Crueldad intolerable (de verdad)
Publicado: 26 Nov 2005 11:27
Cadena perpetua para unos padres que mataron de hambre a su hija en Alemania
La Audiencia de Hamburgo ha condenado a cadena perpetua a los padres de una niña de siete años, a la que mataron de hambre al dejarla sola en una habitación fría y oscura hasta que finalmente falleció asfixiada en sus propios vómitos.
El padre, de 50 años, y la madre, de 36, fueron declarados culpables de asesinato, por haber obviado brutalmente la atención de su hija, de nombre Jessica, y provocado así su muerte. Cuando falleció pesaba apenas nueve kilos y medio y, según los forenses, murió víctima de los vómitos provocados por su desnutrición. El caso de Jessica despertó gran conmoción en Alemania, puesto que al parecer ni los vecinos ni las autoridades habían reparado en lo que ocurría en ese domicilio familiar.
El proceso reveló los sufrimientos de la niña hasta su muerte, puesto que como consecuencia de su desnutrición padecía de una fuerte inflamación de los riñones e intestinos y, dada su extrema delgadez, no podía ya ni andar, sino que se arrastraba por el suelo.
De aquina
Que hijos de puta.
La Audiencia de Hamburgo ha condenado a cadena perpetua a los padres de una niña de siete años, a la que mataron de hambre al dejarla sola en una habitación fría y oscura hasta que finalmente falleció asfixiada en sus propios vómitos.
El padre, de 50 años, y la madre, de 36, fueron declarados culpables de asesinato, por haber obviado brutalmente la atención de su hija, de nombre Jessica, y provocado así su muerte. Cuando falleció pesaba apenas nueve kilos y medio y, según los forenses, murió víctima de los vómitos provocados por su desnutrición. El caso de Jessica despertó gran conmoción en Alemania, puesto que al parecer ni los vecinos ni las autoridades habían reparado en lo que ocurría en ese domicilio familiar.
El proceso reveló los sufrimientos de la niña hasta su muerte, puesto que como consecuencia de su desnutrición padecía de una fuerte inflamación de los riñones e intestinos y, dada su extrema delgadez, no podía ya ni andar, sino que se arrastraba por el suelo.
De aquina
Que hijos de puta.