La primera vez que uno observa a Roberto en brazos de su padre, el sonriente y bonachón Karl Szmolinsky, uno no puede evitar un pequeño escalofrío. La criatura, conocida como "el gigante de Rammler", pesa 9,2 kilos de peso, mide más de un metro de altura y, a ojo, podría calzar un 32 de pie.
Y como una imagen vale mas que mil palabras,
tonetti escribió:¿Estás intentando razonar con Maclukis? (...) BAstante dacuerdo con macklukis (...) Muy de acuerdo con lo que dice maclakis
Roberto -que evitó acabar en la cazuela tras lanzar a la fama a su dueño- y 12 de sus hermanos ya se encuentran camino de Corea del Norte. En abril, el propio Szmolinsky viajará a Corea del Norte para supervisar la creación de una granja destinada a la cría de estos animales, cuyo rendimiento en carne se considera óptimo y ésta es muy apreciada en la cocina norcoreana. El único problema es que estos entrañables bichos consumen vastas cantidades de alimento durante su crecimiento, un problema para una nación de 23 millones de habitantes con severas restricciones de comida y la amenaza constante de sanciones por su programa nuclear.
Todo comenzó el pasado mes de octubre, cuando el cunicultor, un personaje muy conocido en su comarca de Ewersbalde, y a cuya granja acuden semanalmente en procesión cientos de personas para observar a sus bellos engendros, recibió una llamada de la embajada norcoreana en Berlín. Pedían permiso para viajar a su granja y verlos con sus propios ojos.
Los diplomáticos se mostraron gratamente sorprendidos e inmediatamente encargaron ocho hembras y cuatro machos para su traslado a un zoo del país asiático.
La granja de Szmolinsky produce anualmente entre 60 y 80 superconejos, lo que le reporta un beneficio de entre 200 y 250 euros cada uno de ellos. «No sé cuántos más querrán, espero sus órdenes. Pero yo quiero sencillamente ayudar a los norcoreanos», aseguraba estos días a la cadena de televisión alemana N-TV. También ha recibido pedidos desde China.
Pepe escribió: A mi todo esto (la extinción del lince) me parece una mierda. El lince mola, es bonito como gato y elegante como abrigo, que se vaya a la mierda no mola, que hagan corridas de linces.
Yo al verlo he pensado en los linces. Con uno tendrían comida para un año entero. Pero claro, con lo gilipollas que están estos bichos seguramente hasta los conejos los canearían. Si es que cuando una especie está llamada a extinguirse, intentar evitarlo es tontería.
Como ver a Platón y Aristóteles haciendo un 69 disfrazados de la patrulla canina.
Ramón, Telephono roto 2020.