Bueno, vamos a cambiar de tercio un poquito.os subo al ezshare(por favor contadme todos los detalles sobre problemas posibles) el
Overnite Sensation, otro de los primeros discos que escuché y que es bastante diferente de lo que hemos comentado hasta ahora. Este disco digamos que es un disco que ideó Zappa para vender algun disquito de más. Eso no quiere decir que la calidad bajara, ni mucho menos. Simplemente es diferente. No reniega de poner su sello personal por todas partes, las letras siguen siendo absurdas, y tenemos violines eléctricos (ya sin 'sugar cane' Harris) y demás instrumentos con sus pertinentes solos.
Bueno, el disco es del 72, y está grabado con una pedazo de banda que aunque pueda parecer lo contrario escuchando este disco, estaba especializada en improvisaciones, jazz y demás. Creo que no hay mucho material en directo de esta banda, así es Zappa.
Os dejo los comentarios de las canciones de Old Zircon, de la web de El 3er poder, que lo hace mejor que yo. Y así me ahorro la parrafada también.
Camarillo Brillo - Para empezar el disco una canción sobre una hippie loca con un poncho (¿mejicano o de Sear's?). Una historia de amor (sexo) sobre una base bastante pop. Un principio de disco bastante sorprendente para un Zappa que nos tenía acostumbrados a poner las cosas difíciles. La batería de Ralph Humphrey lleva un ritmo endiablado pero se integra muy bien en la canción. La voz suena como a dos centímetros del micro, y muy alejada de la música. Algo que será usual a partir de ahora, y que de hecho es una de las claves de los discos de éxito. La letra, de una sexualidad implícita, no llega sin embargo a los niveles de Fillmore East, June 1971. Parece que la intención de Zappa es clara: quiere dejarse de tonterías y vender discos. Eso sí, sin perder un ápice de calidad en los arreglos musicales.
I'm the slime - Un principio que encajaría perfectamente en Waka/Jawaka para una canción sobre la televisión susurrada por Zappa que se convertiría en un clásico de los repertorios de las bandas de Zappa (como casi todas las de este álbum, en realidad). Después de que Zappa nos cuente las virtudes de la caja tonta y que Kin Vassy nos advierta que no cambiemos de canal, se repite el tema instrumental del principio, sólo que ahora cantado por las angelicales a la par que potentes voces de Tina Turner y sus Ikettes. Eso introduce un solo de Zappa sobre una base funky que funde en negro.
Dirty love - Otro clásico. Una de las canciones más famosas (si es que eso se puede decir) de Frank Zappa. Un perfecto rock'n'roll de los setenta, con sus guitarrazos y su ritmo arrastrado que ha versioneado cantidad de gente. Desde el Gran Wyoming en la tele hasta Los Enemigos en la banda sonora de Se buscan fulmontis. Representa la histórica primera aparición del caniche en el universo zappiano (bueno, en realidad ya habían pelado uno en Just Another Band From L.A.). Tina Turner y las Ikettes repiten en los coros. Atención al bajo de Tom Fowler.
Fifty-fifty - Y hablando del bajo de Tom Fowler, llega una de mis favoritas del disco (y de Zappa). Sin concesiones. La típica composición instrumental de Zappa a la que ha decidido añadir letra para engañar al público. Buena, buena. Y encima la letra es toda una declaración de principios:
Bueno, se me cae la caspa
y mi aliento huele a chartreuse
sé que no soy guapo
y que mi voz está fatal.
Pero está bien, gente,
estoy lo suficientemente loco como para cantaros
de cualquier forma.
Supongo que hay un cincuenta por ciento de posibilidades
de que tenga algo que decir.
No voy a cantaros ninguna canción de amor,
ni cómo me duele el corazón.
No pediré indulgencia
porque eso ya lo habéis oído antes.
Pero está bien, gente,
estoy lo suficientemente loco como para cantaros
de cualquier forma.
Supongo que hay un cincuenta por ciento de posibilidades
de que tenga algo que decir.
¡Mira cómo me muevo!
Os he robado vuestro tiempo,
he cantado mi canción.
No ha sido ninguna gran revelación,
pero no ha sido demasiado larga.
Pero está bien, gente,
estoy lo suficientemente loco como para cantaros
de cualquier forma.
Supongo que hay un cincuenta por ciento de posibilidades
de que tenga algo que decir.
Y para redondear la cosa, la fantástica voz del fallecido Ricky Lancelotti. Un tipo increíble especializado en imitar las voces de los personajes de dibujos animados. Se le puede escuchar también en la fantástica versión de "Wonderful Wino" que hay en The Lost Episodes y en la de "For The Young Sophisticate" de Läther (ambas grabadas durante las sesiones de este álbum, por cierto).
En la sección instrumental, un solo de órgano de George Duke, que siempre se agradece, y el único solo de Jean-Luc Ponty de todo el disco, y muy buen solo, por cierto, además acompañado por la guitarra rítmica de Zappa, que siempre da gusto oírla. Luego un ácido solo del propio bigotudo, de esos en que toca tan rápido que se le atrancan los dedos, pero no importa.
Zomby woof - Otra buena. Con todos los ingredientes, arreglos increíbles (el tipo de composición que luego enriquecería álbumes como One Size Fits All), sección de viento espléndida, la voz de Zappa susurrando sobre hombres lobo zombies que atacan a las chicas en sus dormitorios, la voz poderosa de Ricky Lancelotti alternándose con la de Zappa, y de nuevo las Ikettes haciendo los coros. Otro vicioso solo de Zappa sobre una base rítmica relajada, como le gustaba a él. Y qué más quieres.
Dinah-moe-hum - Otro de los clásicos de los conciertos. Repetida una y otra vez hasta la náusea. Esta, la versión original, es bastante divertida y muy funky. Todavía mejor es la remezcla que hizo Spence Chrislu para el álbum Have I Offended Someone?. Zappa susurra y Kin Vassy, Sal Marquez y las Ikettes corean.
Montana - Y para acabar, la que probablemente sea la canción más absurda de Zappa. El sueño de todo vaquero que se precie, irse a Montana a cultivar hilo dental. Otra de las grandes canciones del maestro, con las Ikettes a los coros y otro sucio solo de guitarra. Las voces de pitufo de las Ikettes en la sección de después del solo son increíbles. Es una parte difícil. Cuentan que no había forma de que las chicas, con toda su experiencia, consiguieran pillarle el ritmo a la cosa, hasta que después de muchas horas y tomas, una de ellas lo consiguió e hizo que las demás la siguieran. Al final el protagonista se aleja y vemos su silueta recortada en el amanecer de Montana. Yippy-Ty-O-Ty-Ay!