Si el Madrid fuese mi equipo yo habría dejado de ver el partido en el minuto 30 más o menos, cuando durante casi todas las jugadas no había ni un sólo jugador merengue en campo rival y el Barcelona hacía rondos lentitos y a placer entre los defensas y centrocampistas sin nadie que presionara ni lo más mínimo, como si fuese el minuto 92 de una final y el Real fuese ganando 2-0.
Acojonante. Me sentó tan mal que casi no pude acabar con las cinco bolsas que me compré de palomitas recubiertas de chocolate:

Como éstas pero de Risi. Cojonudas.
En fin.
Del puto aburrimiento que me estaba entrando cambié de canal (en un puto Madrid-Barça de semis de Champions, muerete de una vez Mourinho) y me perdí las tres expulsiones de golpe.
Luego vi que el Barça seguía bukakeando a placer y lo de Messi ya me dejó flipando.
Yo no vi a Maradona con conciencia, pero dudo muchísimo que haya habido jamás en la historia un tío como la Pulga. Pero muchísimo.
En fin, está todo el pescao vendido. Es jodidamente desolador ver al Madrid realizar un fútbol tan asqueroso con 11 jugadores y en casa. Menos del 30% de posesión o una cosa así.
Si el mundo futbolístico no estuviese tan jodido de la cabeza como está, Mou sería fulminantemente despedido del club tras semejante mierda de temporada que ha hecho. No ya en cuanto a resultados, que podría calificarse hasta de decente (subcampeonato, copa del rey y semis de CL), si no por haber masacrado la imagen del Madrid durante toda la temporada.
Porque yo soy de los que pienso que con tíos como Ozil, Xabi, Marcelo, Di María, Gramos, Casillas, Cronaldo, Adebayor y Benzemá, te puedes follar a cualquier puto equipo del planeta con la estrategia adecuada. A cualquiera. Pero para eso hace falta un buen entrenador.
Qué pena de partidos.