Piensa en tus hijos... hazlo por tu planeta.... usa champú.

[Nicotin]

Hace algunos años un nuevo concepto se instaló en el quehacer científico cotidiano. Podríamosllamar a este concepto "urgencia científica" y ejemplificarlo mediante uno de sus presupuestos más célebres, el "teorema del pedo de vaca", según el cual:

{MC*[L+(An*Dn)]}*[(MC+A)*2BHFD)]=PV

Donde:

MC: Medios de comunicación
L=Nº de licenciados universitarios.
An=Agencias de noticias.
Dn=Demanda de noticias.
A=Acceso a publicaciones científicas
BHFD=Becarios haciendo fotocopias en el departamento.
PV: Índice de daño ecológico del metano de las ventosidades bovinas.

Este interesante concepto ha ido evolucionando hasta alcanzar cotas de sublime exquisitez. Hemos de hacer notar que, lejos de constituir un dogma rígido, la "urgencia científica" se adapta con admirable elasticidad a las demandas de un continuo cambio paradigmático impulsado por el rápido progreso tecnológico y el no menos veloz proceso de "deconstrucción" cubista de la sociedad. Ello es posible gracias a que la "urgencia científica" no intenta establecer un sistema universal de leyes inalterables (algo más propio de la apolillada ciencia del pasado) sino que abraza cariñosamente un peluche en forma de carpe diem intelectual caracterizado por una aguda y torrencial intermitencia de staccati conceptuales. O, dicho de otro modo, la "urgencia científica" no produce leyes sino "emergencias científicas".

Las "emergencias científicas" son bellas porque son efímeras: en su inestable, temblorosa y empero brillante existencia de pompa de jabón reside su valor estético. ¿A quién le importa ahora que no hace tanto tiempo se pensaba que con 6000 millones de habitantes el planeta se habría convertido en una versión tenebrosa de Mad-Max? A nadie, por supuesto... es absurdo aferrarse a las "emergencias científicas" del pasado, cuando la "urgencia científica" nos trae nuevas y más espectaculares emergencias.

Y la última joya, la Obra Magna del espíritu del teorema del pedo de vaca es esta noticia, humillemos las rodillas...y leámosla en reverente silencio.

http://www.elmundo.es/elmundo/2005/03/3 ... 78855.html

laudetur!