A tomar por culo ya.
Elijo el billar.
Esta imagen no tiene absolutamente NADA que ver con el tema escogido.
Hablemos del billar.
Es un juego elegante, sutil, noble. Bueno, más que un juego es un deporte. Los dardos no, los dardos son para cabestros violentos, que disfrutan lanzando objetos punzantes. Lo de los puntos es meramente anecdótico, cualquier hijo de puta aficionado a arrojar estos instrumentos de muerte, tienen el ojo clavado en alguna pobre victima a la que perforar la aorta. Pero frecuentemente fallan, debido a la falta de coordinación mano-ojo, a la dispersión mental, o a la ingesta pronunciada de alcohol. Porque sí, los dardos son un juego propio de antros donde se deglute garrafón, se vomita en el suelo, y hay gente que se inyecta heroina en los lavabos. Que mierda de juego, de verdad, me está dando un asco escribir esto...
El billar es más refinado, repleto de un sinfín de modos de juego diferentes. Donde además de la puntería, se premia la estrategia, la visión de juego.
Los dardos no, es una práctica paleta, es la versión revisada del tirarle piedros a las botellas sobre el muro. Y está lleno de contradicciones.
Joer, solo hay que fijarse en lo violentos que son sus jugadores, en la mala hostia que destilan cuando juegan, y sin embargo... cogen el dardo como si fueran nenazas, con el pulgar y el indice, de la misma forma en la que se sujetan sus minúsculas pollas cuando van al baño a vaciar la vejiga. Por culpa de ese patético tamaño adquieren esa cantidad de ira, y solo consiguen sentirse seguros y a salvo de dos formas: jugando con un instrumento que no despierte envidias malsanas debido al tamaño, como los dardos; o haciendo cualquier otra cosa violenta, como quemar los asientos de un estadio de jurgol, patear indigentes, o cagarse en un vagón del metro. En el caso de las tias, la teoría del pene minúsculo pierde fuerza, vale. Pero alguna tara tienen que tener: además de violentas, son horrendas, auténticos cayos surgidos de un anuncio contra la lepra.
Las tias que juegan al billar son guapas todas, aunque pesen 120 kilos.
Vale, no es demasiado guapa, pero comparadla con una jugadora de dardos.
A continuación, la jugadora de dardos...
Un poco más abajo...
Cuidado....
AARGH, MIS OJOS, MIS PRECIOSOS OJOS!!! QUEEEEMAAAAA!!!