Aunque si tanto me lees, sabrás quién es el máximo favorito en una carrera por las Ardenas de unos 255 kms, pasando por varios puertos cortos y exigentes y que termina con esto:

Efectivamente. Es un ciclista que mañana cumple 37 años y que ayer ganó su cuarto monumento, la Liège-Bastogne-Liège (las cuatro veces ha sido la misma carrera). Si quitamos a belgas, franceses, holdandeses e italianos, históricamente los ganadores de estas grandes clásicas del ciclismo, sólo Cancellara y Sean Kelly lo superan en victorias en monumentos. Es por méritos propios uno de las más grandes campeones de la historia, que desde 2013 sólo ha cedido el número uno en ProCyclingStats a Peter Sagan, ahí es nada, y sólo ocasionalmente para luego recuperarlo de nuevo. Esto sirve de más bien poco en su país, sin embargo, porque ahí están obsesionados con un ciclista de segunda categoría, de nombre Alberto y apellido Contador, de dieta vegetariana y mentalidad de niñato consentido.
La Liège-Bastogne-Liège se anticipaba como una gran carrera, puesto que en vista de la forma de Alejandro Valverde, era previsible que sus rivales intentaran todo tipo de tretas para desestabilizar su cabeza murciana y tratar de hacerse por lo criminal lo que no puede hacerse por lo civil. Un Orica con sus estrategias creativas, un Quick Step mostrando el orgullo que debe mostrar en esta parte del planeta, un Sky ambicioso... todo esto y muchas más variantes fue lo que no vimos. Nadie intentó nada.
Lo que vimos fueron 199 ciclistas camino del matadero y a un murciano dando pedales a una sierra mecánica.
Pronto se formó una escapada formada por medianías que cogió hasta 13 minutos, pero con Movistar marcando el ritmo fuerte enseguida la distancia empezó a reducirse. Uno de los escapados atacó en solitario, muy encomiable por su parte pero al mismo tiempo muy fútil, viendo su ventaja reducida al minuto a 19 kms de meta, y terminó siendo engullido por el pelotón. Nadie intentó nada.
Nadie? No! Atacó el de siempre, Wellens, al que ojalá un día las piernas le den un poco más de sí porque por huevos no será. Me encanta cómo este ciclista lo intenta una y otra vez en solitario, o con algún compañero de verlas pasar como hoy, pero lamentablemente un pelotón unido difícilmente será vencido, y en un terreno tan incómodo es aún más difícil que alguien lo logre por sí solo. Equipos poderosos podrían haber metido a alguien a su rueda. No necesariamente un primera espada, pero un Kennaugh del Sky, un Albasini del Orica, un Caruso del BMC, un Brambilla del Quick Step... Sólo Wellens, del Lotto-Soudal, fue un ciclista de rango medio-alto que se dijo "yo no voy al matadero". Pero sin ayuda alguna, de nada le sirvió, porque nadie intentó nada.
Nadie? No! A poco de meta lanzó un ataque... y esta te la tienes que saber también, DDB.
Así es: Dan Martin.
Y sabrás qué pasó.

Esa familiar cara de loser detrás
Como nadie intentó nada (o, mejor dicho, los que lo hicieron fueron los que siempre lo intentan para luego nada lograr) al final ganó el de siempre.
La primavera de Valverde está siendo un absoluto escándalo, y lo que juega a favor de su credibilidad es que no es un ciclista como Gilbert o Van Avarmaet, que de no saber lo que es ganar se están meando en todos. O un Froome o un Wiggins con sus TUIs publicados para que hasta el más incrédulo se la lleve en toda la boca. Valverde lleva a este ritmo varios años, sólo que ahora corre con más cabeza, sin precipitarse y conocedor de sus flaquezas (cerebrales, mayormente) y virtudes (físicas, todas). Sí que fue pillado dopándose, pero tras volver ha seguido ha mantenido un nivel fijo. Lo más sospechoso en el deporte actual son los que pasan de medianías a contarse entre los mejores, o los que están entre los mejores para convertirse en un V8 en forma de persona. Y que lo mismo se marcan un carrerón que una semana después abandonan por una enfermedad chusca o se deshacen sobre la bici en plan Landa (o Nieve? nunca me acuerdo) en el Giro, para terminar abandonando. Si se dopa o no, no lo sé, pero por lo menos no da el cante, y eso es todo cuanto realísticamente puede pedirse en el deporte contemporáneo.
Venga.