Todo, y cuando digo todo, me refiero a todo (nosotros, el sanatorio, la ciudad, el planeta), debería ser una molécula en el interior de Grumete. Sería para un final de película: la cámara de va alejando del sanatorio en un zoom inverso y, conforme abre plano, seve el edificio entero, la ciudad, el planeta, la galaxia y, finalmente, a Grumete como el feto de la escena final de 2001 de Kubrick. Solo así podríamos imaginar la grandeza (en personalidad y tamaño) de Grumete.
TODO.
Propongo, además, la aparición del afinador de cisternas en el papel de pepito grillo surrealista.
La fusión del conceptismo y el culteranismo tecleó:
Anda y que den por el culo con la mierda diarrética esa que blasfemas por tu orificio vocal.
¿Os he contado ya que Pedro Jota me despidió dos veces, una en el D16 y otra en EL MUNDO?
Desde luego, qué poquito hace falta para haceros felices.
Me aburro.
Ah, y Pollo: tu cómic no valdrá nada, pero absolutamente nada, quiero decir, nada, o sea, nada de nada, pero nada, hasta que no incluyas a La Madre de Alvarito entre los personajes. Y a PP desnudo.