pH, más que hamor, frensi.

Pymar asume el cierre de Naval Gijón como la única salida ante la falta de comprador
Los sindicatos exigen alternativas para los 101 trabajadores Piden la apertura de una mesa de negociación en setiembre con Vulcano, el Ministerio de Industria y el Principado «Las empresas que se han acercado a Naval Gijón para interesarse por su compra lo han hecho en plan carroñero», afirma Donaire
S. BAQUEDANO/GIJÓN
LIQUIDACIÓN. Vista de las instalaciones de Naval Gijón, con tres grúas imponentes. / PAÑEDA



Es la crónica de un cierre anunciado. Con una deuda financiera superior a los 40 millones de euros, unas instalaciones obsoletas y sin nueva carga de trabajo ni empresarios interesados en su compra, el futuro de Naval Gijón «llevaba tiempo en el aire». Pero había que intentarlo hasta agotar todas las posibilidades. Con esa idea acudieron ayer Eduardo Donaire y Maximino García, secretarios generales de la MCA-UGT y de la FM-CC OO en Asturias a la reunión en Madrid con los responsables de la sociedad Pequeños y Medianos Astilleros en Reconversión (Pymar).

Los sindicatos habían pedido hace dos meses a Pymar «un esfuerzo» para que buscara un comprador y nuevos pedidos que evitaran lo que ya parece inevitable. Ayer, Pymar -que es, en definitiva, el dueño de Naval Gijón- asumió ante los responsables sindicales que la única solución es la liquidación. Es más, advirtió de que está en riesgo su propia viabilidad como sociedad de garantías. De continuar avalando a Naval Gijón, «podemos hundir a Pymar», sostuvieron los responsables de la sociedad.

16 millones de pérdidas

Tras repasar la trayectoria del astillero gijonés desde que la familia Orejas dejó la empresa hace más de diez años, Pymar reconoció ante los sindicalistas que su labor en la búsqueda de un comprador ha resultado infructuosa y puso sobre la mesa un panorama desolador. Los cuatro buques quimiqueros que Naval Gijón construye para el armador alemán Komrowski supondrán unas pérdidas millonarias. De esos barcos, uno ha sido ya entregado, el segundo concluirá su armamento en El Musel a partir del próximo domingo y la entrega del tercer y cuarto buques está prevista para el primer trimestre de 2008. A partir de esa fecha, no hay más más pedidos. Aunque Pymar no ha fijado el plazo en que Naval Gijón podría poner el candado en su puerta, en marzo del próximo año no habrá más chapa que cortar.

¿Qué pasa con los 101 trabajadores del astillero? Esa es la pregunta que más preocupa a los sindicatos, que reclaman la apertura de una mesa de negociación, a partir de setiembre, para abordar las alternativas para la plantilla de Naval Gijón. Quieren que en esa mesa se sienten, además de la dirección del astillero, la de Factorías Vulcano, el Ministerio de Industria y el Gobierno del Principado.

Factorías Vulcano, dueños de Factorías Juliana, el astillero vecino de Naval Gijón, ha sido la única empresa que ha ofrecido una alternativa. En una entrevista publicada en exclusiva el pasado 22 de abril por EL COMERCIO, el presidente de la compañía viguesa, Fernando Santodomingo, afirmaba que la única alternativa de futuro para Naval Gijón es «el cierre», al tiempo que se ofrecía a recolocar a sus trabajadores en Juliana. Los sindicatos quieren que ese ofrecimiento se realice de forma oficial en la mesa de negociación.

Desde «la preocupación» y «la tristeza», los sindicatos plantean también abrir una ronda de contactos con las administraciones regional y local para conocer si existen posibilidades de mantener abierta la factoría. «En caso contrario, no nos quedará más remedio que asumir el cierre desde la responsabilidad sindical», afirmó Maximino García. Ahora bien, tanto CC OO como UGT quieren alternativas para la plantilla del astillero y para los trabajadores de la industria auxiliar. «Cuando nos pongan soluciones en la mesa, hablaremos», concluyó Donaire. EDUARDO DONAIRE

MAXIMINO GARCÍA

Gijón.17-Junio- 2007. Cándido y Morala, los líderes sindicales de astilleros de Gijón, que inspiraron la película "Los lunes al sol" de Fernando León, han sido detenidos y encerrados en la cárcel de Villabona.
Fueron detenidos, por sorpresa y en presencia de familiares, tras una concentración contra una sentencia en firme de tres años de cárcel. Fueron condenados por romper el cajetín de control de una cámara de tráfico, valorado en 5.000 euros, que enfocaba el interior del astillero durante una protesta laboral.

Tras su detención, decenas de personas y muchos compañeros de astilleros, se concentraron ante la Comisaría. Algunos fueron golpeados con toletes por la policía cuando los detenidos eran trasladados en vehículos policiales a la prisión.