Los agentes llamaron a la oficina presidencial: «Qué ha llegado el Rey», le espetaron al consejero presidencial Bud Krogh. Éste, sorprendido, respondió: «Pero si hoy no esperamos a ningún monarca...». «No, no. El Rey del Rock. Está aquí, en la puerta», aclararon los agentes.
En la misiva que llegó a Nixon, llena de imprecisiones y errores, Elvis expresaba su admiración por el trabajo del Presidente y su preocupación por la situación de los jóvenes estadounidenses, el uso de las drogas, la ideología izquierdista de los estudiantes demócratas o los movimientos de defensa de los derechos para los negros. Elvis afirma que desde su posición puede ayudar al país al que ama, aunque para eso le pide su ansiada chapa de agente federal.

Nena, en la lucha contra el crimen nada hay mas efectivo que mi pelvis.