Chiflágoras escribió:Tal como yo lo veo "ser maltratado" no es una categoría absoluta como por ejemplo una enfermedad somática (o tienes o no tienes cáncer) y se parece más a las enfermedades psiquiátricas donde el quid en la escala de grises suele estar en el deterioro personal, social, laboral... Por muy masoquista o parafílico que seas no eres un enfermo hasta que tu aficción te impida llevar una vida sin sufrimiento más allá de los fustazos. El encuestador o el testigo de Jehová que diga misa, si tu eres feliz recibiendo y te permite funcionar como una persona normal, haz lo que quieras que eres adulto para decidir (mira el caso de Neira y la víctima rescatada que va por las teles). Usar maltrato técnico me parece tan estúpido como sacarse de la manga depresión técnica para referirse a la tristeza normal que se siente después de cualquier putada de la vida. Y más si se tiene en cuenta que las medidas que se toman contra una y otra son muy diferentes: muchos antidepresivos son inocuos y le van a mejorar la vida al "deprimido técnico", acusar al marido de la técnica de maltratador es más feo. Supongo que es el problema de siempre, que cuando los moralistas se ponen el traje de desfacer entuertos agárrate.
De derecho ni puta idea, pero lo de víctimas potenciales me chirría. Los abogados del foro seguro que aclaran, fijan y dan esplendor.
Precisamente porque "ser maltratado" no es una categoría absoluta se intenta, con mayor o menor acierto, identificar y clasificar las situaciones de violencia por tipologías: física, psicológica, sexual, social y económica. Pero sobre todo hay que tener en cuenta tal y como te dije en la anterior respuesta el carácter disfuncional de esas víctimas potenciales a las que hago referencia. Mujeres en este caso que, ¿libremente?, tienden a embarcarse en relaciones destructivas; sí, son adultas, y en la mayoría de casos, gozan de "buena salud" mental. Sin embargo, se sienten atraídas por hombres machistas-celosos-posesivos-violentos; hombres que, sin llegar a tener conductas delictivas, acaban machacando a sus parejas siguiendo un proceso más o menos sutil. El problema es más o menos grave según las circunstancias sociales, económicas, culturales y, lo más importante a mi entender, educacionales. Son mujeres que en mayor o menor medida han recibido una educación machista, de sometimiento al hombre -padre- y desigualdad con respecto a los hermanos varones. Es por esto que ciertas pautas de comportamiento son consideradas "normales" y es aquí donde un profesional o en su defecto, una persona cercana, podría determinar que se da una situación de maltrato de las etiquetadas como técnicas por los testigos de Jehová. ¿Son mujeres felices y sanas que llevan una vida "normal"? No, Chiflis. Tienen un problema que es necesario diagnosticar y tratar pese a ser ellas mismas parte responsable.
Chiflágoras escribió:Tampoco soy psiquiatra ni psicólogo pero quizá el perfil del maltratador que mata es poco "machista". "Si me dejas te mato" supongo que es la versión más masculina y echada palante del más femenino "si me dejas me mato". Todo muy de personalidad dependiente. Y me vuelvo a jugar donuts que muchos de los que se cargan así a su mujer no le habían puesto antes la mano encima. Al machista lo veo más como el que llega a casa y le zurra a su mujer día si día también porque no le ha puesto el vaso de soberano o porque algo haría. Pero bueno, todo esto son pajas mentales mías.
Vuelves a perder los donuts. Entre otras cosas porque simplificas hasta el absurdo el término "maltrato". No es necesaria la violencia física para que se dé una situación de maltrato y es más, diría que son precisamente esas zurras lo que en la mayoría de los casos empuja a la víctima a pedir ayuda. El "si me dejas, te mato" en todas sus variables posibles puede o no acabar cumpliéndose, pero es tanto o más dañino para la persona que lo sufre que el puñetazo. Violencia -física, psíquica, sexual, económica, social- es sinónimo de poder y en este caso además, amparado por la privacidad. Recuerdo un artículo que leí sobre el fenómeno que se da en Japón en lo que respecta a la práctica de sexo con adolescentes. O a la obsesión de una gran parte de la población masculina adulta con las colegialas de uniforme. Dejando a un lado las parafilias o desviaciones y resumiéndolo hasta la cutrez, hablaban de la necesidad de someter -relación de poder- debido a la cada vez mayor independencia de la mujer en casi todos los ámbitos. ¡En Japón! En España siglo XXI, pese a los talantes y las Bibianas, seguimos influenciados socialmente por una serie de "pautas patriarcales", machistas, que complican aún más el camino a las mujeres que sufren algún tipo de violencia relacionada con el género. Independientemente de el resto de factores a tener en cuenta que, mejor o peor, te resumo arriba.
Desou desu.