Iba yo con unos amigüitos por Chueca un sábado de estos después de habernos tomado mil cañas y mil tapas por Latina y terminamos por aposentar nuestros culos en una cafetería pa tomarnos un cacharro.
Nos encontramos con unas fotografías francamente curiosas que al preguntar me contaron que eran de un fotógrafo ruso afincado en Madrid.