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Hostia puta

Publicado: 19 Jun 2007 11:59
por tonetti

Publicado: 19 Jun 2007 12:07
por Grumete
Cagondios...

pHari pHoreber.

Publicado: 19 Jun 2007 12:15
por ReZNiCK
Noticia amarga, se nos va un fenómeno en toda regla. Su camarero, su torito, son canciones que conforman un recuerdo noble y austero de este insigne cantante. Que digo. Cantaor. Hoy llevo el crespón en el corazón. Adiós Fary.

Publicado: 19 Jun 2007 13:36
por jubilao
Y un Hamigo, no sus olvideís que aparte del PHenomeno, también se va un Hamigo!

Publicado: 19 Jun 2007 14:01
por Blanquita
Nada, que hos hacompaño en el sentimiento. Y que me acabo de percatar de que no teníamos hemoticono del pHary. Nos ha pillao el torito de mala manera, habrá que hacer un Omenaje póstumo o algo, o sea los creadores de la casa arremánguense ya la manga ancha y hagan algo.

Publicado: 19 Jun 2007 14:48
por jubilao
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Publicado: 21 Jun 2007 14:24
por tonetti
http://www.lapaginadefinitiva.com/dbactualidad/actualidades/84

Un magnifico artículo en 'La página definitiva' que por su interés reproduzco a continuación:



Los medios de comunicación españoles (nos referimos a los “serios”) acaban de vivir una situación especial. En un contexto en que los únicos asuntos dignos de mención giran en torno a ETA y la tregua, ETA y Navarra, ETA y las elecciones y ETA y el aniversario del atentado de Hipercor, se vieron obligados a dar una noticia incómoda: el fallecimiento de José Luis Cantero, “El Fary”, un cantante tan popular como denostado por todos los medios serios y la gente seria que de estas cosas sabe mucho. Pero el afecto popular obliga, y los medios tienen que comerse a veces ese sapo, es decir, bajar su mirada al pueblo llano, en lugar de seguir ocupados en los temas de vital trascendencia, como es la lucha mediática por cuotas económicas y de poder.

Ha sido gracioso ver todos los informativos de televisión. La muerte de “El Fary” ha descompuesto por unas horas el perfecto relato construido por los medios, en que la noticia cultural del día tenía que haber sido el estreno mundial en Avilés de la última película de Woody Allen, que eso sí que es cultura elevada, cagontó, ya que hay que aprovechar todos los elementos turísticos que sitúen a nuestro país en el mapa, sea con circuitos urbanos de Fórmula 1, sea con los beneficios de la marca publicitaria de quien hace películas miméticas como churros y se vende al mejor postor, una vez alcanzada la vejez, para rodar en aquellos sitios que le ofrezcan mayores ventajas y mayor peloteo institucional.

Pero, ¿quién es “El Fary” para haber provocado este desajuste en el esquema perfectamente milimetrado de los medios de comunicación? Antes que nada, tenemos que saber qué no era “El Fary”, para entender esta incomodidad de los medios, que tuvieron que reseñar su deceso sin apenas saber articular un par de frases coherentes para glosar su vida y obra:

- “El Fary” no era un cantautor protesta ni un personaje con un dilatado compromiso político. No era un activo militante pro-SGAE ni un músico que saliese en todos los telediarios para ciscarse en la piratería, las descargas de Internet, el escaso público que tiene el cine español, ni en los consumidores carentes de concienciación hacia los aburridos productos culturales propios.

- “El Fary” tampoco era un cantante que, tras amasar una fortuna, se hubiese afincado en Miami para dar rienda suelta a sus estrafalarias correrías. No era un desarraigado, ni uno de esos cantantes que andan obsesionados con la recolección de premios internacionales desde una torre de marfil en el extranjero. No provocaba, así pues, la admiración de los medios de comunicación porque no hacía ostentación de su dinero.

- Además, ni tan siquiera era un actor (perdón, “creador”) del cine (o las series de televisión) español que se creyese tocado por la divina mano de la excelencia. Si “El Fary” había hecho sus pinitos en el terreno audiovisual (recuérdese “Menudo es mi padre”) lo había hecho con sentido del humor, sin tomarse en serio ni a sí mismo.

- Porque “El Fary” no era un tipo oscuro pagadísimo de su persona, que se creyese un genio, ni tampoco un individuo encantado de haberse conocido. Era un artista que encajaba todas las bromas con mucho cachondeo (le encantaba que se burlasen de él todos los cómicos españoles) y que era el primero en burlarse de su físico.

“El Fary”, por el contrario, pertenece a esa estirpe de cantantes de música ligera que algún día habrá que reivindicar sin rubor. Cuando en España triunfaban la Movida madrileña y la autodestrucción naïf como modelo vital, surgió un cantante bajito, feo y desenvuelto en el escenario que ofrecía diversión sana al público. Y el público siempre se lo agradeció en masa. Sus letras eran desenfadadas, y tan pronto hablaban de un toro guapo, como de un moro al que le faltaban siete mujeres para tener cuarenta, como le recriminaba a su hermano que hubiese quitado del salón el retrato de mamá. Lo importante era ese ritmillo rumbero que hacía mover los culos más desacomplejados. La misma salud en la falta de complejos que hizo que sus discos y sus casetes se vendieran a porrillo en las gasolineras de toda España.

No hace falta incidir en el camino que abrió, en el mercado tan vasto que dio a conocer a futuros artistas como Kamela. Las gasolineras pasaron, de pronto, de ser lugares grasientos con tufo a benzol y a tortilla de patatas reseca, a convertirse en sitios más habitables, donde repostar, descansar y surtirse de elementos que hicieran más llevadero el viaje: las cintas de música de “El Fary” y las de chistes de Arévalo o Don Pío contribuyeron a la modernidad de la mentalidad española, de una España que se integraba en los foros políticos internacionales sin perder por ello su sello de identidad, sus raíces, su gracia y su salero.

Todo eso lo supo ver muy claramente Santiago Segura, que lo elevó a la categoría de icono en su serie de películas sobre Torrente. “El Fary” era, en estas películas, el ídolo de un policía facha, asqueroso, sucio y patán, pero el cantante, lejos de enfadarse, abrazó la idea con mucho humor y con una canción cargada de cachondeo: “Apatrullando la ciudad”. Una nueva generación de jóvenes conoció su obra y festejó este descubrimiento, llenándole de homenajes, como el que le brindó la peña dedicada en su honor en Peñíscola. Su voluntad de entretener a la gente y de proporcionar diversión hasta el final se manifestó en su labor como productor de su hijo Javi Cantero (el que cantaba aquello de “Cuanto más acelero, más calentito me pongo”) y de la niña Melody (la que puso a todos los discotequeros a hacer el mono con el baile del gorila).

Se ha muerto “El Fary” y nadie ha podido decir nada malo de él. Nadie se ha atrevido a meterse con su estilo, a repetir el chascarrillo aquel de “eres más feo que El Fary comiéndose un limón”. Todos han tenido que reconocer que se trataba de un tipo que ofrecía diversión, fiesta y ganas de pasarlo bien. Hasta los medios serios han tenido que rendirse a sus pies. Con la boca pequeña, eso sí.

Manuel de la Fuente

Publicado: 21 Jun 2007 15:04
por rianxeira
Lo que queráis pero me importa tanto que se haya muerto el Fary como me importo cuando se murio rocio durcal la jurado o cualquier otro.

Es que no se apreciar el harte.

Publicado: 21 Jun 2007 16:20
por tonetti
lo que te pasa a ti es que eres un gañanazo

Publicado: 21 Jun 2007 16:42
por Mr. Blonde
Otro gañanazo para la saca.

Anda que no se ponen pesadetes con el tema cada vez que la palma uno de estos.