Jodíos niños...
Publicado: 30 Nov 2004 18:07
Los niños que corearon 'The wall' piden su parte de los derechos de autor.
n grupo de ex alumnos de una escuela pública de Londres, que cantó
en el clásico Another Brick In The Wall, de Pink Floyd en 1979,
presentó una demanda por no cobrar los derechos de autor. 23
adolescentes de la Islington Green School grabaron los coros para la
canción, que se convirtió en un himno.
Tras oír la canción, la directora del centro educativo prohibió a los
alumnos aparecer en televisión o grabar algún vídeo, por lo que no ha
quedado pruebas de su participación, lo que hace más difícil reclamar
de los derechos de autor. El álbum The Wall. que contenía la canción,
vendió más de 12 millones de copias y la canción se convirtió en
número uno de los ránkings de Gran Bretaña y Estados Unidos.
El experto en derechos de autor Peter Rowan le dijo a Reuters que
había presentado la reclamación a una sociedad que se encarga de
derechos de autor musicales en representación de uno de los alumnos,
y estaba trabajando con otros miembros de la clase. Indicó que aún
estaba tratando de establecer contacto con la mayoría del grupo. "Se
les debe (a los alumnos) su dinero y hemos presentado la primera
reclamación la semana pasada -dijo Rowan. "He estado trabajando en
esto durante casi dos años".
Una buena experiencia
El maestro de música Alun Renshaw llevó a un grupo de alumnos a un
estudio de grabación cercano a la escuela sin el permiso de la
directora, después de que un allegado a la banda se lo propusiera.
Posteriormente, la letra de la canción (un claro alegato contra la
educación formal y estricta de las escuelas) fue descrita por
autoridades educativas de Londres como escandalosa. Sin embargo, la
escuela recibió un pago simbólico de 1.000 libras esterlinas y un
disco de platino por la canción, pero los alumnos involucrados nunca
recibieron un pago por su participación.
Rowan dijo que el dinero debería provenir de una sociedad de derechos
musicales, y no de Pink Floyd. Calcula que a los 23 alumnos le
corresponderían unas doscientas libras a cada uno. La demanda fue
inicialmente dificultosa por falta de pruebas, pero Renshaw señaló
que la directora del colegio en ese momento, Margaret Maden
(actualmente profesora universitaria), había apoyado su
reivindicación. "Debemos aportar evidencias de que ellos fueron parte
de la canción y la señora Maden nos ayudara con eso", señaló.
El maestro de música Renshaw le contó al periódico Evening Standard
que había aceptado la oferta que le hiciera la gente de la banda al
verla como "un interesante asunto sociológico, y también como una
maravillosa oportunidad para que los chicos trabajaran en un estudio
de grabación".
n grupo de ex alumnos de una escuela pública de Londres, que cantó
en el clásico Another Brick In The Wall, de Pink Floyd en 1979,
presentó una demanda por no cobrar los derechos de autor. 23
adolescentes de la Islington Green School grabaron los coros para la
canción, que se convirtió en un himno.
Tras oír la canción, la directora del centro educativo prohibió a los
alumnos aparecer en televisión o grabar algún vídeo, por lo que no ha
quedado pruebas de su participación, lo que hace más difícil reclamar
de los derechos de autor. El álbum The Wall. que contenía la canción,
vendió más de 12 millones de copias y la canción se convirtió en
número uno de los ránkings de Gran Bretaña y Estados Unidos.
El experto en derechos de autor Peter Rowan le dijo a Reuters que
había presentado la reclamación a una sociedad que se encarga de
derechos de autor musicales en representación de uno de los alumnos,
y estaba trabajando con otros miembros de la clase. Indicó que aún
estaba tratando de establecer contacto con la mayoría del grupo. "Se
les debe (a los alumnos) su dinero y hemos presentado la primera
reclamación la semana pasada -dijo Rowan. "He estado trabajando en
esto durante casi dos años".
Una buena experiencia
El maestro de música Alun Renshaw llevó a un grupo de alumnos a un
estudio de grabación cercano a la escuela sin el permiso de la
directora, después de que un allegado a la banda se lo propusiera.
Posteriormente, la letra de la canción (un claro alegato contra la
educación formal y estricta de las escuelas) fue descrita por
autoridades educativas de Londres como escandalosa. Sin embargo, la
escuela recibió un pago simbólico de 1.000 libras esterlinas y un
disco de platino por la canción, pero los alumnos involucrados nunca
recibieron un pago por su participación.
Rowan dijo que el dinero debería provenir de una sociedad de derechos
musicales, y no de Pink Floyd. Calcula que a los 23 alumnos le
corresponderían unas doscientas libras a cada uno. La demanda fue
inicialmente dificultosa por falta de pruebas, pero Renshaw señaló
que la directora del colegio en ese momento, Margaret Maden
(actualmente profesora universitaria), había apoyado su
reivindicación. "Debemos aportar evidencias de que ellos fueron parte
de la canción y la señora Maden nos ayudara con eso", señaló.
El maestro de música Renshaw le contó al periódico Evening Standard
que había aceptado la oferta que le hiciera la gente de la banda al
verla como "un interesante asunto sociológico, y también como una
maravillosa oportunidad para que los chicos trabajaran en un estudio
de grabación".