Publirreportaje
Publicado: 16 Nov 2007 02:43
Como es sabido, los Héroes del Silencio dieron un macro-concierto de despedida en el circuito de Cheste. Como estuve presente durante el montaje, de vez en cuando me dió por sacar fotos del proceso. Básicamente porque, me guste el grupo o no, el escenario que llevaban iba a ser espectacular: para hacerse una idea, más grande que el que llevaban Rolling Stones en su visita a España. No es algo que se vea a menudo en este país y menos para actuaciones de un único grupo. No hay muchas giras que pasen por aquí y lleven montajes mayores (se me ocurre AC/DC, U2 y no mucho más).
Las fotos son de mala calidad, especialmente las nocturnas (están hechas con el móvil... admitámoslo, ¡esto no es National Geographic!) pero se puede seguir el día a día de la erección (con perdón) del escenario, y me ha parecido curioso:
Lunes 22, 5 días para la fecha del concierto.
Este es el plano en base al cual se distribuirá el recinto del concierto: el escenario, el backstage y las zonas destinadas al público ocupan todo un parking del circuito de Cheste (la mitad inferior del plano). Lo único que estará dentro de las instalaciones del circuito propiamente dicho (mitad superior) será la carpa de catering para el personal de gira, situada frente a los boxes.

A primera hora de la mañana empiezan a llegar camiones con material desde Sevilla, y el equipo de montaje coloca los cuatro soportes básicos de lo que será el escenario.


También se colocan las dos carpas que estarán justo al lado del escenario: una será sede de las oficinas de producción durante toda la semana, y la otra hará las veces de camerinos para el grupo (que no llegará hasta el viernes para hacer la prueba de sonido).

Por la noche se sigue trabajando, aunque ese día no se avanzó mucho y los operarios (y operarias) de montaje estuvieron bastantes ratos rascándose la huevera (o en su defecto, felpudo) a la espera de que llegase más material y se les diese más instrucciones.

-------------------------
Martes 23, 4 días para la fecha del concierto.
A la mañana siguiente se reanuda el montaje: las dos estructuras metálicas que aparecen en primer plano sobre el suelo, son dos de las columnas básicas que sostendrán el techo del escenario.

Siguen llegando trailers cargados de material: desde paneles para el suelo del escenario hasta tanques de combustible para los efectos de fuego y de líquido para los cañones de humo. Este era más o menos el contenido de uno de los camiones (había un mínimo de ocho camiones cargados con material de gira, aunque no recuerdo el número exacto):

Por la tarde ya se había erigido parte del esqueleto del escenario con las cuatro torres de sustento ya colocadas y aproximadamente la mitad del entramado de hierro:

Otro equipo estaba colocando las gradas: aquí una de ellas montada junto al muro exterior del circuito. Lo que se ve al fondo es parte de los boxes. Detrás de los boxes está el la pista de carreras propiamente dicha: durante las mañanas solía haber bólidos de escuela de pilotos practicando, así que en la zona de montaje se escuchaba perfectamente el zumbido de los motores, lo cual le daba un extraño –y para qué negarlo, ¡no del todo desagradable!- sonido ambiente al asunto.

Los dos primeros días han sido tranquilos: los equipos de montaje han trabajado sin prisas. Pese a que el escenario es enorme y también lo es el recinto a levantar de la nada, cinco días (de lunes a viernes) deben ser más que suficientes para que la víspera del concierto esté prácticamente todo montado. El tiempo ha sido clemente, quizá la única preocupación es que descargue la lluvia que lleva varios días anunciándose –lo cual hará bastante más engorrosos los trabajos- pero hasta el momento ni ha llovido ni ha hecho un frío excesivo. Está previsto que el jueves comiencen su trabajo los técnicos de luces, así que para entonces la estructura básica del escenario debe estar completada.
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Miércoles 24, 3 días para la fecha del concierto.
Durante la mañana se finaliza el esqueleto básico del escenario. En esta imagen se aprecia la situación de las carpas de producción y camerinos, situadas justo en la parte posterior derecha del mismo.

Una vez terminado el esqueleto básico, se arma el techo que cubrirá el escenario y del que penderá todo el entramado de luces y pantallas. Aquí se ve el techo montado, que, una vez preparado, será elevado mediante motores hasta lo alto de los cuatro pilares centrales.

Finalmente, a última hora de la tarde se desata un diluvio universal que obliga a parar los trabajos. La gente de producción se refugia en la carpa, y el equipo de montaje se esconde bajo el escenario. La parte inferior del escenario es usada a menudo no sólo para refugiarse de la lluvia, sino a veces para colgar hamacas de los hierros y echar una siesta a la sombra.
Este es el aspecto del escenario por la noche, tras el chaparrón: el techo está aún por elevar, pero todo esta listo para que al día siguiente se coloquen las luces y las pantallas. Durante el día también se ha terminado de levantar las gradas. Aunque esta primera parte de la semana ha sido tranquila, no hay retrasos en el montaje y la lluvia, aunque muy fuerte, no ha llegado en el peor momento. Sólo quedan por erigir las dos torres de control de sonido que estarán frente al escenario

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Jueves 25, 2 días para la fecha del concierto.
Las cosas empiezan a acelerarse. Al final de la jornada el escenario tendrá que estar completamente vestido y las luces y sonido instalados. Hay que tener en cuenta que el concierto es el sábado, pero el viernes llegarán los Héroes del Silencio para hacer las pruebas y todo debe estar funcionando.
Durante la mañana se eleva el techo y se comienza a cubrir el esqueleto de metal con lonas. Como se ve en la foto, también se construye la pasarela frontal que conduce al pequeño escenario situado entre el público.

El escenario fotografiado desde las gradas del final. El recinto es enorme: 380 metros (eso son, ¡tres campos de fútbol!) desde el escenario hasta la grada en cuestión. Y, efectivamente, no se ve un carajo desde tanta distancia. Para pagar una entrada y ver el concierto desde ahí, vale más la pena comprarse directamente el DVD.

El jueves por la tarde ya se están colocando las luces:


Al final de la jornada el escenario comienza a resultar verdaderamente majestuoso. Aún no tiene las luces en marcha ni están las pantallas de vídeo, pero su aspecto es ya imponente, y gente del equipo de montaje comienza a hacer también fotos con sus propios móviles. Incluso alguno se ha traído alguna cámara. Casi todos ellos han trabajado en numerosos conciertos importantes, pero montajes tan espectaculares para actuaciones de un único grupo no se ven demasiado a menudo. De hecho, el escenario que han llevado los Héroes en esta gira ha sido incluso mayor que el usado por los Rolling Stones.

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Viernes 26, víspera del concierto.
El día más intenso de la semana. Alrededor de las 20 horas llegarán al circuito los Héroes para las pruebas de sonido, así que todo tiene que estar en marcha. Los técnicos ponen música a un volumen infrahumano. Leí que durante el concierto el sonido no era bastante bueno para el público más alejado, pero puedo asegurar que el viernes la potencia (y calidad) del sonido era sencillamente alucinógena. El “momento LSD” del día fue cuando hicieron sonar Pink Floyd a toda hostia. El volumen era tan, tan alto, que uno no escuchaba la canción: uno estaba dentro de la canción… inenarrable.
También los técnicos de luces y vídeo hacían sus pruebas en un escenario casi completamente terminado. Aquí, sólo faltan lonas para cubrir determinadas partes del armazón metálico:

El escenario visto desde una as gradas laterales y desde el final:


Pruebas con las pantallas de vídeo:


El escenario, realmente impresionante:

La parte trasera del escenario, donde aparcaban los trailers y demás vehículos autorizados, y por donde llegaban también los coches que traían al grupo. Los armatostes de color verde amarillento son los generadores eléctricos que alimentan toda la parafernalia.

Antes de que llegasen los Héroes, los técnicos estuvieron probando batería, bajo, guitarras y micros, como es habitual en cualquier concierto. No es el momento indicado para pasearse por allí, en el caso de que alguien sea propenso a las jaquecas.
A media tarde, el equipo ya estaba completamente montado. Aquí, el recinto visto justo desde el escenario. Se ve perfectamente la pasarela que conduce al escenario pequeño, y las dos torres de control de sonido. En la fotografía no se aprecia realmente el tamaño del recinto, pero era impactante empezar a imaginarlo repleto de gente.

La batería del escenario principal:

La batería del escenario pequeño subía y bajaba con un mecanismo hidráulico que,k al parecer, sufrió una pequeña avería durante el viernes. Lo arreglaron usando ¡piezas de motocicleta! Y la verdad es que durante el concierto funcionó a la perfección y no dio ningún tipo de problema. Aquí, dos vistas de la batería situada al final de la plataforma:


Los amplificadores del guitarrista:

La pedalera de efectos de guitarra, preparada ya para su uso, puesta sobre el suelo del escenario:

La subida al escenario, aún por cubrir de tela negra. Por lo general, este tipo de escenarios tiene dos accesos, uno a cada lado. Este acceso en concreto estaba junto a la carpa de producción y la de camerinos, y era el que iba a usar el grupo para subir a tocar:

A las 20 horas el grupo hizo la prueba de sonido: tocó un par de canciones sin Bunbury y otra con el cantante. No tomé fotos porque justo en ese momento estaba bastante liado (léase cenando) y no pude estar presente. La prueba fue fugaz, al parecer. Después, cuando ya atardecía, volvió a caer la lluvia y todo el mundo empezó a temer que el concierto estaría pasado por agua.
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Sábado 27, día del concierto.
El interior de la carpa de producción. Normalmente, antes de un concierto tan importante, casi todo el mundo está tenso esperando que no haya contratiempos.

Uno de los primeros espectadores con entrada preferente, corriendo para estar en primera fila… detalle mongolesco, ya que aún no había ¡nadie! en primera fila. Como de costumbre, es divertido verles corretear y hacer gestos de triunfo ante el resto de la gente que mira... especialmente cuando los dirigen hacia los espectadores de la zona general. Cuando alguno va de listillo presumiendo de entradita, es divertido preguntarle cuánto le ha costado (con el pase de backstage bien a la vista) y responder: “es que a mí los Héroes… psé”.

El recinto llenándose, visto desde el escenario. No me di cuenta cuando sacaba la foto, pero en el suelo se ve la lista de canciones.
En la imagen no se aprecia en absoluto la magnitud del recinto y la cantidad de gente que empezaba a haber ya. Las gradas azules del fondo se veían diminutas. Cuando en el concierto Bunbury dijo que “parecía un mar de gente” y que “no se ve el final” la verdad es que no exageraba demasiado.

Una de las pocas imágenes remotamente visibles del concierto. No saqué muchas fotos y la mayoría ni se veían, gracias a la portentosa capacidad fotográfica de mi cochambroso móvil. Aquí, aparte del foco que hiere el alma con sólo verlo, se ve (es un decir) al guitarrista.

El escenario durante el concierto, visto desde un lateral: allí estaba la gente de producción y técnicos que se asomaban a echar un vistazo, y también los del servicio médico. Esa cosa blanca brillante que parece flotar sobre la gente es Bunbury caminando por la pasarela que se adentra entre el público.

Justo tras finalizar el concierto: el recinto con las luces encendidas visto desde el mismo escenario. De nuevo la imagen no hace justicia a la extensión de la masa de público: sólo hay que imaginar lo que es una distancia de 300 metros cubierta de gente, algo que sólo se supera en contados grandes festivales y en manifestaciones muy concurridas.

Las fotos son de mala calidad, especialmente las nocturnas (están hechas con el móvil... admitámoslo, ¡esto no es National Geographic!) pero se puede seguir el día a día de la erección (con perdón) del escenario, y me ha parecido curioso:
Lunes 22, 5 días para la fecha del concierto.
Este es el plano en base al cual se distribuirá el recinto del concierto: el escenario, el backstage y las zonas destinadas al público ocupan todo un parking del circuito de Cheste (la mitad inferior del plano). Lo único que estará dentro de las instalaciones del circuito propiamente dicho (mitad superior) será la carpa de catering para el personal de gira, situada frente a los boxes.

A primera hora de la mañana empiezan a llegar camiones con material desde Sevilla, y el equipo de montaje coloca los cuatro soportes básicos de lo que será el escenario.


También se colocan las dos carpas que estarán justo al lado del escenario: una será sede de las oficinas de producción durante toda la semana, y la otra hará las veces de camerinos para el grupo (que no llegará hasta el viernes para hacer la prueba de sonido).

Por la noche se sigue trabajando, aunque ese día no se avanzó mucho y los operarios (y operarias) de montaje estuvieron bastantes ratos rascándose la huevera (o en su defecto, felpudo) a la espera de que llegase más material y se les diese más instrucciones.

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Martes 23, 4 días para la fecha del concierto.
A la mañana siguiente se reanuda el montaje: las dos estructuras metálicas que aparecen en primer plano sobre el suelo, son dos de las columnas básicas que sostendrán el techo del escenario.

Siguen llegando trailers cargados de material: desde paneles para el suelo del escenario hasta tanques de combustible para los efectos de fuego y de líquido para los cañones de humo. Este era más o menos el contenido de uno de los camiones (había un mínimo de ocho camiones cargados con material de gira, aunque no recuerdo el número exacto):

Por la tarde ya se había erigido parte del esqueleto del escenario con las cuatro torres de sustento ya colocadas y aproximadamente la mitad del entramado de hierro:

Otro equipo estaba colocando las gradas: aquí una de ellas montada junto al muro exterior del circuito. Lo que se ve al fondo es parte de los boxes. Detrás de los boxes está el la pista de carreras propiamente dicha: durante las mañanas solía haber bólidos de escuela de pilotos practicando, así que en la zona de montaje se escuchaba perfectamente el zumbido de los motores, lo cual le daba un extraño –y para qué negarlo, ¡no del todo desagradable!- sonido ambiente al asunto.

Los dos primeros días han sido tranquilos: los equipos de montaje han trabajado sin prisas. Pese a que el escenario es enorme y también lo es el recinto a levantar de la nada, cinco días (de lunes a viernes) deben ser más que suficientes para que la víspera del concierto esté prácticamente todo montado. El tiempo ha sido clemente, quizá la única preocupación es que descargue la lluvia que lleva varios días anunciándose –lo cual hará bastante más engorrosos los trabajos- pero hasta el momento ni ha llovido ni ha hecho un frío excesivo. Está previsto que el jueves comiencen su trabajo los técnicos de luces, así que para entonces la estructura básica del escenario debe estar completada.
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Miércoles 24, 3 días para la fecha del concierto.
Durante la mañana se finaliza el esqueleto básico del escenario. En esta imagen se aprecia la situación de las carpas de producción y camerinos, situadas justo en la parte posterior derecha del mismo.

Una vez terminado el esqueleto básico, se arma el techo que cubrirá el escenario y del que penderá todo el entramado de luces y pantallas. Aquí se ve el techo montado, que, una vez preparado, será elevado mediante motores hasta lo alto de los cuatro pilares centrales.

Finalmente, a última hora de la tarde se desata un diluvio universal que obliga a parar los trabajos. La gente de producción se refugia en la carpa, y el equipo de montaje se esconde bajo el escenario. La parte inferior del escenario es usada a menudo no sólo para refugiarse de la lluvia, sino a veces para colgar hamacas de los hierros y echar una siesta a la sombra.
Este es el aspecto del escenario por la noche, tras el chaparrón: el techo está aún por elevar, pero todo esta listo para que al día siguiente se coloquen las luces y las pantallas. Durante el día también se ha terminado de levantar las gradas. Aunque esta primera parte de la semana ha sido tranquila, no hay retrasos en el montaje y la lluvia, aunque muy fuerte, no ha llegado en el peor momento. Sólo quedan por erigir las dos torres de control de sonido que estarán frente al escenario

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Jueves 25, 2 días para la fecha del concierto.
Las cosas empiezan a acelerarse. Al final de la jornada el escenario tendrá que estar completamente vestido y las luces y sonido instalados. Hay que tener en cuenta que el concierto es el sábado, pero el viernes llegarán los Héroes del Silencio para hacer las pruebas y todo debe estar funcionando.
Durante la mañana se eleva el techo y se comienza a cubrir el esqueleto de metal con lonas. Como se ve en la foto, también se construye la pasarela frontal que conduce al pequeño escenario situado entre el público.

El escenario fotografiado desde las gradas del final. El recinto es enorme: 380 metros (eso son, ¡tres campos de fútbol!) desde el escenario hasta la grada en cuestión. Y, efectivamente, no se ve un carajo desde tanta distancia. Para pagar una entrada y ver el concierto desde ahí, vale más la pena comprarse directamente el DVD.

El jueves por la tarde ya se están colocando las luces:


Al final de la jornada el escenario comienza a resultar verdaderamente majestuoso. Aún no tiene las luces en marcha ni están las pantallas de vídeo, pero su aspecto es ya imponente, y gente del equipo de montaje comienza a hacer también fotos con sus propios móviles. Incluso alguno se ha traído alguna cámara. Casi todos ellos han trabajado en numerosos conciertos importantes, pero montajes tan espectaculares para actuaciones de un único grupo no se ven demasiado a menudo. De hecho, el escenario que han llevado los Héroes en esta gira ha sido incluso mayor que el usado por los Rolling Stones.

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Viernes 26, víspera del concierto.
El día más intenso de la semana. Alrededor de las 20 horas llegarán al circuito los Héroes para las pruebas de sonido, así que todo tiene que estar en marcha. Los técnicos ponen música a un volumen infrahumano. Leí que durante el concierto el sonido no era bastante bueno para el público más alejado, pero puedo asegurar que el viernes la potencia (y calidad) del sonido era sencillamente alucinógena. El “momento LSD” del día fue cuando hicieron sonar Pink Floyd a toda hostia. El volumen era tan, tan alto, que uno no escuchaba la canción: uno estaba dentro de la canción… inenarrable.
También los técnicos de luces y vídeo hacían sus pruebas en un escenario casi completamente terminado. Aquí, sólo faltan lonas para cubrir determinadas partes del armazón metálico:

El escenario visto desde una as gradas laterales y desde el final:


Pruebas con las pantallas de vídeo:


El escenario, realmente impresionante:

La parte trasera del escenario, donde aparcaban los trailers y demás vehículos autorizados, y por donde llegaban también los coches que traían al grupo. Los armatostes de color verde amarillento son los generadores eléctricos que alimentan toda la parafernalia.

Antes de que llegasen los Héroes, los técnicos estuvieron probando batería, bajo, guitarras y micros, como es habitual en cualquier concierto. No es el momento indicado para pasearse por allí, en el caso de que alguien sea propenso a las jaquecas.
A media tarde, el equipo ya estaba completamente montado. Aquí, el recinto visto justo desde el escenario. Se ve perfectamente la pasarela que conduce al escenario pequeño, y las dos torres de control de sonido. En la fotografía no se aprecia realmente el tamaño del recinto, pero era impactante empezar a imaginarlo repleto de gente.

La batería del escenario principal:

La batería del escenario pequeño subía y bajaba con un mecanismo hidráulico que,k al parecer, sufrió una pequeña avería durante el viernes. Lo arreglaron usando ¡piezas de motocicleta! Y la verdad es que durante el concierto funcionó a la perfección y no dio ningún tipo de problema. Aquí, dos vistas de la batería situada al final de la plataforma:


Los amplificadores del guitarrista:

La pedalera de efectos de guitarra, preparada ya para su uso, puesta sobre el suelo del escenario:

La subida al escenario, aún por cubrir de tela negra. Por lo general, este tipo de escenarios tiene dos accesos, uno a cada lado. Este acceso en concreto estaba junto a la carpa de producción y la de camerinos, y era el que iba a usar el grupo para subir a tocar:

A las 20 horas el grupo hizo la prueba de sonido: tocó un par de canciones sin Bunbury y otra con el cantante. No tomé fotos porque justo en ese momento estaba bastante liado (léase cenando) y no pude estar presente. La prueba fue fugaz, al parecer. Después, cuando ya atardecía, volvió a caer la lluvia y todo el mundo empezó a temer que el concierto estaría pasado por agua.
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Sábado 27, día del concierto.
El interior de la carpa de producción. Normalmente, antes de un concierto tan importante, casi todo el mundo está tenso esperando que no haya contratiempos.

Uno de los primeros espectadores con entrada preferente, corriendo para estar en primera fila… detalle mongolesco, ya que aún no había ¡nadie! en primera fila. Como de costumbre, es divertido verles corretear y hacer gestos de triunfo ante el resto de la gente que mira... especialmente cuando los dirigen hacia los espectadores de la zona general. Cuando alguno va de listillo presumiendo de entradita, es divertido preguntarle cuánto le ha costado (con el pase de backstage bien a la vista) y responder: “es que a mí los Héroes… psé”.

El recinto llenándose, visto desde el escenario. No me di cuenta cuando sacaba la foto, pero en el suelo se ve la lista de canciones.
En la imagen no se aprecia en absoluto la magnitud del recinto y la cantidad de gente que empezaba a haber ya. Las gradas azules del fondo se veían diminutas. Cuando en el concierto Bunbury dijo que “parecía un mar de gente” y que “no se ve el final” la verdad es que no exageraba demasiado.

Una de las pocas imágenes remotamente visibles del concierto. No saqué muchas fotos y la mayoría ni se veían, gracias a la portentosa capacidad fotográfica de mi cochambroso móvil. Aquí, aparte del foco que hiere el alma con sólo verlo, se ve (es un decir) al guitarrista.

El escenario durante el concierto, visto desde un lateral: allí estaba la gente de producción y técnicos que se asomaban a echar un vistazo, y también los del servicio médico. Esa cosa blanca brillante que parece flotar sobre la gente es Bunbury caminando por la pasarela que se adentra entre el público.

Justo tras finalizar el concierto: el recinto con las luces encendidas visto desde el mismo escenario. De nuevo la imagen no hace justicia a la extensión de la masa de público: sólo hay que imaginar lo que es una distancia de 300 metros cubierta de gente, algo que sólo se supera en contados grandes festivales y en manifestaciones muy concurridas.
