RUGBY

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arafat
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Re: RUGBY

Mensaje por arafat »

poshol na escribió:Tipejo, empiezas a Narcisear, y eso es peligroso.


Muy mucho.
El perrico, definiendo la HAMBROSIA a ma112nu escribió:Un curasán aceitoso y calentico chorreando en el plato, la sonrisa de un niño, las ttks, un perolo de gazpacho manchego con medio kilo de pan para mojar, las ttks, las pelis de chinos dándose hostias, los ninjas, Mr. T, Mr.T luchando contra los ninjas, cualquier animal comestible, las ttks, correr desnudo por la playa alrededor de la gente mientras silbo el opening de battlestar galactica, la shandy cruzcampo de abadía belga, los torreznos, cualquier cosa rebozada, cagar en espiral, cosas asín, manu, cosas asín.

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¿Quien es este tipo?
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Re: RUGBY

Mensaje por ¿Quien es este tipo? »

poshol na escribió:Te has olvidado algunos asteriscos de esos que incluyes en la firma.

Tipejo, empiezas a Narcisear, y eso es peligroso.


Estoy en la cama con el portatil, es incomodo que para el asterisco haga falta tocar 2 teclas.

Ok a lo de narcisear, y aunque la ocasion lo reclamara, acepto vuestras criticas y tratare de volver a enderezarme...
PHresoak kalera, amnistia osoa!

GAJO ASKATUAK

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Mr. Blonde
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Re: RUGBY

Mensaje por Mr. Blonde »

Jader, Narciso, me ha llevado unos segundos recordar quien era.

Era más feliz cuando había desaparecido de mi puta cabesa, cabrones.
| (• ◡•)| (❍ᴥ❍ʋ)

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Jordison
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Re: RUGBY

Mensaje por Jordison »

Sigue posteando por aquí, ¿no?
(lin2) (lin2) (lin2) TOXIC (lin2) (lin2) (lin2)

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Babylon
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Re: RUGBY

Mensaje por Babylon »

El comentarista sigue pesadico con cipriani. Me parece un tio muy tonto. Deberian dejar sólo al francés.

Partidico muy rico el England - Sudafrica. Los sudafricanos como siempre sobradísimos.


I Love Schalk

[youtube]FNSpS7m1GNQ[/youtube]
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Montgomery
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Re: RUGBY

Mensaje por Montgomery »

A mi tampoco me gusta el comentarista, pero hay que reconocer que Cipriani se ha vuelto a marcar un partidito infumable. Vale que es muy joven y tal, pero hombre... Claro que la culpa la tiene el que le pone: hizo más Flood en media hora y jugando de ala que el ricitos en todo el partido.
Una de cada tres cosas que digo es mentira.

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Babylon
Imán
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Re: RUGBY

Mensaje por Babylon »

Cipriani me puede parecer mejor o peor pero al final me va a caer simpático como el comentarista siga tan pesado. Los partidos que le he visto ha dado muestras de cierta brillantez aunque por supuesto está claro que le falta algo (de todas formas el amigo Martin no creo que sea tan tonto y si tuviera a Wilco disponible jugaba Wilco).

Este post en un blog me ha hecho reir mucho:

http://ornat.blogia.com/

El rugby es como la mafia, pero sin asesinatos. Está basado en la
lealtad, el honor, la conciencia grupal, los ajustes de cuentas, el
tráfico de sustancias y los parentescos inventados. Es una famiglia.
Sobre todo en la delantera, aunque se han documentado casos de
amistades morganáticas con la gente de la línea, esa gente. Conforme
el número de la espalda crece hacia el 15, aumenta la desconfianza de
los delanteros, que componen la infantería con traje y corbata negros,
como reservoir dogs. La vida debería ser como una melé, pero con
colonia para niños. No hay caretas y todo el mundo se conoce bien. Al
que se pasa de la raya, se le ajusticia en la siguiente ocasión de
forma que parezca un accidente. Los demás callan, otorgan, participan
o calculan dónde y cómo reparar los daños. La ley del silencio la
entiende todo el mundo. Hay que descreer de los delanteros que hablan
con el contrario.

Fuera de la melé, el universo se torna voluble y desleal, y cualquiera
sabe que conviene desconfiar de sus normas y aún más de la corrección
política: que ahora no se puede pisar y que el balón tiene que salir
rápido por el bien del espectáculo. Esas cosas. Fuera de la melé, todo
el mundo es un extraño o se comporta como tal. El 10 suele venir de
otro país, de otro rango social, profesa religiones de moda y bebe
Aquarius después de los partidos. Su única posibilidad consiste en
haber nacido en Ejea, aunque su apariencia continúa siendo extraña
porque se comunica en ese idioma que se habla en Ejea y que sólo le
entienden sus paisanos y el 12, su lugarteniente, el tipo feroz que le
hace el trabajo sucio. Nuestro 10 es de Ejea de los Caballeros, un
lugar repleto de truhanes: por eso juegan tan bien al rugby. Truhanes
y caballeros. Las labores del 10 en el campo se reducen a cuestiones
funcionariales o de poco calado, como recitar contraseñas numéricas,
hacer extrañas señales con los dedos por la espalda a los chicos de la
diagonal y utilizar términos como cruz, salto, falsa o toda,
convenientemente mezclados para impresionar a los que le escuchan.
Cuantos más balones se le caen, más aprecio le tienen los delanteros,
que se dan el gusto de volver a la melé. Además de eso, el 10 patea a
palos siempre que no haya un delantero que pueda hacerlo, lo que suele
ser raro porque en el paquete menudean los superdotados. El 10
acostumbra a quejarse de que los delanteros se interponen en la línea
de pase entre él y el 9. Y amonesta a los que lo hacen, explicándoles
la necesidad de mantener limpia esa vía de salida. Los delanteros
asienten y por dentro sonríen. Todo el mundo sabe que se trata de un
comportamiento deliberado: el 9 sólo debería abrir la pelota cuando
los delanteros lo decidan o se hayan divertido lo suficiente con sus
tuercas y tornillos, jugando al enredo con los cuerpos y la pelota.
Hacerlo al revés constituye otra de las muchas perversiones que el
espíritu del juego ha sufrido desde su nacimiento.

El 12, el primer centro, puede ser el único jugador que un delantero
respeta en toda la línea de tres cuartos. De hecho, juega en una
posición envidiable si no fuera porque no participa en las melés.
Dicen que hay un segundo centro, pero no está demostrado. Así como
podemos constatar la existencia de dos pilares, dos segundas (que
entre los dos no suelen hacer medio), dos flanker y dos alas, la
existencia del segundo centro, sospechamos, no pasa de ser una
formulación teórica de los entrenadores, que han inventado la figura
para desconcertar a los que juegan y sostener así su presunta
ascendencia sobre el grupo. Si el segundo centro de verdad existe,
constituye un ente innombrable y el sentido de su vida consiste apenas
en darle conversación al ala. Nadie ha confesado jamás haber hablado
con un ala en el campo de juego, por tanto el segundo centro no
existe. ¿De qué se habla con un ala, en cualquier caso? Si te los
encuentras en el tercer tiempo te parece estar metido en un ascensor y
sólo se te ocurre comentar el tiempo: “Qué buen día hacía hoy para
jugar, eh”. Cuando los ves pasar cerca en el campo, a los alas dan
ganas de preguntarles por la familia: si ya se casaron o qué tal están
sus padres.

El 12, sin embargo, es otra cosa. El primer centro o inside pasa el
tiempo en una violenta dicotomía vital que consiste en chocar contra
las paredes y aplastar a los hombres. No se les puede dejar solos en
una habitación y suelen dormir en cuartos mal ventilados. De ahí sus
angustias. Morfológicamente, el 12 tiende a una engañosa redondez
corporal y acostumbra a sufrir el síndrome de la bala de cañón: cuando
se lanza en velocidad quiere arrancarle las piernas al que se cruce.
Como buen depravado, le gusta sufrir y hacer sufrir. Aspira a placar y
a que lo plaquen. Digamos que querría hacer las dos cosas al mismo
tiempo y en cada jugada, si fuera posible. Es sexualmente hiperactivo
y aficionado confeso a las parafilias. Tiene peligro dentro y fuera
del campo. Fuera, hay que vigilarlo de cerca: lo mismo trata de
intimar con una menor de edad que con el tercera de su propio equipo.
En el campo son gente válida. Sí. En su psicopática mentalidad, el
ideal de vida consiste en esta jugada: recibir la pelota, enfilar al
apertura contrario, derribarlo, ponerle el sello en la frente al 12
rival, derribarlo, convocar a un par de terceras del otro equipo a la
fiesta, cruzarles el codo en la boca, derribarlos y, cuando entrevé
que el zaguero opuesto viene al cierre con intención de placarlo,
soltar la pelota al primer amigo que pase por ahí, dejándose las manos
libres para chocar felizmente contra el 15 o el muro del final del
campo. Los primeros centros suponen casos extremos, muchachos que
quieren placar también en el ataque y se las arreglan para hacerlo,
aunque sea a costa de la lógica del juego. No faltan los que, cuando
tienen la pelota, en lugar de buscar el intervalo que hay entre los
hombres, buscan a los hombres que hay entre los intervalos, llegando a
retroceder en busca de un contrario o ajustar la carrera para dejarse
alcanzar y así poder atizarle a gusto al defensa. Naturalmente, un
delantero ha de animar este tipo de comportamientos y aun ensalzarlos.
También porque el primer centro observa la decente costumbre de romper
cerca de los agrupamientos, lo que siempre es de agradecer. En fin,
hay que reconocerlo: el centro es un hombre. No es un delantero, pero
es un hombre. Todo no se puede tener.

Otro de sus méritos es que está a tres números del zaguero, un tipo
despreciable al que le gusta jugar con el pie, se mancha poco la
camiseta y suele ser guapo. En ocasiones marca ensayos pero casi nunca
es el hombre del partido. Por las noches, el zaguero gimotea en su
casa porque no comprende esa contradicción: ser la estrella y que
nadie lo reconozca. A menudo, los primeras líneas incluso ignoran cómo
se llama el zaguero de su propio equipo. Cuando el entrenador recita
la alineación, el primera línea se queda en el cuatro o el cinco. El
resto de nombres apenas los oye. Está todavía calculando las señas
verbales que ordenan las touches, en su inútil intento por memorizar
si en las de campo propio que saca su equipo entran cuatro, cinco o
todos, si hay mol, peel off, ruptura de la primera torre, pase a ras o
palmeo al nueve. Por eso, porque tiene cosas mucho más importantes de
las que ocuparse, asuntos que conciernen de verdad al bienestar de la
familia, ningún primera línea que se precie recordará jamás el rostro
del 15 contrario. Así como los leones y felinos depredadores poseen
una visión con una delgada franja de enfoque horizontal, que les
permite localizar a sus presas en el horizonte pardo de la sabana, la
naturaleza ha dotado a los primeras líneas con una variación óptica:
la profundidad de campo de su mirada es mínima. Enfocan al morrillo
del pilar opuesto, la carne que rodea los trapecios y las zonas
erógenas del cuello y los parietales, donde uno intenta hacer diana. O
sea, hacer daño cruzando un cabezazo. La ciencia no ha explicado
todavía esta particularidad de los primeros líneas. Los demás
prefieren reírse de ellos y explicar que los balones se les caen de
las manos porque son lentos, torpes o tienen un dedo del tamaño de
dos. No es así: es que no ven, sin más. Los primeras viven en estricto
primer plano y son felices con eso. Nunca han visto a un zaguero salvo
en el vestuario. En el tercer tiempo, el tipo que jugó de 15 es como
el público de la grada: gente a la que le gusta ver rugby, pero no les
apetece llenarse de barro ni que les den golpes. En el fondo, hay que
agradecerles que vengan y aplaudirles al final en reconocimiento a su
tangencial labor.

Ahora hablaremos del medio de melé, uno de los casos más terribles en
cualquier equipo de rugby. El 9 opera en el paso fronterizo entre la
realidad y la ficción, la melé y el resto del mundo. Cuando el
entrenador divide a línea y melé, los nueves siempre se quedan un
momento parados, tratando de descifrar a qué lado deben ir. Esa crisis
de identidad los afecta, a veces de modo fatal. Todos sabemos que, en
conciencia, el medio melé viene a ser un proyecto de delantero al que
la naturaleza no lo dotó como es debido: no le llegaron los kilos, la
altura ni la inteligencia para jugar en el paquete. Piensa demasiado.
Lo obliga su equívoca condición. Dicho sin ánimo ofensivo, el medio de
melé viene a ser un transexual, un caso de hormonas equivocadas. Se
comporta como un hombre, está musculado, acostumbra a ser recio y
muestra arrojo, aunque todo en un cuerpo resumido, sin la expansión
fisiológica de un auténtico macho de la melé. Su jugada preferida lo
denuncia: en cuanto puede, se mete en el ruck y maulla de felicidad
cuando, mientras auténticos hombres lo aplastan y rodean, oye gritar a
los que se han quedado donde debería estar él: “¡¡¡No hay medio, no
hay medio!!!”. El pick and go consiguiente, que le da tiempo a
levantarse y retomar sus obligaciones, lo devuelve a la realidad. El
resto del tiempo va de aquí para allá detrás de los gordos y éstos le
permiten que mande, que les diga dónde empujar y dónde no, siempre que
no contradiga su propia opinión y les compre cervezas en el tercer
tiempo. El medio de melé querría ser como los muchachos de la primera
línea, por eso suele beber mucho y masticar con la boca abierta. Sus
intentos pueden quedarse en lo patético. Los muchachos de la primera
línea modelan sus cuerpos, ganan y pierden kilos con estupenda
facilidad, saben bascular la barriga para diversión de los demás,
satisfacen dos veces a las damas (cuando se ponen sobre ellas y cuando
se quitan de encima) y, sobre todo, pueden dar de tetar a los bebés de
su propio pecho. Además, cuando ya no producen leche porque la edad
los ha traicionado, se van al gimnasio a endurecerse las aristas,
mientras un endocrino les entrega una tablilla y les mide la grasa
corporal. De pronto pierden 15 kilos y corren como si se hubieran
comido una liebre. Los primeros líneas son longevos, juegan hasta los
40 y más allá. En la vida real, esa amoralidad metabólica de los
primeros líneas contraviene la moda y da lugar a muchas opiniones. Es
verdad que no pueden comprarse camisas en Zara, pero en el campo de
juego su excelencia física supone una ventaja que se suma a otra de
orden moral: los primeros líneas son los depositarios del rugby
auténtico, original, primigenio y único. Eso no se puede negar...

En el principio, el rugby fue un pack de 15 delanteros en inacabables
moles de los que nunca salía la pelota. Rara vez. Si salía, quedaba
transgredida de inmediato la naturaleza lógica del juego. Para qué
correr. ¿Para llegar antes? ¿Acaso no da más gusto llegar empujando?
Recorrer 35 metros arrastrando cuerpos, triturando carne, pisando
cadáveres… Eso es un ensayo. Los ensayos por velocidad, contrapié y
combinación quedan bien para las chicas de la grada y los espectadores
de la televisión. Qué diferente de esas alegres montoneras articuladas
en la que doce sujetos se derrumban sobre la hierba en la zona de
ensayo, entre bufidos, pedos y ladridos de pedregosas gargantas. Al
levantarse, al menos cinco de ellos proclaman haber sido los autores
de la marca: yo tenía un dedo, el mol lo inicié yo, sin mi empuje
jamás habríamos llegado, árbitro apunte mi nombre, soy el uno, bien
gordos bien. Y otro sonríe porque fue el autor intelectual: jugamos
con el segundo saltador, mol estable y empujamos hasta los almendros,
les dijo antes de sacar la touche. En el Seminario, Angelito Largo
definió las intenciones de una melé con esa frase: hasta los
almendros, en referencia a los arbolitos que lindan con los campos de
Tarazona y el fondo de la línea de marca. Quiere decirse que hay que
pretar los culos y abrochar hasta perder la conciencia. Empujando
hasta que se aflojen los esfínteres.

En el fondo, la familia descansa sobre los hombros de los primeras
líneas. Todos lo saben y lo reconocen en cuanto se emborrachan y se
ponen cariñosos. Porque la gente, ahí afuera, sabe que puede contar
con ellos. Si alguien deja una cuenta pendiente, le meten una cabeza
de caballo en la cama al talonador contrario. Muéstrenme un zaguero
capaz de eso.
Su última visita fue: 24/12/10

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Montgomery
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Re: RUGBY

Mensaje por Montgomery »

Hoy viernes 2 de enero, repetición de la final de la Heineken Cup del año pasado, Toulouse - Munster, a las 19:30.

El domingo, dos buenos partidos de la Guinness Premiership: Wasps - Harlequins a las 17:00 (en directo) y Leicester - Bath a las 20:45.

Todos en teledeporte. Es inevitable amar un deporte en el que sus mejores competiciones de clubes llevan nombres de cerveza.

Imagen
Una de cada tres cosas que digo es mentira.

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Nicotin
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Re: RUGBY

Mensaje por Nicotin »

Babylon escribió:Cipriani me puede parecer mejor o peor pero al final me va a caer simpático como el comentarista siga tan pesado. Los partidos que le he visto ha dado muestras de cierta brillantez aunque por supuesto está claro que le falta algo (de todas formas el amigo Martin no creo que sea tan tonto y si tuviera a Wilco disponible jugaba Wilco).

Este post en un blog me ha hecho reir mucho:


Ese texto es una delicia, no me había percatado de su existencia. A alguien que escribe cosas como estas:

El rugby es como la mafia, pero sin asesinatos. Está basado en la
lealtad, el honor, la conciencia grupal, los ajustes de cuentas, el
tráfico de sustancias y los parentescos inventados. Es una famiglia.
Sobre todo en la delantera, aunque se han documentado casos de
amistades morganáticas con la gente de la línea, esa gente. Conforme
el número de la espalda crece hacia el 15, aumenta la desconfianza de
los delanteros, que componen la infantería con traje y corbata negros,
como reservoir dogs. La vida debería ser como una melé, pero con
colonia para niños. No hay caretas y todo el mundo se conoce bien. Al
que se pasa de la raya, se le ajusticia en la siguiente ocasión de
forma que parezca un accidente. Los demás callan, otorgan, participan
o calculan dónde y cómo reparar los daños. La ley del silencio la
entiende todo el mundo. Hay que descreer de los delanteros que hablan
con el contrario.


...o esta:

De hecho, juega en una posición envidiable si no fuera porque no participa en las melés.


jajajajajaja

...habría que seguirle la pista. ¿Tiene más cosas así?
The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.

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Babylon
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Re: RUGBY

Mensaje por Babylon »

Sip. En su blog: http://ornat.blogia.com/

En la sección de historias de rugby: http://ornat.blogia.com/temas/historias-del-rugby.php

Los textos de este muchacho son unas insparacion para todos los delanteros de españa. Lo puse en la web de mi equipo y fue un éxito total.

Acabo de volver a ver la final de la heineken y la recordaba menos apretada. Los franceses estuvieron a punto de darle la vuelta al marcador. Fue un golpe de castigo tonto el que puso la diferencia en 3 puntos.
Su última visita fue: 24/12/10

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