EL INFORMADOR DEL WATERGATE, GRAVEMENTE ENFERMO
La identidad de Garganta Profunda podría revelarse en breve
Natalia Martín Cantero (EFE). 08.02.2005 - 11:32h
El secreto mejor guardado del periodismo estadounidense pronto podría quedar al descubierto ya que el mítico "Garganta Profunda", cuyas revelaciones impulsaron el escándalo Watergate y la caída del presidente Richard Nixon, está gravemente enfermo.
Al menos eso asegura John Dean, el consejero de la Casa Blanca cuyo testimonio, en 1973, ayudó a forzar a Nixon a que abandonase la presidencia.
En un artículo publicado en "Los Angeles Times", Dean aseguró el domingo que Bob Woodward, el reportero de "The Washington Post" que junto con Carl Bernstein destapó el escándalo, ha informado al editor ejecutivo de este diario de que "Garganta Profunda" está enfermo. Y, según Dean, Ben Bradlee, el ex editor del rotativo y una de las pocas personas a las que los reporteros confiaron el secreto, ya ha escrito el obituario de este misterioso personaje.
Cinco posibles Gargantas profundas
Lo curioso es que Dean cita, a su vez, a una fuente anónima que le informó "off the record", es decir, su propia "Garganta Profunda". El propio Dean ya publicó hace dos años un documento de 158 páginas con una lista de cinco posibles "Gargantas Profundas".
Estos son Patrick Buchanan, autor de los discursos de Nixon y que, según se puede ver en sus numerosas apariciones como comentarista en la televisión estadounidense, no tiene aspecto de estar enfermo; Ron Ziegler, jefe de prensa de Nixon; el asistente de Ziegler, Jerry Warren; Steve Bull, asistente del secretario de Nixon, y, por último, Raymond Price, asistente especial de Nixon.
Mientras tanto, otro experto en el Watergate, Adrian Havill, asegura que el hombre que echó por tierra la presidencia de Nixon es otro presidente: George Bush, el padre del actual ocupante de la Casa Blanca. Havill señala que comenzó a sospechar de Bush padre cuando su hijo, el actual presidente George W. Bush, de quien es bien conocido su rechazo a cualquier cosa que huela a prensa, concedió a Woodward una entrevista de siete horas.
Bush (padre), no obstante, no encajaría con los rumores de Dean, ya que, según se ha podido ver tras su participación en los esfuerzos humanitarios tras el maremoto en Asia de diciembre pasado, disfruta de buena salud.
La identidad de "Garganta Profunda" se ha convertido con el paso de los años en una especie de pasatiempo nacional, en el que han participado incluso estudiantes de periodismo.
Tras una investigación que duró cuatro años, un grupo de estudiantes de la Universidad de Illinois llegó a la conclusión, en 2003, de que se trata de Fred Fielding, un abogado que fue, precisamente, asistente de Dean. Fielding ocupó un puesto que le permitió observar y enterarse de los hechos del Watergate sin que recayesen sobre él acusaciones de tomar parte en la conspiración, según estos estudiantes, que llevaron a cabo una investigación minuciosa en la que examinaron, entre otras cosas, 16.000 páginas de documentos de la Oficina Federal de Investigación (FBI).
A partir de ahí, dedujeron que Fielding ayudó a clasificar importantes documentos, a preparar informes clave y escuchó conversaciones cruciales. Todo son elucubraciones: Woodward y Bernstein prometieron no desvelar el misterio hasta que "Garganta Profunda" muera o dé su permiso.
El famoso escándalo comenzó cuando la policía detuvo a unos ladrones en el edificio de apartamentos Watergate, en Washington, donde tenía oficinas el Comité Democrático Nacional. Hasta ahora nadie sabe con seguridad qué documentos andaban buscando estos ladrones, pero la investigación sobre el suceso desencadenó las posteriores revelaciones.
Además de acabar con la presidencia de Nixon, el escándalo Watergate marcó uno de los momentos cumbre de la historia del periodismo. Woodward y Bernstein ganaron un premio Pulitzer por los 26 meses de investigaciones con las que destaparon una red de espionaje político, sobornos y uso ilegal de fondos, lo que condujo al procesamiento de 40 altos funcionarios y a la dimisión del presidente.
Además, ambos periodistas consiguieron un contrato para escribir un libro sobre los hechos, cuya versión cinematográfica, "Todos los hombres del Presidente", se convirtió en una inspiración para toda una generación de reporteros.