pH, más que hamor, frensi.

A mi me sucedió exactamente lo mismo que a Dunker.

Dos veces.

La primera no cuenta porque tanto la orinante como yo éramos niños y fue simplemente que ambos intentamos actuar con naturalidad.

Y la segunda vez, ya en la uni, me saludaron tanto la chica que hacía pis como la amiga a la que imagino que habría dejado de guardia para que le avise si venía alguien. Que digo yo que la amiga no hizo un buen trabajo porque ni le avisó a la que hacía pis ni a mí, que también podría haberlo hecho y yo habría buscado otro lugar para pasar.


O las chicas que hacen pis son más simpáticas o yo tengo el aspecto intimidante de un cachorrillo dormido.

La segunda vez suena a que llevaban un pedo atómico las dos.

En las salas Arena, en Barcelona, cuando meabas en el baño, normalmente se te ponía al lado un zambombero, los llamábamos así, a precisamente, tocar la zambomba a tu lado. A mí, si mientras meaba, alguien quería pajearse a mi lado, en una disco abiertamente gay, no me importaba lo más mínimo, a veces, hasta me daba pena por él recogérmela y abandonar el urinario por aquello de dejarle a medias, pero enseguida venía otra persona y el zambombero podía continuar con lo suyo. Supongo que era como los que disfrutan con un recopilatorio de porno, algo que a mí no me va nada, por cierto. Vamos, que en ese lugar y a esas horas no me incomodaba, en otras circunstancias supongo que si lo hubiera hecho.

En bares de ambiente gay a mí me han entrado bastante en mis tiempos, debo reconocer. Una vez me puso ojitos tiernos el hermano mayor de Cuéntame. El braguetazo que pude haber pegado, joder.

En plan mal, soy otro miembro de la Plataforma de Afectados de Baños de Estaciones. Concretamente en Nuevos Ministerios. Yo meando dentro de la habitación del wc y soy tan confiado que dejo la puerta abierta a mi espalda porque soy como Larry David y me da verdadero ASCA tocar más de la cuenta los urinarios: cierro y bajo la tapa con el pie, y uso papel o servilletas para tocar pulsadores, cisternas, pestillos o pomos de puerta. En menos de un segundo noto una presencia detrás de mí, me giro y veo a un señor bajo, con el pelo blanco y largo, encorvado, mirándome fijamente con cara de póker.
A mí no me sale el chorro.
El tipo no dice nada.
Me quedo unos 5 o 6 segundos quieto.
Desisto de seguir intentando mear.
Me subo la cremallera, le miro con mala hostia y me voy.

Hoy día, con 20 y pico años de experiencias variadas en wc públicos o privados, me hubiese cachondeado del tema y del tipo. Pero me fui con cierto mal cuerpo y sobre todo sin mear. Coño.

Yo tengo vejiga tímida, no puedo mear si hay alguien en el urinario de al lado, ni me imagino si encima el tipo se está acogotando el ganso.

Aproximadamente 674 chistes botando

Pobretica, cuando llega la parte de "habrían encontrado mercancía deeee... estimu...eeeeeh.. estimula.... ehh... sustancias de estimulacion sesual como la viagra."