Uno de los 50 colaboradores del capo mafioso Bernardo Provenzano detenidos el martes apareció ahorcado ayer, viernes, en su celda de la prisión de Módena. Francesco Pastoia, de 62 años, pendía de una sábana de los barrotes de la ventana. Todo apunta, según fuentes judiciales, a que la muerte de uno de los hombres de confianza del gran jefe de Cosa Nostra se debe a un suicidio, y la razón parece ser precisamente la traición de esa confianza.
«Esta muerte, si se confirma el suicidio, arroja una luz inquietante sobre las relaciones entre mafiosos, que pueden llegar a quitarse la vida al saber que su reputación se ha arruinado o por temor a represalias», apunta el fiscal que ordenó el arresto de Pistoia. En realidad, los suicidios de honor se reflejan incluso en la película El Padrino y ya se han registrado varios casos.
La Madrina