allá.
Incubus deberían empezar a las 22:00, y todo el mundo comenzó a mosquearse cuando ya había pasado media hora y no ocurría ninguna novedad.
El primer comunicado oficial se produjo un rato después, y anunciaron lo que todos temíamos:
Habría un retraso (no concretaron el tiempo) y nos pidieron paciencia.
La idea de la cancelación de los tres cabezas de cartel del sábado comenzó a tomar forma, y los nervios y la mala hostia comenzaron a desatarse por todos lados.
Un amiguete me comentó (de manera bastante acertada) lo siguente:
-Si a la gente la tratas como animales, al final acaban reaccionando así (como animales).
Y ni más ni menos eso fue lo que ocurrió.
Recuento:
-El timo del cesped-cardos.
-Los precios abusivos.
-Las promesas de regar el suelo de delante de los escenarios, que no se cumplieron, claro.
-El polvo inaguantable.
-El calor.
-Las paupérrimas infra (más infra que nunca) estructuras (lo del chill out parecía un mal chiste).
-El incidente del escenario.
-Baños impracticables: he asistido en estos días a auténticos espectáculos visuales con la mierda como absoluta protagonista en los baños del Festimad, vergonzosos.
He visto cosas que vosotros jamás creeríais......
Madre mía. Y os juro que no soy una persona en absoluto aprensiva con la escatología, pero no exagero si digo que ciertos baños parecían los cuadros de Picasso con la mierda en vez de acuarelas.
Hubiese pagado por utilizar el baño de Trainspotting, lo juro. O el de Desperado. Y que me caiga Grumete encima si exagero.
-Duchas mínimas y fuentes que se pueden contar con los dedos (aunque había una escondidilla por la zona de la carpa que estaba vacía casi siempre y que tuvimos la coña de descubrir de forma bastante estúpida y cómica, por cierto).
En fin, que la gente estalló, y si bien no defiendo lo que ocurrió, entiendo perfectamente los motivos y casi que me alegro, pese a que pudo haber heridos (cosa que finalmente no ocurrió).
¿Balance?
Coches de publicidad quemados. Asaltos en plan invasiones bárbaras a los puestos de bebida, en los que incomprensiblemente la organización se negó a vender más alcohol y includo ¡¡agua!! a los asistentes pasadas las 23:00.
Claro, asalto a las barras, desalojo forzado (que no violento) de los camareros, y barra libre para todo el que quisiera.
La gente sacaba bidones y bidones de vino y cerveza, y litros y litros de botellas de agua y las repartía de manera gratuita entre la gente.
Era hasta bonito, coño.
El metalero de la camiseta de Slayer ofreciendo amablemente al cocainómano con la camiseta de Orbital una botella de agua de 33 cl.
La primera media hora se podía ver a gente de seguridad corriendo de un lado para otro, intentando controlar tan robinhoodiano asalto. Pero duró éso; media hora. Después ya no se les volvió a ver el pelo nunca jamás.
La organización hizo otro anuncio bastante incierto, y ya no se volvió a saber nada de ellos, aunque al menos parecía que los conciertos finalmente no se iban a cancelar.
Los de Radio 3 comenzaron a emitir refritos de conciertos de horas antes y el locutor tampoco hizo acto de presencia ya.
La información era nula.
Mientras tanto todos los chiringuitos fueron asaltados por gente que se dedicó a volcarlos y a subirse en ellos para ver mejor las cosas.
Las gradas fueron apedreadas, pero no con la intención de hacer daño a los asistentes en ellas, sino para destrozar un coche de Toyota, patrocinador del evento que se encontraba allí.
Consiguieron dejarlo bastante jodido.
Pese a la monguicie que invadió a los asaltantes, en todo momento se respiró un ambiente de caos controlado, por así decirlo, y afortunadamente no hubo ni un sólo herido y ni una sóla pelea.
Y cuando parecía que el ambiente no se podía caldear más, y que todo se iba a ir al carajo a lo bestia (el asalto podía salirse en breve de la zona de conciertos y extenderse hacia el supermercado o hacia la carpa, cosa ya bastante grave), las luces del escenario se apagaron y aparecieron los auténticos salvadores del culo de la organización:
Incubus.
Bastante esfuerzo hicieron esperando cerca de cuatro horas extras para salir a tocar. Porque por mucho que digan algunos, lo suyo es un trabajo también.
Amable y atento con todos (y sobre todo con todas, el muy hijoputah) Brandon Boyd salvó el Festimad dando un concierto cojonudo para el nivel que tienen Incubus.
Sonido impecable, progresión acertada en todas y cada una de las canciones, y solos de auténtico lujo, demostrando que son una de las bandas con mejor calidad técnica de todo el mundo en su estilo.
La asistencia femenina era apabullante como era de preveer, y calculo que tuve tiempo de enamorarme más de tres veces sin moverme de mi sitio más de lo necesario. Increible.
Como único punto negativo decir que se olvidaron por completo de sus primeros discos, pero en fin; bussines is bussines.
Are you in?, en directo, es mejor de lo que me podía imaginar. Y sobre todo la emotivísima y melosa Wish you were here.
Una gran experiencia.
Los ánimos se calmaron por fin y el ambiente se relajó un poco. SOAD serían los siguientes, y no me equivoco si digo que no ha habido un concierto tan apoteósico desde hace muchos años en el Festimad.
Totalmente descerebrados, los System of a Down saltaron al escenario con la intención de comerse al público.
Y lo que se encontraron fue con cerca de 40.000 personas (que se dice pronto, pero intentad haceros una idea de qué cojones es eso en la realidad) absolutamente absortas en lo que éstos cantasen.
Comenzaron nada más y nada menos que con BYOB, con un Malakian totalmente desquiciado, y con Serj cantando a una velocidad que yo tan sólo la creía posible en un disco y con las convenientes mezclas posteriores en el estudio de grabación.
Ahora que sé que todas las mariconadillas vocales que ponen en sus canciones son totalmente "a pelo", no hago más que admirar a ése cabronazo y encumbrarlo, más convencido que nunca, de ser el mejor y más versatil vocalista de metal de todo el mundo en la actualidad.
Puede sonar exagerado, pero si ayer estuvisteis en ese concierto, coincidiréis conmigo en lo anterior.
Cigaro conformó los pogos más brutales hasta la fecha (y yo me sorprendía en el concierto de Caliban, jaja), con cientos y cientos de personas metidas en ellos, con piernas sobre las cabezas, la gente bastante loca, muy poco respeto por la integridad física ajena y propia, pero al menos siempre atentos de si alguien se caía al suelo para levantarlo automáticamente y continuar con la brutal fiesta.
"This cocaine makes me feel like i´m on this song" puso la guinda a esa trilogía de su nuevo disco. Y a partir de ahí, casi todo fueron clásicos anteriores y míticos (sin dejarse prácticamente ninguno en el tintero), tales como Spiders, Mr Jack (acojonante en directo, en serio), Boom!, Toxicity....
A cada nueva canción más y más gente gritaba, saltaba, hacia el mongol con las pistolas de agua, se metían más pastillas...
El ambiente era tan acojonante, sin miembros de seguridad a la vista, recordemos, tan sólo con decenas de miles de personas viendo a cinco cabrones sobre el escenario, y una decena de técnicos de sonido en las torres y en el escenario, repartidos, sobre un descampado destruido.
Más de una vez Serj, entre canción y canción soltaba entre risas un:
-¡¡¡Crazy mutherfukers!!! ¡¡¡You are absolut crazy!!!! ¡¡¡Mutherfukers!!!!
Incluso una vez, tras tocar Spiders, creo, soltó:
-It´s being the best show that I ever lived!!!! (creo que se dice así).
Y lo mejor de todo es que lo decía sinceramente.
La respuesta sonora del público creo que os podéis hacer una idea de cómo fue.
En definitiva, uno de los mejores conciertos que jamás he visto (directo al top 5), el mejor de este Festimad y de lejos (en mi opinión) y el que más se recordará de este año cuando haya pasado el tiempo de esta edición (sólo por ellos creo tener la sensación de haber amortizado el precio de la entrada, en serio).
Si SOAD vienen cada diez años, pero ocurre ésto que ocurrió, por mi que no vuelvan a pisar nuestras tierras en todo ese tiempo.
Al terminar, sin perder ni un segundo, el ahora único escenario practicable comenzó a transformarse para lo que se venía encima; el último plato fuerte del Festimad;
The Prodigy.
Los miembros de la organización habían desaparecido del todo y tan sólo quedaba abierta la carpa, y algunos puestos de comida (particulares, ajenos a la organización) que seguían dando de comer a la gente.
Unos encapuchados prendieron fuego a un coche de movistar, a escasos cien metros del escenario. El humo, según la dirección del viento, se acercaba más y más hacia el escenario.
La gente se subió a una enorme carpa de Heineken para ver los conciertos mejor, haciendo que ésta se inclinase ostensiblemente. Unos cuantos personajes rompieron los grifos de cerveza y crearon una enorme fuente de tan preciado elemento, para uso y disfrute del sediento que quisiera refrescarse.
Por un lado me parecía todo bastante desquiciado, pero por el otro no he sentido pena en ningún momento por la pasta que pudiera perder la organización de todo eso.
Se lo tienen totalmente merecido, y seguro que todo está aseguradísimo, así que, sinceramente; que se jodan.
The Prodigy.
El escenario se apagó por penúltima vez, y entonces los miles de supervivientes que seguiamos ante el escenario (menos de la mitad que con SOAD, pero aún así eramos más de 10.000, fácil) comenzamos a situarnos en nuestras últimas posiciones.
El amanecer estaba cerca, y más que un festival, por el panorama y por los incendios, más parecía todo una rave apocaliptica.
Je.
Las luces se encendieron, y entre una torre de mezclas, a un metro y medio de altura, se encontraba el gigantesco Liam Howlett, el cerebro de la banda, al mando de todo y saludando como tan sólo una auténtica estrella tiene el derecho de hacer.
Acto seguido subieron el guitarra, el batería, el negro cantante, y por último un pasadísimo y simiesco (por sus movimientos) Keith Flint.
Sin un segundo que esperar, sin una base de acercamiento, Howlett comenzó a hacer temblar los bafles con los sonidos más estruendosos y rítmicos que tenía a mano.
Memphis Bells, Girls, Narajan, Firestarter y sobre todo la mítica e insuperable "Smack my bitch up" pusieron al público totalmente histérico y más danzarín que nunca.
Mientras no cantaba, Flint se dedicaba a correr por el escenario, señalando y animando a todo, todo el público, por partes, primero a los de la izquierda, luego a los del centro, luego a los de la derecha, a sabiendas que, dadas las horas que eran, cualquier parón y bajón de intensidad podían dar al traste con todo.
Pese a ir totalmente encocado, el cabrón no erró en ningún momento cuando le tocaba cantar, y la verdad es que era imposible no partirse el ojete de él cuando se quedaba "haciendo tiempo" mientras cantaba el negro (impresionante también, aunque menos vistoso) y se quedaba quieto mirando a Howlett y haciendo como que cuadraba él las bases y los samplers, totalmente embebido en lo que sonaba y asintiendo como para sí mismo, o palmeando histericamente las paredes de la cabina de Howlett, o molestando un poco al batería dando manotazos a los platillos hasta que éste le mandaba a tomar por culo con una sutil mirada...
En definitiva; un cráa... y con nuevo loock rubio platino y melenudo...
Y cuando todo hubo terminado, el cansancio cayó a plomo sobre todos.
Despedidas, recoger macutos y tiendas, asearse un poco, prepararse para el viaje de vuelta, y recomponer la cabeza después de tantas sensaciones diferentes y encontradas.
Como balance final se puede decir que esta edición ha sido de sobresaliente en las actuaciones de todos, y de un puto muy deficiente para la organización.
Vergonzoso.
Ese puto "parque" no es más que un descampado. Y no está habilitado ni de lejos para albergar un festival de esas características.
O el Festimad vuelve al Soto, o habilitan la zona en condiciones poniendo cesped, o el Festimad tiene las horas contadas. Este año se ha salvado por la profesionalidad y el acierto de los grupos que han traido, pero con un cartel inferior el año que viene se van a dar la hostia de su historia.
Y si no; al tiempo.
Menuda chapa que he dado, pero en fin. Siempre podéis dar a la crucecita de arriba a la derecha.
