La Vuelta a España, en el polideportivo del pueblo
Publicado: 18 Sep 2007 20:34
O eso piensa el director de la Vuelta, Victor Cordero, que esta de psiquiatrico total.
La descacharrante entrevista
Sus mejores momentos:
-La segunda parte coincidió con una semana sin montaña. Eso ha generado críticas. ¿Se arrepiente ahora de ese diseño?
-Hay que asumir que la Vuelta es una de las tres grandes. Es patrimonio de los españoles, pero pertenece al ciclismo mundial. Y aunque en España los sprints no son apreciados, hay que incluirlos. La Vuelta la ven en directo en Holanda y Bélgica, por ejemplo.
-Pero, ¿no faltó intercalar una etapa de montaña?
-Reconozco que la segunda semana es criticable. Quizá, si pudiera volver atrás, pondría un puerto como Aitana.
-Al disputarse en septiembre, esta edición ha pagado los platos rotos de un año de escándalos con el dopaje.
-Si yo hiciera el calendario, volvería a abril-mayo. Cuando se cambió a septiembre, fui, junto a Echávarri, uno de los máximos opositores al traslado. En abril-mayo la gente viene con ganas, los españoles puede ir luego con garantías al Tour... Ahora jugamos a la contra. Sabemos que el ganador del Tour nunca va a estar en la Vuelta.
-Además, sigue la lucha interna del ciclismo. La UCI acaba de sacar una lista de sospechosos en la que figuran los primeros clasificados de la ronda.
-Hay que dar por supuesto que la UCI actúa de buena fe. Ahora bien, en el caso de la lista ha cometido un error. Pone en el mismo sitio a corredores que ganan muchas carreras y a ciclistas sospechosos de dopaje. No se puede meter ahí a gente que lleva una vida ejemplar. No se puede mezclar a, por ejemplo, Sastre, con corredores envueltos en procesos por dopaje.
Y EL CLIMAX FINAL
-¿Cómo será la Vuelta de 2020?
-Cambiarán, por ejemplo, las 'cronos'. Ahora crean un problema de logística brutal. O las haces por autovía o cortas una ciudad durante cinco horas. Se puede plantear una contrarreloj dentro de un polideportivo. Los 180 corredores sobre bicicletas estáticas, todos a la vez, y con el público viendo el resultado en las pantallas. Y hay algo que va a revolucionar el ciclismo: ajustarse a la parrilla de televisión. Puede ser parecido al ciclocross. Vueltas a un circuito y que el recorrido no se mida por kilómetros, sino por el tiempo. Se llega a meta cuando conecta la televisión.
La descacharrante entrevista
Sus mejores momentos:
-La segunda parte coincidió con una semana sin montaña. Eso ha generado críticas. ¿Se arrepiente ahora de ese diseño?
-Hay que asumir que la Vuelta es una de las tres grandes. Es patrimonio de los españoles, pero pertenece al ciclismo mundial. Y aunque en España los sprints no son apreciados, hay que incluirlos. La Vuelta la ven en directo en Holanda y Bélgica, por ejemplo.
-Pero, ¿no faltó intercalar una etapa de montaña?
-Reconozco que la segunda semana es criticable. Quizá, si pudiera volver atrás, pondría un puerto como Aitana.
-Al disputarse en septiembre, esta edición ha pagado los platos rotos de un año de escándalos con el dopaje.
-Si yo hiciera el calendario, volvería a abril-mayo. Cuando se cambió a septiembre, fui, junto a Echávarri, uno de los máximos opositores al traslado. En abril-mayo la gente viene con ganas, los españoles puede ir luego con garantías al Tour... Ahora jugamos a la contra. Sabemos que el ganador del Tour nunca va a estar en la Vuelta.
-Además, sigue la lucha interna del ciclismo. La UCI acaba de sacar una lista de sospechosos en la que figuran los primeros clasificados de la ronda.
-Hay que dar por supuesto que la UCI actúa de buena fe. Ahora bien, en el caso de la lista ha cometido un error. Pone en el mismo sitio a corredores que ganan muchas carreras y a ciclistas sospechosos de dopaje. No se puede meter ahí a gente que lleva una vida ejemplar. No se puede mezclar a, por ejemplo, Sastre, con corredores envueltos en procesos por dopaje.
Y EL CLIMAX FINAL
-¿Cómo será la Vuelta de 2020?
-Cambiarán, por ejemplo, las 'cronos'. Ahora crean un problema de logística brutal. O las haces por autovía o cortas una ciudad durante cinco horas. Se puede plantear una contrarreloj dentro de un polideportivo. Los 180 corredores sobre bicicletas estáticas, todos a la vez, y con el público viendo el resultado en las pantallas. Y hay algo que va a revolucionar el ciclismo: ajustarse a la parrilla de televisión. Puede ser parecido al ciclocross. Vueltas a un circuito y que el recorrido no se mida por kilómetros, sino por el tiempo. Se llega a meta cuando conecta la televisión.